ABC (Nacional)

El caos que provoca la vacunación en India amenaza con colapsar el programa mundial

► El Gobierno delega en las provincias la responsabi­lidad y gestión de la campaña

- SAMEER RAWAL

Hasta el pasado lunes, casi 663 millones de dosis de las vacunas contra el Covid-19 fabricadas en la India y compradas por su Gobierno han sido donadas –al programa Covax mundial– o vendidas a 95 países con el programa de Vaccine Maitri, según anuncia el Ministerio de Asuntos Exteriores de la India en su web. Ahora, bajo el yugo de la enorme tasa de infeccione­s, que es la más alta del mundo, puede que la India no tenga suficiente­s vacunas para su población. Con la exportació­n de vacunas suspendida afectando al suministro global, la fase III de vacunación para los mayores de 18 años proclamada por los medios proguberna­mentales como la gran solución del primer ministro, Narendra Modi, empezó evidencian­do que faltan dosis sobre el terreno. El Gobierno de Delhi comenzó la campaña el 3 de mayo pidiendo a sus ciudadanos que tengan paciencia si se les acaba la vacuna antes de recibir más.

El 29 de enero, en el foro de Davos, Modi proclamó la victoria de la India sobre el Covid-19 y lo repitió en el Parlamento de su país una semana después. Justo antes del comienzo de la segunda ola, expresó su deseo de convertir a la India en gurú mundial (‘Vishwa-gurú’, en hindi) en cuanto a las vacunas. Ignoró todos los informes que advertían sobre un posible aumento de las infeccione­s en los meses que venían, y no habló de fortalecer la infraestru­ctura sanitaria del país después de lo que pasó en la primera ola.

Pedir ayuda

Cuando al ministro de Asuntos Exteriores le preguntaro­n por qué la India exportaba 66 millones de dosis al extranjero, él contestó que si el país no ayuda a otros que lo necesiten, ¿cómo podrá pedir ayuda de ellos si les hace falta? No se le ocurrió pensar que si la India en lugar de vacunar a los suyos, aliviaba la preocupaci­ón mundial generada por la pandemia, se podría convertir en uno de los países más afectados, con el riesgo añadido que supone su enorme población.

Los fabricante­s de vacunas indios tienen derecho a vender el 50% de su producción a las provincias y sectores privados, y el otro 50% restante lo deben vender solo al Gobierno central indio, según las reglas para la campaña de vacunación que empezó el pasado sábado. Así, el Gobierno se ha quitado de encima su deber de suministra­r vacunas a los ciudadanos poniendo la responsabi­lidad de la campaña sobre cada provincia. Además, han otorgado la libertad de decidir los precios a los fabricante­s, que varían según quién las adquiera. Unas provincias han optado por no cobrar la vacunación a la gente, y quizá todas decidan hacer lo mismo; pero de todas formas los gobiernos provincial­es estarán pagando mucho más que el Gobierno central, que recauda el presupuest­o de los impuestos de los ciudadanos.

Los precios que los fabricante­s estarán cobrando a los gobiernos provincial­es y hospitales privados son desde 2,5 a 8 veces más caros que lo que facturan al Gobierno de Modi. Según unos informes hechos públicos recienteme­nte, la vacuna de AstraZenec­a podría salir más cara en la India que en EE.UU.

El CEO de SII, empresa india que produce el Covishield y tiene la fábrica más grande del mundo de vacunas, Adar Poonawala, comentó en una entrevista que su empresa ya obtiene beneficios vendiendo solamente al Gobierno central indio y al precio acordado de 150 rupias (más o menos 2 euros).

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AFP Vacunación con el suero de Covishield (AstraZenec­a) contra el coronaviru­s en un hospital de Amritsa
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