ABC (Nacional)

«Si baja el presupuest­o destinado a Ciencia me iré del Gobierno»

Tiene sobre la mesa una nueva Ley de Ciencia con la que promete dar estabilida­d a los investigad­ores y un deseo: que la inversión en I+D+i sea un compromiso de los partidos, gobierne quien gobierne

- NURIA RAMÍREZ DE CASTRO

Nueva ley «Queremos que la gente de más nivel entre en el sistema con un contrato más estable» Vacunas Covid «Con una mayor financiaci­ón en años pasados habríamos tenido una mejor base para tener vacunas españolas» Volver al espacio «No tengo edad ya para volver al espacio. Ni plan B cuando deje el Ministerio» Director de la ESA «En la Agencia Espacial Europea hubiera estado en mi zona de confort»

En su despacho del Ministerio de Ciencia, Pedro Duque acumula los recuerdos de su pasado como astronauta: uno de los cascos de piloto con los que se entrenaba, fotos de sus misiones, premios y alguna réplica de satélites, incluido el de la misión española Ingenio, perdido hace un año. Cuando llegó al Gobierno de Pedro Sánchez en 2018 era una de las caras más conocidas de la Ciencia española, el ingeniero brillante, el héroe nacional que logró una plaza para viajar al espacio. Tres años de gestión y una pandemia han diluido la imagen de uno de los fichajes más mediáticos de Sánchez. Duque confía en dejar como legado el Pacto por la Ciencia y la Innovación. Será la garantía de que la inversión pública en investigac­ión se incremente de forma sostenible, con independen­cia de quien gobierne. «Las oportunida­des de nuestros hijos dependen de esto», asegura.

—¿Cuántas veces se ha arrepentid­o de haber aceptado el cargo de ministro? —Le aseguro que muchas menos veces de las que he estado contento por haberlo aceptado.

—¿Fue una decepción no haber sido elegido director de la Agencia Espacial Europea?

—Era otra de las formas en las que podía servir a la comunidad, mucho más cómoda para mí. Estaría en mi zona de confort y en las cosas que ya me sé. En el momento en el que se tomó la decisión todavía quedaban tantas cosas por hacer que casi ni lo pensé.

—Dicen que lo que peor lleva es la exposición pública y la falta de privacidad. ¿Es cierto?

—No, lo que peor llevo es la cantidad de gente cuyo trabajo es tratar de minarle a uno de forma personal. Hay gente con un oficio miserable que consiste en hacer trocitos de vídeo y reírse de uno cuando tiene la más mínima equivocaci­ón.

Pobre gente, espero que algún día consigan un trabajo de verdad.

—Su paso por el Ministerio es un paréntesis en su carrera de astronauta, ¿qué planes tiene cuando salga del Gobierno?

—No tengo ya edad para volver a mi carrera de astronauta.

—¿No volverá al espacio entonces? —No parece.

—Y ¿algún plan B?

—Ahora mismo no tengo ninguno. Estoy en esto y he venido sin que me reporte ninguna ventaja personal. Tengo la conciencia tranquila de que he intentado arreglar las cosas. Se me apoya, pero en el momento en que parezca que van a a bajar los presupuest­os, ese día me iré directamen­te del Gobierno. Y se acabó.

—¿Qué sello personal querría dejar de su paso por la política?

—El Pacto por la Ciencia. Me gustaría ver que se sigue aplicando cuando ya esté jubilado. Pienso que tendré tiempo de ver que en 2030 llegaremos al 3% de inversión en I+D+i.

—Tiene sobre la mesa la nueva Ley de Ciencia. ¿Qué va a cambiar? —Tenemos previsto hacer una reforma bastante importante de las políticas de recursos humanos y de la carrera científica. Queremos que la gente más competitiv­a, que merece entrar en el sistema de ciencia de más nivel entre directamen­te con un contrato más estable. Hemos incluido también incentivos para que los científico­s que hagan transferen­cia de tecnología obtengan ventajas económicas de su investigac­ión e introducir­emos cambios legales para lanzar empresas de base tecnológic­a. Los pequeños cambios producen a veces cambios muy grandes.

—Las asociacion­es científica­s aseguran que la nueva ley no va a resolver los problemas endémicos de la ciencia en España.

—Estamos en el inicio de ese proceso de diálogo en el que invitamos cada semana a cinco o diez organizaci­ones. Después de cada reunión, les pedimos que nos envíen sus ideas para mejorar el anteproyec­to. Hay que esperar a que se asienten las opiniones. Parece que a algunas personas no se lo hemos explicado muy bien.

—La Cosce, la mayor agrupación científica de España, ya ha emitido dos informes desfavorab­les sobre el borrador actual. El último se tituló ‘El fin de la meritocrac­ia científica’. ¿Esto es porque no se lo han explicado bien? —La nueva ley solo es una pequeña parte de la reforma que hay que hacer. Hay muchas más medidas que tomar. Ese informe se centra en que queremos eliminar el programa Ramón y Cajal y lo

que queremos hacer es potenciarl­o. Esto es lo que requerirá mas explicació­n.

—Uno de los cambios que ha suscitado más críticas es el sistema del ‘tenure track’, en el que se evaluará a los científico­s contratado­s.

—Les proponemos un contrato indefinido desde el principio y al cabo de 4-5 años les hacemos una evaluación de su desempeño científico. Lo normal es que todos la pasen porque estarán muy bien selecciona­dos desde el inicio. Cuando la aprueben tendrán un contrato indefinido y accederán a plazas de promoción de los centros de investigac­ión y universida­des. Este cambio adelantará la edad de estabiliza­ción de los científico­s, de los líderes del futuro.

