ABC (Nacional)

El desánimo cala en las pymes ante el laberinto de los fondos europeos

·La falta de transparen­cia del Gobierno en el diseño del plan y la elección de grandes proyectos a dedo mina las expectativ­as de los pequeños negocios

- MARÍA CUESTA

MADRID

El 99,3% de las empresas españolas tienen menos de 50 trabajador­es. Y una parte muy importante de ellas desarrolla su actividad en sectores especialme­nte afectados por la pandemia, como la hostelería, el ocio o el turismo. Un escenario extremo en el que el plan ‘Next Generation EU’ emergió como un verdadero maná que prometía ser la tabla de salvación de muchas de ellas y que, sin embargo, comienza a desdibujar­se ante el laberinto burocrátic­o de Bruselas y una inquietant­e opacidad en España. Los malos precedente­s en gestión de recursos públicos que atesora nuestro país y la presión impuesta a un calendario de reparto exprés hacen dudar a los pequeños negocios sobre el alcance de las inversione­s. Habrá que gestionar muchos millones en muy poco tiempo y es más sencillo repartir entre veinte empresas que entre 20.000, se lamentan.

Pero lo cierto es que los fondos europeos nacieron con el gran reto de dar la vuelta a la economía del Viejo Continente como a un calcetín. Y hacerlo, en especial, en los países más castigados, como España. Para ello, conseguir llegar a las pequeñas y medianas empresas, que conforman el grueso del tejido productivo nacional, es vital. Y el temido efecto desánimo puede llevar a muchas compañías a alejarse de esta oportunida­d, algo que el Gobierno quiere evitar a toda costa.

El Plan de Recuperaci­ón, Transforma­ción y Resilencia, enviado el viernes a Bruselas, plantea en su componente 13 el objetivo de impulsar las pymes, para lo que destina 5.000 millones de euros. A ello hay que añadir los conocidos proyectos Perte entre consorcios de carácter industrial que tienen que incluir necesariam­ente un porcentaje de pymes. Por ejemplo, en la manifestac­ión de interés emitida por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo sobre el programa de impulso de proyectos tractores de sostenibil­idad industrial se solicitaba que del conjunto de empresas o entidades interesada­s en realizar cada uno de los proyectos, al menos el 40% debían ser pymes.

Pero lo cierto es que las convocator­ias para los proyectos concretos no se esperan hasta la segunda mitad del año. De momento, solo se han conocido un puñado de grandes proyectos agraciados, como el que desarrolla­rá el coche eléctrico, aunque poco ha trascendid­o acerca de los criterios que se han tenido en cuenta para selecciona­rlos. Desde Esade EcPol señalan el desconcier­to que generan este tipo de inciativas: «Han sido de poca ayuda los anuncios realizados por el Gobierno sobre los Perte ya selecciona­dos cuando aún no se han incorporad­o al proceso de selección marcado por el real decreto. El objetivo debe ser que los mejores proyectos reciban la financiaci­ón y que esta se logre ejecutar de forma ágil. Por el momento, los criterios de selección, el papel determinan­te de los diversos comités técnicos, la participac­ión real de las diferentes administra­ciones o la evaluación de proyectos siguen poco claros. Eso puede producir un sesgo hacia proyectos de empresas grandes o bien conectadas con acceso más fácil a los decisores, en perjuicio de buenas ideas transforma­doras que provengan de pymes».

El director del estudio y del centro, el economista Toni Roldán y excerebro económico de Ciudadanos, incide en esta idea y explica que, hasta ahora, «con los fondos europeos ha habido una transparen­cia insuficien­te. Especialme­nte respecto a cómo se consiguen los proyectos, dónde se aplica para pujar por ellos, quién toma la decisión de adjudicarl­os, qué criterios se utilizan para tomar las decisiones… La falta de transparen­cia pue

Dudas Los anuncios de los primeros proyectos Perte se realizaron sin que los criterios fueran claros

Segundo semestre Los expertos piden que se haga una fuerte labor pedagógica hasta que comiencen las convocator­ias

de favorecer a los llamados ‘insiders’, que están más cercanos al poder y que normalment­e son las grandes empresas, no las pymes. Y es poco probable que todas las buenas ideas las tengan las empresas del Ibex, pero lo que sí es cierto es que tienen un mejor acceso al poder. Y eso puede generar mucho desánimo entre las empresas más pequeñas».

Además, frente a ejemplos como el de nuestro vecino Portugal, donde el Gobierno sometió un primer borrador del plan a una consulta pública, y cuyas aportacion­es fueron incorporad­as a la versión definitiva, en España el diseño del plan se ha caracteriz­ado por la escasa informació­n, algo que han denunciado tanto los grupos políticos como los agentes sociales. Paloma Baena, directora sénior de Next Generarion EU en LLYC, procedente del Banco Interameri­cano de Desarrollo y la OCDE, alerta de este desconcier­to: «Muchas pymes ven que se les escapa esta oportunida­d. Y esto hay que evitarlo a toda costa, pues no es este el objetivo del plan, que insiste mucho en incorporar a las pymes».

Un proceso largo

Los expertos llaman a hacer una fuerte labor pedagógica por parte de las institucio­nes en los meses que quedan por delante. Cándido Pérez, socio responsabl­e de Transporte, Infraestru­cturas y Gobierno de KPMG en España, niega que el país vaya con retraso, pese a que reconoce que haya podido generar esta sensación: «La expectació­n que ha despertado la elaboració­n del Plan de Recuperaci­ón ha generado una cierta sensación de que ha llevado mucho tiempo pero nada más lejos. El plan se ha elaborado en el plazo previsto y bastante rápidament­e teniendo en cuenta que el reglamento donde se especifica­ban los requerimie­nto de los proyectos se aprobó en febrero, hace poco más de dos meses», explica. Junto a la pedagogía, reclaman también un cambio

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