La fiscalidad, protagonista de la campaña en Madrid
El Gobierno se desdice sobre las subidas de IRPF, Sucesiones y Patrimonio en vísperas electorales
MADRID
Los impuestos se han convertido en protagonistas de la campaña electoral en Madrid y no tanto por las propuestas de unos partidos u otros para la comunidad, como por las iniciativas del Gobierno central para el conjunto de España, que han caído como un jarro de agua fría sobre la candidatura del socialista Ángel Gabilondo, y que han llevado al propio Ejecutivo a dar marcha atrás en sus proyectos o, al menos, a aplazarlos.
El primer mazazo lo dio la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en la presentación en abril del grupo de expertos que se encargaría de diseñar la reforma fiscal. Montero aseguraba que en enero se aplicaría ya una armonización en los impuestos de Patrimonio y Sucesiones y Donaciones, fijando un tipo mínimo en todas las comunidades. O lo que es lo mismo, se obligaría a la mayoría de las comunidades gobernadas por el PP, pero especialmente a Madrid, a subir los impuestos que gravan las herencias, y los patrimonios. Mientras tanto, el candidato socialista a presidir Madrid, Ángel Gabilondo, se comprometía en los mítines a no subir los impuestos a los madrileños en estos dos próximos años. En la polémica se vio obligada a intervenir la vicepresidenta segunda, Nadia Calviño, al asegurar que no es el momento de subir los impuestos.
La última polémica al respecto ha surgido este mismo fin de semana. En el Plan de Recuperación enviado a Bruselas se incluye la supresión paulatina de la deducción por declaración conjunta en el IRPF. Una propuesta que, según Hacienda, no se la está planteando, pero que según la vicepresidenta cuarta, Teresa Ribera, es una de las medidas que «se están explorando» para formar parte del paquete de consolidación fiscal. Lo cierto es que a dos días de las elecciones de la Comunidad de Madrid anunciar que vas a subir el IRPF a casi cuatro millones de contribuyentes es echar, de nuevo, un jarro de agua fría sobre la candidatura socialista. Una nueva piedra en el camino.
Y es que esta deducción se incluyó en su día para compensar la tributación de las familias en las que solo uno de los miembros de la pareja aporta ingresos. Se da la paradoja de que si en una unidad familiar se ingresan 60.000 euros, se paga mucho más por IRPF si solo uno de los cónyuges trabaja, que si lo hacen los dos, y los 60.000 provienen 30.000 de cada uno, o 40.000 de uno y 20.000 de otro... La deducción por tributación conjunta no compensa del todo esta diferencia, pero la amortigua. De hecho, hay asociaciones de defensa de la familia que piden que los ingresos se dividan entre los dos cónyuges, lo que permitiría reducir considerablemente la cuantía a pagar en la inmensa mayoría de los casos. Además, y a diferencia de otras subidas impositivas que el Gobierno justifica en que sube los tributos a los ricos, en este caso de los más de 3,6 millones de contribuyentes afectados, una inmensa mayoría, 2,8 millones, ingresan menos de 30.000 euros.
Los colectivos más afectados sin duda son los jubilados y las familias monoparentales. Según los datos de la Agencia Tributaria, casi 600.000 familias monoparentales presentaron declaración conjunta en el año 2019, último ejercicio del que hay datos. Y en la mayoría de los casos se trata de mujeres, ya que son las que más tienen la custodia de los hijos. Y en cuanto a los jubilados, la tasa de ocupación entre las mujeres aumenta a medida que baja su edad, de modo que en la mayoría de los matrimonios o parejas jóvenes cada uno presenta su declaración individual, pero no ocurre lo mismo entre los de mayor edad, en los que muchas de las mujeres no cuentan con ingresos propios y el matrimonio presenta declaración conjunta.
Jubilados y divorciadas La supresión de la declaración conjunta del IRPF afecta sobre todo a jubilados y divorciadas con hijos
«Bruselas duda de que el plan enviado por Sánchez sea el mismo que ha recibido». Pág. 36