El desafío de Evenepoel
Comparece el Giro de Italia con su apego a la identidad de país y a los símbolos. Es la carrera de las montañas, de los colosos en los Dolomitas de la última semana, y de la tierra blanca en la Toscana de viñedos y cipreses. Una carrera que enseña incógnitas, sin un favorito de referencia, con los españoles Soler y Landa como abanderados de lo posible, y en pleno desafío para el último genio del ciclismo. El pequeño caníbal Remco Evenepoel vuelve al primer plano después de su tremenda caída en agosto que lo ha dejado en tierra durante casi nueves meses.
El trazado de 3.480 kilómetros de Turín a Milán favorece a los escaladores tipo Simon Yates (Bike Exchange) o Egan Bernal (Ineos), dos ciclistas que ya han ganado una grande, la Vuelta y el Tour respectivamente. Como siempre, el Ineos apabulla en las previas, tan grandilocuente su presupuesto como para presentar a Sivakov, Filippo Ganna y los colombianos Daniel Martínez o Sosa en la misma alineación. El año pasado ganó el Giro con otro de sus talentos, Tao Geoghegan. «Necesito recuperar mi autoestima», ha declarado Bernal, quien naufragó en el último Tour.
No es difícil imaginar que la referencia va a ser Evenepoel, el fenómeno belga que avasalló en todas las carreras en las que concursó en 2020 hasta su caída en Lombardía. Ha ofrecido ya suficientes muestras de sus capacidades, incluso algún atisbo de altivez. «No tuvimos tiempo para preparanos y tampoco lo veo necesario», dice inédito en la gran competición este año. El Movistar, con Soler y su opción a la sorpresa, y Landa (Bahréin), siempre aspirante, son los españoles a tener en cuenta.