El Gobierno deja sin plaza en centros de atención temprana a 140.000 niños
·Las familias se quejan de las listas de espera un año después de que Sánchez se comprometiera a dar «cobertura universal en todas las comunidades»
Las familias de más de 140.000 niños en nuestro país se quejan de los incumplimientos del presidente Sánchez, que hace un año se comprometió a darles «una cobertura universal en todas las comunidades». No es así. Para que sus hijos tengan autonomía en el futuro, se costean la atención de su bolsillo.
Mikel lleva más de tres años en lista de espera para ser atendido por un logopeda. Cuando cumplió los 24 meses de vida, sus padres comenzaron a notar que su hijo tenía dificultades con el lenguaje. «No decía ni mamá ni papá», comenta Ruth, su madre. El pediatra los derivó al neurólogo, quien finalmente concluyó que el niño tenía un retraso madurativo. Con el diagnóstico en la mano, Mikel fue trasladado al Centro Regional de Coordinación y Valoración Infantil (Crecovi) en Madrid que, después de una espera de nueve meses, volvió a confirmar que el menor necesitaba estimulación y un logopeda. Mikel ahora está a punto de cumplir 6 años, pero aún no ha conseguido entrar en una unidad de atención temprana. «Mi hijo va a quedarse fuera. Va a ser uno de esos casos que se han pasado en lista de espera toda su etapa de atención temprana», se lamenta Ruth. Con mucho esfuerzo, esta madre costea de su bolsillo los 600 euros mensuales que cuesta la terapia que necesita Mikel.
La Federación Española de Asociaciones de Profesionales de Atención Temprana (GAT) estima que más de 140.000 niños de entre 0 y 6 años con discapacidad o con barreras significativas en su desarrollo no llegan a conseguir una plaza en un centro de atención temprana. «Yo siempre digo que si empezamos a intervenir con un niño con 3 o 4 años, en vez de con 3 o 4 meses, estamos perdiendo un tiempo fundamental en su desarrollo neurológico y eso de atención temprana tiene poco», comenta Raquel Díaz, directora del Centro Altea de Madrid.
Los niños y las familias se juegan mucho con el acceso a este tipo de asistencia, ya que puede suponer la diferencia entre que el menor consiga o no llegar a ser una persona más autónoma y menos dependiente. «Muchos de los que no consiguen una plaza en un centro continúan con su rehabilitación en el hospital», explica Díaz. Sin embargo, para GAT, la neurorehabilitación por sí sola se queda corta en este tipo de pacientes.
«Creemos en un modelo holístico que busca entender la totalidad del caso. La atención temprana está formada por equipos multidisciplinares que pueden tratar tanto al niño como a la familia, su entorno en su globalidad, no por trozos ni a trozos, cosa que a veces nos ocurre en los hospitales», señala José Luis Peña, presidente de GAT y neuropediatra en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza.
Por ello, la Plataforma por la Atención Temprana y los Derechos de la Infancia con una Diversidad Funcional (Patdi), que aglutina sobre todo a padres, lleva años reivindicando que este tipo de servicio sociosanitario «tenga