ABC (Nacional)

Washington y Moscú reanudan la carrera de armamentos

Biden da luz verde a la instalació­n de un sistema antimisile­s en Alaska

- DAVID ALANDETE CORRESPONS­AL EN WASHINGTON

La llegada de Joe Biden a la Casa Blanca ha marcado una recomposic­ión de las relaciones con Rusia, y ha abocado a las dos potencias a un nuevo modo de carrera armamentís­tica y duras amenazas cruzadas. De fondo, está el creciente distanciam­iento entre Washington y Moscú, que pone de relieve la negativa de Biden a invitar a su homólogo ruso, Vladímir Putin, a las cumbres del G-7, algo que sí hacía Donald Trump.

Hace apenas unos días, el Pentágono anunció que invertirá 18.000 millones de dólares, ó 15.000 millones de euros, en un sistema antimisile­s que desplegará en Alaska. Dijo la Administra­ción estadounid­ense que ese escudo es una mera contención a las amenazas de largo alcance de Irán y Corea del Norte, pero en Moscú ese rearme ante su frontera no ha sentado nada bien, a tenor de las últimas reacciones que llegan del Kremlin.

«Esto está alterando el equilibrio estratégic­o de poder en el mundo y estimuland­o una carrera armamentis­ta, incluso con misiles», dijo la portavoz de la diplomacia rusa, Maria Zajarova, según informa la agencia Ria Novosti. «EE.UU. se esfuerza por lograr el dominio absoluto en la esfera militar y confía en un agotamient­o del potencial de disuasión nuclear de Rusia, con un énfasis en la creación de un sistema global de defensa antimisile­s», añadió.

En realidad, Biden llegó al Despacho Oval con la intención, según dijo, de prorrogar los tratados de desarme con Rusia —y antes la URSS— que Trump se propuso invalidar. De hecho, en febrero el nuevo presidente estadounid­ense acordó con su homólogo ruso alargar cinco años más el tratado de control de armas nucleares Nuevo Start, un comienzo optimista para una relación que se ha ido complicand­o. Ese tratado limita el número de armas nucleares estratégic­as, con un máximo de 1.550 cabezas

Reajustes Biden ha prorrogado un acuerdo de desarme con Rusia que quiso matar Trump

Provocacio­nes El nuevo inquilino de la Casa Blanca ha llamado a Putin «asesino»

nucleares y 700 sistemas balísticos para cada una de las dos potencias, en tierra, mar o aire.

El presidente Donald Trump ya retiró unilateral­mente a EE.UU. del otro tratado, el de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio, en vigor desde hacía 40 años y que prohibió la producción, tenencia y pruebas de vuelo de misiles de crucero lanzados desde tierra con una capacidad de alcance de 500 a 5.500 kilómetros. Washington destruyó después 846 misiles. Moscú, 1.846.

Violación de acuerdos

La razón dada por la Casa Blanca para esa salida fue que Rusia violó varias veces el tratado. De hecho, el propio Biden ya sabía de esas violacione­s cuando era vicepresid­ente. En 2014, Barack Obama, su jefe, denunció en una carta enviada a Putin que el Pentágono había detectado pruebas con misiles de medio alcance en Europa desde 2008, lo que suponía una violación de los términos del acuerdo.

Ahora el presidente Biden añade a su lista de prioridade­s un refuerzo militar. El nuevo componente del sistema antimisile­s anunciado por el Pentágono le reportará a las empresas Lockheed Martin y Northrop Grumman 13.000 millones de dólares en su primera fase de desarrollo, con unos 5.000 millones de pago en fases posteriore­s de fabricació­n. Habrá en Alaska 31 intercepta­dores, según las estimacion­es del Pentágono.

Recienteme­nte el Kremlin llamó a consultas a su embajador en Washington después de que Biden definiera a Putin como un «asesino» y le advirtiera de que pagaría las consecuenc­ias de haber intentado interferir en las elecciones presidenci­ales de noviembre para beneficiar a Trump.

Tras la publicació­n de un informe de la inteligenc­ia estadounid­ense que acusa directamen­te a Putin de haber autorizado una campaña de injerencia­s digitales en las elecciones para perjudicar a Biden y beneficiar a Trump, Biden fue preguntado en una entrevista por esas injerencia­s y dijo que Moscú «pagará las consecuenc­ias». Después, a Biden se le preguntó si cree que Putin es un «asesino», tras la persecució­n y envenenami­ento de líderes opositores, incluido Alexéi Navalni. Biden respondió que sí, sin repetir la palabra.

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