EL CORONAVIRUS AMENAZA CON EL CIERRE DEL HIMALAYA
► El aumento de casos de coronavirus en el Everest y el Dhaulagiri podría acabar con la temporada alpinista
«El coronavirus ha llegado a nuestro campo base y la prioridad ahora mismo es controlar la situación y preocuparse por la salud de todos». Las palabras de Carlos Soria llegan desde el Dhaulagiri, donde hace varios días que los helicópteros trabajan para evacuar a personas con síntomas. Situación que se repite en el Everest y que pone en peligro el normal discurrir de la temporada de primavera en el Himalaya, donde ya se habla de cancelación a pesar de las presiones del Gobierno de Nepal, empeñado en que las expediciones cumplan con su objetivo para mantener los ingresos que sostienen buena parte de su economía.
El asunto del coronavirus es tabú en el campo base de los colosos del Himalaya, donde está casi prohibido hablar de ello. Al menos, de puertas para fuera. Pesa la ley del silencio, amenazados los alpinistas por un futuro sin permisos si hablan más de la cuenta. Por eso, cuesta encontrar testimonios de primera mano sobre lo que allí ocurre estos días. La realidad habla de un brote creciente, con contagios tanto en el Dhaulagiri como en el Everest, aunque oficialmente no se haya reconocido ninguno. «Ayer (por el martes) se desvelaron los primeros positivos y hoy han continuado. Se ha evacuado a algunas personas, pero hoy no ha podido llegar el helicóptero, que se espera que pueda volver mañana. Nosotros intentamos tener las mayores precauciones y, por ahora, nos encontramos bien», reconoce a ABC Luis Miguel López Soriano, uno de los escuderos de Carlos Soria en su intento por alcanzar la cima del Dhaulagiri a los 82 años.
El veterano alpinista viajó ya a Nepal con la pauta completa de su vacunación, aunque no por ello ha bajado la guardia. Ha optado por aislarse junto a López Soriano y Sito Carcavilla a la espera de que mejore el tiempo y poder realizar un ataque a cumbre. Mientras tanto, se dedica a ayudar al resto de expediciones, muchas de las cuales han podido destapar sus positivos gracias al material llevado desde España por el abulense. «Estamos presionando para que traigan más pruebas PCR para que se controle mejor la situación. Sabemos que ahora mismo la cancelación de las expediciones es algo posible, pero nos mantenemos tranquilos», afirma López Soriano.
Mientras, el Gobierno de Nepal no se pronuncia. Oficialmente no hay casos positivos ni amenaza en el Everest y el Dhaulagiri, donde las recomendaciones de los médicos allí presentes siguen sin encontrar respuesta gubernamental. «Aquí es un tema tabú y yo tampoco pregunto mucho. Procuro mantenerme aislado, cuidándome lo más posible y esperando para poder mirar hacia la cumbre», señala a ABC Álex Txikon, otro de los españoles presentes en la zona.
En su caso, el objetivo es el Everest, hacia cuya cima se lanzará esta noche si no hay más contratiempos. Porque el campo base más famoso del mundo, convertido en una ciudad multicolor, atraviesa por una situación muy complicada que obligó a los médicos a reunirse hace tres días con los líderes de las expediciones para reforzar las medidas de seguridad. Cuidados que no han dado sus frutos, porque siguen apareciendo nuevos casos y se complica el futuro.
Aun así, hay varios equipos que quieren alcanzar su objetivo antes de que se decrete el cierre de la temporada. Como la expedición del príncipe de Bahréin y su séquito, que pueden ser los primeros en conseguir subir al Everest. Su ascenso puede marcar el principio del fin para el resto de expediciones, que se apresuran para seguir su estela. De hecho, algunos clientes han utilizado el transporte de los helicópteros para alcanzar el campo 2 y saltarse buena parte del camino, dejando a un lado la ética del ascenso tradicional. Cosas de la nueva normalidad, que mantiene en jaque al alpinismo en el Himalaya.