Murcia, qué hermosa eres
Participación alta y largas pero ágiles colas en la lucha de Godzilla vs. King Kong. Del Fascismo vs. Comunismo
SEl piloto Carlos Sainz con su mujer Reyes Vázquez; su hijo Carlos Sainz Jr. y la novia de éste, Isabel Hernáez, tras ejercer su derecho a voto
Había gentío como en el 77. Desmadre 77, no 75, que era el grupo musical. «¿Esto es la cola para votar?», preguntaba perplejo un joven en una calle que no era la de la puerta de su colegio. Saca el whisky, cheli. Gentío tabernario («Hola, tabernarios, ¿qué tal lleváis la jornada?», había tuiteado Isabel Díaz Ayuso). Gentío tabernario, de boîte, de after y de churrería. Como en el 77, sólo que ayer daban mascarillas para ponerse encima. Tres capas de calzoncillos. Al lado, un laboratorio de análisis clínicos tenía también lleno. Menudo negocio. He oído en Cartier que los de los laboratorios son ahora unos de sus mayores compradores. El capitalismo pandémico. Había alegría como de hacer cola para visitar los Museos Vaticanos. Aunque el primer día no hubo en el Vaticano ni colas ni aglomeraciones. Tampoco hubo aglomeraciones en Madrid. Sólo colas que discurrían de manera rápida, pero impresionaba verlas. Una participación por encima del 69%, 11 puntos más que en 2019. 69, precisamente el número que buscaba Díaz Ayuso.
Era martes pero parecía domingo. En el 77 habría sido miércoles. Se veían parejas que lo mismo podían ir a misa que a tomar el aperitivo. O a las dos cosas. Una después de otra. Hubo una señora que rompió aguas antes de que abrieran el colegio y no se fue a parir hasta que votó. El alcalde Almeida firmó escayolas. Unas monjas pidieron a Ayuso hacerse fotos con ella. Alber