El PP firmará en cuanto el PSOE acepte la independencia judicial
Casado tiene el apoyo de líderes de la UE para exigir una mayor separación de poderes
La historia vuelve a repetirse. El ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, reveló ayer que mantuvo una conversación con el secretario de Justicia del PP, Enrique López, después de las elecciones madrileñas del 4-M, en la que se emplazaron a sentarse a hablar de forma inmediata sobre la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), pendiente desde diciembre de 2018. Desde el Partido Popular no se desmintió esa disposición a hablar. Pero hay un punto decisivo que no ha cambiado, según fuentes de Génova: el PP firmará un pacto por la renovación del Poder Judicial en cuanto el Gobierno acepte un compromiso claro por la independencia judicial y la división clara de poderes.
Como informó ayer ABC, en el principal partido de la oposición siguen pensando que la pelota está en el tejado de La Moncloa. En concreto, en el despacho de Pedro Sánchez. En cuanto el presidente del Gobierno acepte la propuesta para reforzar la independencia judicial, que al final se concreta en que los jueces son elegidos por los jueces y en despolitizar todos los órganos judiciales, la renovación será un hecho. «Sería cuestión de horas», aseguran.
El PP solo espera una llamada del Gobierno en la que acepte ese compromiso, que los populares plasmaron en sendas proposiciones de ley (en 2018 y 2020) en el Congreso de los Diputados. Mientras tanto, Campo puede seguir llamando a López, y estar en contacto con él. «No habrá acuerdo si no se acepta esa condición», reiteran en el entorno de Pablo Casado, para quien este asunto es una cuestión de principios, y no está dispuesto a ceder.
Sin Podemos
El PP también puso como condición la retirada de la reforma legal del PSOE para cambiar las mayorías necesarias a la hora de renovar el Poder Judicial. Los socialistas, presionados por la Unión Europea, acabaron desactivando esa iniciativa. Además, Casado exigió que Podemos no formara parte de las negociaciones ni del acuerdo. La aceptación de esa medida llevó al PP a sentarse con el Gobierno después de las elecciones catalanas, pero la presión de Podemos para ‘colar’ al juez De Prada, vetado por los populares, por la puerta de atrás, hizo saltar por los aires esa negociación y los populares se levantaron de la mesa.
En los últimos meses, Casado ha mantenido reuniones con líderes europeos, que le han dado su apoyo a la hora de reclamar una mayor independencia judicial. Así se lo trasladó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el comisario de Justicia, Didier Reynders, quien advirtió de que debía evitarse «cualquier tipo de influencia política en el nombramiento de los miembros» del CGPJ.
Con el aval de la UE y los buenos resultados del PP el 4-M, Casado se siente fuerte y si el PSOE apremia a la reforma del Consejo apelando a la urgencia de la que habla la Comisión Europea, él también se siente constreñido con la segunda advertencia: los vocales de procedencia judicial tienen que ser nombrados por sus propios compañeros. El mensaje ha calado más hondo en el partido en los últimos meses a raíz de la reforma –primero congelada y luego retirada– de la rebaja de las mayorías para elegir a los vocales jueces, y de la que ya ha entrado en vigor que limita las atribuciones del Consejo en funciones, una reforma que el PP ya ha anunciado que recurrirá al Constitucional.
«Quiero una despolitización absoluta. No quiero políticos en el CGPJ y sí que los jueces elijan a sus compañeros. Es un punto de encuentro con la Constitución y con Europa (...) Yo no quiero meter las manos en la justicia. Si el PSOE quiere hacerlo tendrá que explicarlo, no solo en España sino también en Europa», decía Casado recientemente en una entrevista en Cope.