López Obrador incendia la relación con EE.UU. al acusarlo de golpismo
► A un mes de las elecciones parciales, el mandatario mexicano celebra su primera reunión con Kamala Harris para tratar los problemas migratorios
Acusaciones «Entregar dinero a grupos políticos de otro país es injerencia y es golpismo sin armas»
Mucho ha cambiado la actitud del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador para con la Casa Blanca tras la marcha de Donald Trump. A su primera gran reunión con la vicepresidenta estadounidense, que hace poco ha asumido la labor de resolver la crisis migratoria en la frontera, el mandatario mexicano ha llegado acusando a su vecino del norte de intervencionista y financiador de golpistas, a lo que le ha añadido el desplante de comunicarle a Kamala Harris que no se iba a quedar a toda la reunión —efectuada de forma virtual por la pandemia— por otros compromisos. Aun así, en el cara a cara, López Obrador ha dicho: «Busquemos entendimiento, no pelea».
Al inicio de la reunión, a la que acudieron 15 altos funcionarios de ambos países, López Obrador sí destacó la necesidad de cooperar para solucionar la crisis migratoria, que ha provocado el hacinamiento de sin papeles centroamericanos en campamentos en la frontera, justo en plena pandemia. «Es necesario que nos entendamos, y evitar peleas», dijo. Atrás quedan aquellos días en que López Obrador visitó la Casa Blanca y le dijo a Trump: «hemos recibido de usted comprensión y respeto».
Acoso a las oenegés
Lo llamativo es lo que ha dicho el mandatario mexicano en su rueda de prensa mañanera, momentos antes de conectarse con Harris. Un periodista le ha preguntado si cree que EE.UU. está financiando un «golpe de estado» por haber donado fondos por medio de su embajada en México a una organización de nombre Mexicanos contra la corrupción. El dinero donado a ese grupo es de unos 50 millones de pesos, es decir unos dos millones de euros, según la propia presidencia mexicana.
López Obrador, sabedor de que unos instantes después iba a verse con Harris, dijo: «Un Gobierno extranjero no puede entregar dinero a grupos políticos de otro país, la Constitución nuestra lo prohíbe, no se puede recibir dinero de otro país para propósitos políticos, es traicionar a la patria. Es injerencia, promover el golpismo y también, para definirlo conceptualmente, no necesariamente tiene que ver con el uso de las armas». Añadió que a su entender, «el golpismo es una acción que puede llevarlo a cabo militares, pero las condiciones para ello se van generando con el apoyo de gobiernos extranjeros, medios de comunicación». La propia presidencia mexicana explicó después de que ha presentado una queja diplomática a EE.UU. por esos pagos.
Mexicanos contra la corrupción se define como una organización no gubernamental que efectúa investigaciones y litigios contra la corrupción y la impunidad. Según su sitio web, recibe financiación de varias instituciones públicas y privadas, incluida la agencia de cooperación estadounidense Usaid. Desde sus ruedas de prensa diarias, el mandatario suele acusar a la oposición y a los medios de golpismo y otras tropelías, aprovechando el púlpito de una presidencia que discurre televisada.
A esas declaraciones, López Obrador ha añadido que además, no tenía tiempo de quedarse a toda la reunión con Harris, prevista de aproximadamente una hora, todo un desplante. En su lugar, dejaría al canciller Marcelo Ebrard, supuesto delfín para sucederle en la presidencia y ahora salpicado por sospechas de corrupción y fallos en la construcción de una línea de metro de la ciudad de México que esta semana sufrió un accidente en el que murieron 25 personas y otras 80 fueron heridas.
Harris optó por centrarse en el tema a tratar, la grave crisis migratoria y la necesidad de que México coopere recibiendo y atendiendo a los migrantes que no acepta EE.UU. como hacía durante la época de Trump. «México es nuestro vecino más cercano y, por supuesto, compartimos una frontera... Esta alianza no podría ser más importante hoy. Nuestras naciones enfrentan serios desafíos», dijo Harris en los pocos minutos en los que la bilateral estuvo abierta a la prensa.
Sí ha querido sacar a colación después la vicepresidenta algunos de los asuntos más acuciantes en México, que requieren de reformas internas: «Juntos, debemos luchar contra la violencia, debemos luchar contra la co
rrupción y la impunidad. Es de interés mutuo para nuestros países brindar un alivio inmediato al Triángulo Norte [Honduras, Guatemala y El Salvador] y abordar las causas fundamentales de la migración».
El mandatario mexicano ha querido tener un detalle de reconocimiento hacia Harris, que aun no ha visitado la frontera o México y Centroamérica: «La migración es un tema que le importa mucho al presidente Biden porque decidió nombrarle a usted, comisionarle a usted, vicepresidenta de EE.UU., para atender este asunto que es desde luego de todo nuestro interés por las relaciones políticas históricas de amistad, a veces de diferencias».
En un mes, México celebra elecciones intermedias para la elección de los quinientos miembros de la Cámara Federal de Diputados, entre otros cargos estatales. Las encuestas prevén una victoria del partido del presidente, Morena, pero lejos de la mayoría absoluta necesaria para modificar la Constitución para ultimar las reformas que el mandatario defiende y que la oposición tilda de autoritarias. Recientemente López Obrador ha emprendido un durísimo ataque al Instituto Nacional Electoral, que supervisa los comicios, por invalidar la candidatura de varios miembros de su partido.