Un exdirectivo de Repsol justifica el contrato con Villarejo por el concierto hostil de Sacyr y Pemex
El que fuera secretario general y secretario del consejo de administración de Repsol, Luis Suárez de Lezo, declaró ayer en la Audiencia Nacional que el contrato con la empresa del excomisario José Manuel Villarejo, Cenyt, sufragado a medias con Caixabank, respondía a un «auténtico concierto hostil» del expresidente de Sacyr Luis del Rivero y la petrolera mexicana Pemex que iba a dañar gravemente a Repsol.
En calidad de investigado, Suárez de Lezo explicó ayer que no conocía ni la empresa ni al excomisario y fue el entonces jefe de seguridad de Repsol, Rafael Araujo, también imputado, quien se lo dio todo hecho. Le comunicó que había recurrido a una empresa solvente que trabajaba para las grandes compañías españolas para encomendarle una labor de inteligencia empresarial, a fin de defender a Repsol de una opa y así, evitar que Pemex controlase la empresa.
Conforme detalló, el Gobierno de Argentina se puso en contacto con Repsol para pedir explicaciones ante la posibilidad de que Pemex controlase la española, que allí explotaba sus recursos, según informan a ABC en fuentes presentes en la declaración. Incidió así en el impacto que podía tener para Repsol aquella maniobra, pues la alianza acabaría desintegrando la compañía separando la parte nacional de la internacional y pasaría por robar su tecnología de aguas profundas y a sus mejores especialistas.
Suárez de Lezo incidió en que no recibió ninguna orden del presidente de Repsol, Antonio Brufau, sobre este asunto y que su conocimiento del desarrollo de la labor encargada a Cenyt se limitó a reuniones breves, ejecutivas y ocasionales con Araujo, que le proporcionaba información general, pero no detalles. En cualquier caso, no descarta que Brufau y el entonces presidente de Caixabank, Isidro Fainé, hablasen del tema. Le sonaba que Araujo le comentó que hablaría con su homólogo en la entidad financiera, Miguel Ángel Fernández Rancaño. La maniobra perjudicaba a las dos empresas, pues Caixabank era el accionista de referencia de la petrolera.
A continuación, declaró Juan de Amunátegui, que en las fechas objeto del encargo a Villarejo era director corporativo de servicios de recursos humanos en Repsol. Según afirmó su conocimiento del asunto se limitó a «cotilleos» que le comentaba Araujo, que no despachaba con él de manera formal.