El hombre desaparecido con sus hijas en Tenerife se despidió de sus padres y amigos
Habló cinco veces con su exmujer, la última a la una y media de la madrugada
Tomás Gimeno, de 37 años, desaparecido desde la madrugada del martes en aguas de Tenerife junto a sus hijas Anna, de 6 años, y Olivia, un bebé de apenas uno, se despidió de sus padres y de algunos amigos vía mensaje telefónico y habló hasta cinco veces con su expareja, Beatriz Z., la última sobre la una y media de la madrugada, cuando le reiteró que «me voy a ir lejos. Nunca más nos vas a ver».
Todo ello apuntala la hipótesis de que este individuo mató a sus hijas en tierra, las introdujo en unas bolsas que cargó junto a otros enseres en su pequeña lancha de seis metros de eslora y arrojó los cuerpos al mar. Ya de madrugada, después de la última y tensa conversación con la madre de las pequeñas, se habría suicidado. La hipótesis sobre el móvil es, por desgracia, el mismo que otras veces: una venganza contra su expareja, que además había rehecho su vida.
Movimientos de cuentas
La Guardia Civil, en cualquier caso, no quiere dejar cabo suelto alguno y analiza los movimientos de las cuentas bancarias de este individuo. Algunas informaciones señalan que ha habido algunos, pero es posible que se deban a la actividad habitual de la empresa agrícola en la que trabajaba, una potente plantación de plátanos de La Candelaria que regenta su familia.
La declaración de la madre ante la Guardia Civil, junto al resto de evidencias, prácticamente descartan la posibilidad de una fuga. La mujer relató a los agentes que en la primera conversación con su expareja, a las nueve de la noche, –había ido a su casa a recoger a las niñas, pero allí no había nadie– Tomás Gimeno se mostró tranquilo y se justificó con que se había llevado a cenar a las niñas y se le había hecho tarde sin darse cuenta. Es más; la tranquilizó diciéndola que se las llevaría a su casa enseguida.
Sin embargo, el tiempo pasaba y no daba señales de vida, por lo que repitió la llamada a las diez de la noche. En esa segunda comunicación, el tono de Gimeno había cambiado de forma radical: «No vas a volver a ver a las niñas jamás. Tampoco a mí». A las diez y media, desesperada, Beatriz Z. ya había presentado denuncia ante la Guardia Civil en Radazul. Desde allí mismo volvió a llamar a su exmarido, que repitió el mensaje, lo mismo que solo diez minutos después. Cinco minutos más tarde, el móvil estaba apagado.
Larga conversación
A la una y media de la madrugada, una hora después de que Tomás Gimeno hubiese zarpado por segunda vez del puerto de Güímar, ambos mantuvieron la última conversación. Para entonces la angustia de la madre era absoluta y quizá por eso mantuvo una larga charla con él en la que trataron sobre su relación... Pero el mensaje final fue el mismo de antes: «No nos volverás a ver».
Especialistas de medios tecnológicos de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil se han trasladado a Tenerife para colaborar en la investigación. Su trabajo, estudiar las señales del teléfono del individuo desaparecido para reconstruir sus pasos. Por ahora no se ha considerado necesario desplazar a agentes de campo. Mientras, la búsqueda se ha ampliado al sureste de Tenerife, después de haber estudiado las corrientes marinas. Las fuentes son escépticas sobre la posibilidad de encontrar a los desaparecidos, al menos a corto plazo.