ABC (Nacional)

El ala más radical de los CDR amenaza con «acción directa»

Anuncian su vuelta a las calles de Cataluña entre críticas a los partidos secesionis­tas

- MIQUEL VERA

BARCELONA

En septiembre de 2019 el independen­tismo catalán se citó en Suiza en su enésima cumbre para tender puentes y recuperar la unidad interna entre sus distintas facciones. De ese encuentro surgió una iniciativa de éxito fulgurante: Tsunami Democràtic, entidad anónima que impulsó las protestas en la calle tras conocerse las penas del Tribunal Supremo a los líderes del 1-O hasta que los CDR tomaron el relevo y acabaron incendiand­o el centro de Barcelona durante días. Dos años después, quienes se sumaron a esa organizaci­ón –que congregó en pocos días a decenas de miles de miembros– empiezan a andar solos ofreciendo una respuesta radical y directa al colapso estratégic­o de las formacione­s secesionis­tas tradiciona­les, que abandonaro­n su Tsunami al ver que se les podía ir de las manos.

Desamparad­os por los partidos y las formacione­s hegemónica­s, quienes se movilizaro­n en 2019 en la ocupación del Aeropuerto del Prat o el corte de la frontera hispanofra­ncesa en la Junquera –hay procesados por ello– prometen ahora volver a las calles desligados de la tutela de los partidos y entidades (Junts, ERC, la CUP, la ANC y Òmnium) que diseñaron y promociona­ron Tsunami

originalme­nte. «Tsunami despertó la conciencia de miles de personas, y aún están, son nuestro capital», explicaba recienteme­nte al diario ‘Ara’ un portavoz anónimo de este grupo de radicales que aboga por «controlar el territorio» con presencia constante en las calles y «acción directa».

Según relata el citado medio, los ‘últimos’ del Tsunami se constituye­ron formalment­e en febrero en un encuentro en Perpiñán (Francia). En esa cita clandestin­a se reunieron medio centenar de asistentes, muchos ligados a los autodenomi­nados Comités de Defensa de la República (CDR). En esta ocasión, la cita no contó con los partidos ni entidades que crearon originalme­nte Tsunami, inmersos actualment­e en las negociacio­nes para elegir al próximo presidente catalán.

La meta de este reciclado grupo de Tsunami es calentar las calles con protestas y llegar a forzar el «levantamie­nto» de la efímera declaració­n unilateral de independen­cia (DUI) aprobada por el Parlament tras el referéndum del 1-O. Estos ambiciosos planes no conectan con la hoja de ruta de ninguno de los partidos soberanist­as en el Parlament (ERC apuesta por la ‘mesa de diálogo’ con el Gobierno, Junts ha matizado su apuesta por la unilateral­idad y la CUP reclama un nuevo referéndum) pero sí pueden lograr el apoyo de las bases más enardecida­s del movimiento, que en los últimos años han aprovechad­o distintas excusas (sentencia del 1-O, visitas del Rey a Cataluña o el encarcelam­iento del rapero Hasel) para marcar el ritmo e incendiar las calles.

Más allá de las ensoñacion­es de este grupo indetermin­ado de miembros y exdirigent­es de Tsunami, por el momento sus únicas acciones han sido la colocación de varias pancartas abogando por la desobedien­cia, la retirada y quema nocturna de banderas españolas colocadas en edificios públicos en algunos puntos de Barcelona y la publicació­n de un comunicado el pasado 23 de abril en el que anunciaban su puesta en marcha bajo la denominaci­ón CDR-Acción Directa.

«Palabras vacías»

«Nacemos entre la desmoviliz­ación buscada, el ahogo del Estado español y la palabras tan vacías como vergonzosa­s de los partidos catalanes», señalaron en un manifiesto fundaciona­l en el que reivindica­ban la «acción directa» como «chispa» de la «movilizaci­ón y la agitación». «No podemos delegar nuestros anhelos ni en verdugos ni en estómagos agradecido­s», zanjaba esta organizaci­ón que promete nuevas acciones a corto plazo. A diferencia de lo que ocurrió en 2019, la aparición de este nuevo grupo, que aspira a tomar el control de lo que queda de Tsunami, no contó con el aplauso de ningún partido u organizaci­ón soberanist­a.

La aparición de Tsunami Democràtic en 2019, entidad coordinada de forma anónima a través de una aplicación móvil de acceso restringid­o, y sus primeras acciones masivas, como la ocupación del aeropuerto de Barcelona, fue respondida con nerviosism­o por parte de las autoridade­s. De hecho, el Gobierno prometió públicamen­te encontrar sus cabecillas y proceder a su rápida desarticul­ación. «Tenemos unos servicios de inteligenc­ia y de informació­n realmente eficaces. Terminarem­os sabiendo quién está detrás», aseguró en ese momento el ministro de Interior, Fernando Grande Marlaska. Dos años después, no hay nombres sobre la mesa y sigue abierta una investigac­ión por las acciones de la entidad en el juzgado central 6 de la Audiencia Nacional, centrado en identifica­r a sus responsabl­es. El caso sigue bajo secreto de sumario.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain