ABC (Nacional)

La redención de Hazard

► Confiado tras una preparació­n física exhaustiva, el belga quiere ser decisivo ante el Chelsea y dar su primera aportación importante al Real Madrid

- TOMÁS GONZÁLEZ-MARTÍN

Desea jugar en el estadio donde ofreció su mejor fútbol durante siete años, ese Stamford Bridge que disfrutó de su regate, de 110 goles y de 92 asistencia­s de un belga que se convirtió en el ídolo del Chelsea. Quiere ser titular mañana en su antigua casa para dar al Real Madrid una alegría tras dos temporadas de terror, derrotado por once lesiones que solo le han permitido disputar 39 partidos en veinte meses, carcomido psicológic­amente por una racha nefasta de dolencias que le hizo dudar de todo. Su promedio en el conjunto inglés fue de medio centenar de encuentros por campaña. Ahora, Eden Hazard busca la redención del madridismo frente a su viejo equipo en la cita más importante del club desde la consecució­n de la decimoterc­era Champions en Kiev.

Eden, como le denomina el vestuario, le ha dicho a Zidane que está perfecto para disputar esta semifinal de la Copa de Europa. El entrenador francés siempre ha contado con el belga a tenor de las sensacione­s que expresaba el jugador. Era una decisión dialogada en un triunvirat­o formado por el delantero, el técnico y el cuadro médico. Si Hazard se veía bien, saltaba al campo. Su estado definía los minutos que se le daban. Ante Osasuna vivió un examen. Fue positivo. Disfrutó de setenta minutos porque se vio bien. Podía acabar el partido, pero Zizou prefirió graduarle. Hazard anhela ser titular en su querido Stamford Bridge y ser determinan­te para conseguir otra final de la Copa de Europa del Real Madrid. Sabe que si lo logra y es decisivo individual­mente, la afición blanca cambiará la opinión que tiene de él, vencido por dos fisuras y un maratón de contratiem­pos musculares.

Demasiadas opiniones

Fue el dictamen coincident­e de los doctores que le operaron en sus tres lesiones de peroné, una en el Chelsea y dos en el equipo español, el punto de inflexión que propulsó un cambio en Hazard que los hechos han demostrado que también era un problema psíquico. El miedo a volverse a romper.

Los médicos de la entidad madridista le dijeron lo mismo que escuchó de los especialis­tas que le intervinie­ron en esas tres ocasiones. Había demasiadas cotorras opinando y su club decidió tomar el toro por los cuernos y acabar con tanta chicharra.

Los galenos de la Federación Belga le decían que su problema era el dolor que sentía en el peroné derecho por los materiales que le colocaron en la última actuación quirúrgica. El futbolista se lo creyó. Sentía la pierna demasiado rígida. Sus compatriot­as pedían intervenir­le y quitarle esas piezas artificial­es. Eso significab­a que dejaría de jugar con el Real Madrid, pasaría por el quirófano por cuarta vez y llegaría bien a la Eurocopa. El único interés de Bélgica estaba claro.

Con esa postura impuesta a martillazo­s en su mente, Hazard no se entrenaba al máximo en Valdebebas por temor a recaer. Sus cuádriceps, sus abdominale­s y los músculos de ambas extremidad­es inferiores no eran trabajados al cien por cien. Pero el Real Madrid y los cirujanos que le abrieron la pierna derecha en tres oportunida­des distintas le convencier­on de todo lo contrario. Cuando escuchó a dos eminencias que conoce bien, Eugene Curry y James Calder, cambió su visión. Hoy sonríe.

Curry le operó en Dallas. Calder, en Inglaterra. Los dos maestros de este tipo de operacione­s concordaba­n con el diagnóstic­o de los doctores españoles del Real Madrid, que también fueron protagonis­tas en las actuacione­s en el quirófano de sus dos últimas fisuras. No había que operarle de nuevo. Todos le observaron detenidame­nte el peroné, el tobillo, sus placas, los informes detallados y estudiaron sus movimiento­s de esa pierna. Y afirmaron que su peroné no estaba rígido, ni mucho menos. Y le exigieron que trabajara muy duro abdominale­s, glúteos, cuádriceps y todo el tren inferior. El mensaje era contundent­e: «Debe entrenarse muy bien, duro, sin miedo, y tendrá toda la potencia y no sentirá ninguna debilidad».

El belga se ejercitó con ese plan durante tres semanas y el resultado es el actual. Disputó un cuarto de hora frente al Betis, casi media hora frente al Chelsea y setenta minutos contra el

17 partidos ha jugado esta temporada, de ellos diez como titular, en los que marcó tres goles. La temporada pasada disputó veintidós

71 minutos disfrutó ante Osasuna. No sumaba tantos desde el 9 de enero, también frente al equipo navarro, en Pamplona

11 lesiones suma desde que llegó al Real Madrid. Los médicos le recomendar­on una preparació­n física dura que cambió su situación

Osasuna y sus sensacione­s fueron buenas. Disparó con fuerza a portería y no se cohibió ante nada. Su mejoría no solo ha sido física, también psicológic­a. Se siente seguro, confiado como nunca. Actualment­e apoya bien la pierna derecha y no carga el peso en la izquierda, como hacía antes por temor. Eran movimiento­s nada naturales que provocaban nuevas lesiones por la descompens­ación muscular. En Bélgica ya no dicen nada. Si se rompe a partir de ahora, no será por falta de una preparació­n física importante, ni por pisar de manera extraña ante aquel miedo crónico a recaer.

Los vídeos que Bettoni y Msaidie (las manos derecha e izquierda de Zidane) manejan de Hazard lo dicen todo. Ante el cuadro navarro intentó regatear siempre, impuso velocidad con el balón controlado, realizó dos buenos disparos y se la jugó en el área rival. Hace dos meses no intentaba la finta, solo daba pases y no tiraba a puerta.

Devolver la confianza

Titular en diez de los diecisiete partidos que ha jugado esta temporada, en Londres quiere sumar el undécimo. Piensa que su vía crucis se ha acabado. Toca demostrar ante el Real Madrid y sus seteciento­s millones de simpatizan­tes declarados que su fichaje no es fallido. Hasta ahora lo ha sido. Poner todos esos pulgares hacia arriba es un objetivo que merodea por su cabeza desde hace mucho tiempo. Vino a la casa blanca por Zidane, que buscaba su contrataci­ón desde hace cinco años, y también quiere devolver al francés la confianza puesta en él. Se lo debe. Debe a muchas personas. Stamford Bridge, esas gradas y ese césped que tan bien conoce, están en su diana mental. No celebrará un gol si marca allí, pero va con esa intención. Lo necesita.

ZIDANE TÉCNICO «He visto bien a Eden, sobre todo en la posición cerca de Karim, hay buenas sensacione­s»

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Hazard se escapa de Aridane en el partido frente al Osasuna en el estadio Di Stéfano
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AFP
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