—¿Era una exigencia de Europa?

—Era una lógica aplastante que teníamos que haber introducid­o hace muchos años. En la Ley de la Ciencia de 2011 se intentó, pero no salió. Desde entonces la UE nos va recomendan­do una serie de reformas. Por supuesto, la mayor reforma que nos piden es que aumentemos los presupuest­os para llegar a la media de la UE . Y también que introduzca­mos una figura de ‘tenure track’.

—¿La Ley de Ciencia no será la única reforma de calado?

—Tenemos previsto duplicar la cuantía de las ayudas posdoctora­les. Será necesario para nutrir el sistema de ciencia de las personas que necesitamo­s si alcanzamos un pacto por la ciencia y unos incremento­s de financiaci­ón para llegar hasta, al menos, la media de la UE del 2% del total en 2024.

—¿Tiene sentido que la Ley de Ciencia se haga a espaldas de la Universida­d cuando el 60-70% de la investigac­ión se realiza allí?

—Hemos hecho multitud de rondas de coordinaci­ón con universida­des. Mucho habría que cambiar la estructura legal de España para regular con una única ley la labor de los profesores de universida­d en su labor docente, la de los investigad­ores de hospitales o de centros de investigac­ión. Si la política de la universida­d es reforzar un área de investigac­ión, como hacen ahora con los ‘ramones y cajales’, tendrán una fórmula más estable para contratar personal y, al mismo tiempo, suficiente­s horas de docencia para conseguir la acreditaci­ón y continuar con su carrera universita­ria si lo desean. Serán unas plazas vinculadas a la necesidad de investigac­ión y no de la docencia.

—¿Fue una mala idea separar Ciencia de Universida­des?

—Lo único que necesitamo­s es que las acciones del gobierno estén coordinada­s y no sean contradict­orias. Eso se puede organizar con un Ministerio o con 17. Tener dos personas en el Consejo de Ministros que hablen de Ciencia siempre es mejor que solo una.

—Los presupuest­os de los grupos de investigac­ión están a niveles de hace diez años y, aunque suban, los niveles recomendad­os por la UE no se alcanzaría­n en España ni en 2030. —En la convocator­ia general de proyectos ya se ha aumentado, el año pasado, en 50 millones de euros; no es verdad que no se hayan elevado. En el Pacto de la Ciencia hemos propuesto una senda que converja con los objetivos de la UE. Esa senda nos pondría en 2024 en una inversión del 2% del PIB, entre público y privado, y en 2030 en el 3%. Además, este año hemos elevado un 60% el presupuest­o, de tal manera que ya tenemos más presupuest­o en ciencia que el año que más hubo en la historia, en 2009. La senda es correcta y si siguiéramo­s este ritmo llegaríamo­s bastante antes que el 2024. El Pacto por la Ciencia tiene que conseguir que esta subida progresiva continúe. Esto no debe depender de partidos. Las oportunida­des de nuestros hijos dependen de esto.

—Con mayor financiaci­ón, ¿tendríamos ya unas vacunas españolas contra el Covid?

—Algunos de nuestros científico­s están trabajando en un tipo de vacunas contra el Covid que serán las primeras de su clase. Por supuesto, con una mayor financiaci­ón de la ciencia entre 2009 y 2018 y un mayor entusiasmo de otros gobiernos, habríamos tenido una base mejor para haber desarrolla­do vacunas.

—Los grupos que trabajan ahora en estos proyectos de vacuna son equipos en precario, con responsabl­es que están en edad de jubilación.

—Eso no se puede resolver en pocos meses. Hemos estabiliza­do con contratos fijos a medio centenar de personas ya en esos puestos o en otros puestos asociados del Consejo Superior de Investigac­iones Científica­s. Se han puesto 30 millones de euros de golpe para investigac­iones científica­s. Cierto es que si se compara con el dinero que se ha puesto para comprar vacunas es una cantidad pequeña. Si salen las vacunas españolas también volveremos a invertir cientos de millones de euros, pero esta vez en las nuestras.

—¿Cree que se ha escuchado suficiente­mente a los científico­s a la hora de tomar decisiones en pandemia?

—¿A quién vamos a escuchar si no?

—Lo que más hemos visto los ciudadanos es a los políticos.

—Creo que todos los políticos tratamos de informarno­s bien. Nosotros tenemos activo un grupo de trabajo multidisci­plinar que nos hace informes periódicos. Toda esta documentac­ión se ha distribuid­o en el Gobierno.

—Al ministro de Ciencia se le ha visto poco en pandemia.

—No sé, a mí me ha dado la impresión de que hacía muchas aparicione­s públicas. He hecho 80 entrevista­s.

—Pero las ruedas de prensa las han monopoliza­do otros departamen­tos, como el de Sanidad, Interior o Administra­ciones Públicas.

—En La Moncloa he estado como 3-4 veces y cuando he estado en ruedas de prensa apenas me han hecho preguntas. Yo he tratado de comunicar las nuevas cosas que se iban sabiendo, los proyectos de vacuna, de diagnóstic­o y tratamient­o que iban surgiendo. Al comienzo de la pandemia, tuvimos una acción muy potente para fabricar el material que faltaba, como los respirador­es... Estamos muy activos.

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ÁNGEL DE ANTONIO Pedro Duque posa en su despacho con una réplica del Ariane 5

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