Reparto de culpas entre Ferraz, La Moncloa y el PSOE regional
Intento del partido por aislar la debacle a Madrid sin asunción de responsabilidades
MADRID
La dirección socialista intenta trasladar la idea de que los resultados del 4-M no tienen ninguna traslación a otro lugar. Un diagnóstico que es bastante compartido en el partido y que está dificultando la autocrítica y la asunción de responsabilidades. ¿Por qué ha tenido este resultado el PSOE? «Ultraderecha pura y dura. Afrontar eso cuando se dispara no es fácil», resume un importante dirigente.
Ayer, la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, manifestaba que «con total claridad, el PSOE de Madrid, y en estas elecciones de Madrid, ha tenido una derrota sin ambages». Hay que decir muchas veces Madrid. En la federación madrileña, por su parte, muestran mucha incomodidad por un diagnóstico que pretende cargar todas las responsabilidades: «José Manuel Franco (el líder regional) no tiene culpa ni responsabilidad. Ni en lo bueno ni en lo malo», dicen cargos del PSOE madrileño. Todo el mundo da por hecho que Gabilondo dejará su escaño más pronto que tarde. Pero ayer desde su entorno y desde otros sectores del partido en Madrid se certificaba que recogería su escaño en la Asamblea de Madrid. Pero el cuestionamiento a su figura es general incluso entre quienes creen que la responsabilidad recae en La Moncloa: «Todo el mundo sabíamos lo que se pensaba de Gabilondo en Madrid», dicen desde otra federación, donde se cuestiona la oposición realizada «no ya en la pandemia, sino en los últimos años».
Iván Redondo es una figura señalada en esta contienda por tratarse del principal asesor del presidente. Y por ser el hombre encargado del relato y la estrategia electoral del PSOE en la última época. Su éxito en Cataluña es hoy su fracaso, dicen quienes desconfían de sus métodos.
Sin embargo, los acontecimientos se originan en la operación de las mociones de censura en la Región de Murcia. Una apuesta que hay quienes recuerdan que se cocinó entre los altos mandos de Ferraz y en la que «él no estuvo». Un trance en el que se señala a Adriana Lastra y a José Luis Ábalos. «Ayuso nos pilló con el pie cambiado», reconocen en el partido. Donde añaden que con posterioridad fue «la presencia de Pablo Iglesias lo que alteró toda la campaña».
Críticas a la campaña
La paternidad de la campaña es discutida y discutible dentro del PSOE. Los socialistas madrileños se borran por completo de la planificación y la ejecución de la misma. Y con resignación se lamentan de que «hemos perdido voto hacia el PP». Además de que miran hacia la candidatura de Más Madrid liderada por Mónica García, que los superó en votos, y plantean que representa «la renovación que nosotros tuvimos que hacer hace dos años».
La crítica a la campaña es generalizada. En primer término se cuestiona la ambición de atraer votos de Ciudadanos como eje central de campaña. Una estrategia que se ha demostrado como un rotundo fracaso. Y aquí se señala al equipo de La Moncloa por haber pretendido reproducir la campaña catalana. Se cuestiona también la excesiva exposición a la que se sometió a Sánchez durante la precampaña que contribuyó al marco plebiscitario que deseaba Isabel Díaz Ayuso.
Pero otras fuentes recuerdan que «al final» se hizo otra campaña que «era la de Ferraz». Y que tampoco funcionó. Una campaña en la que muchos lamentan que se mimetizaron con la retórica de Pablo Iglesias y que «nos dejamos llevar por la falsa idea de que la campaña había cambiado». Esto último es importante porque en el partido se cuestionan los sondeos que se han manejado para ir tomando decisiones de calado.