Gerardo Sánchez «Salir en la tele es una droga, te vuelve tonto»
El director de ‘Días de cine’ lamenta que TVE sea un arma arrojadiza entre los partidos
Gerardo Sánchez confiesa que se aficionó al cine cuando su abuela lo colaba en el cine de Usera, todos los miércoles, hace más de medio siglo. «Lo recuerdo como si fuera hoy: preguntaba por el señor Montero, el encargado, que salía con su traje de Emil Jannings en ‘El último’, y veíamos las películas embobados». Aquella pasión encontró los primeros fundamentos en el colegio San Juan Bautista, de Pozuelo, donde en 1972 les dieron un curso de lenguaje audiovisual y guion. Luego estudió Imagen en la Facultad de Ciencias de la Información y, antes de cumplir los 18, se fue a vendimiar para pagarse una cámara de Súper 8.
El director de ‘Días de cine’ en TVE desde 2009, cadena en la que empezó a trabajar en 1982, también admite que no pierde la esperanza de ‘hacer cine’. «Quien diga que no es una aspiración, miente. Cuando compré esa cámara con sangre sudor y lágrimas, vendimiando en Toledo durante 40 días, pensaba que iba a renovar el lenguaje audiovisual. Hice cortos muy malos, otros menos. Me hubiese venido bien una estructura de producción como en el Hollywood
clásico. Como no la había, no hice las películas que mi imaginación dice que he hecho. No pasa nada. No lo descarto todavía, pero estoy tan liado... El trabajo quita mucho tiempo».
Escandalizado por los Oscar
La conversación tiene lugar poco después de los Oscar, que le han vuelto a dejar insatisfecho. «Es recurrente, desde la primera ceremonia, que gana ‘Alas’ y no ‘Amanecer’». El director de ‘Días de cine’ cita otras injusticias: Chaplin, Hitchcock... hasta llegar a «este año tan extraño, que también tiene su cosillas». «¿Cómo pueden darle el premio al mejor guión original a ‘Una joven prometedora’? Me escandaliza. La película está bien, pero el final la acredita como un mal guion».
Sánchez no solo dirige ‘Días de cine’. También da la cara, a su pesar. «No me gusta el protagonismo excesivo. Hay mucha vanidad en televisión y como lo veo, no quisiera caer. Antonio Gasset, por ejemplo, nunca quiso y se resistió a presentar el programa, porque también es muy tímido. Pero sus amigos Jesús Ortiz y Ramón Colom le obligaron a presentarse voluntario y lo hizo y pasó lo que pasó. A mí tampoco me gusta que el protagonismo del periodista. El signo de los tiempos es otro y no me gusta. Además, tengo miedo. He comprobado que salir en televisión es una droga y que la gente se vuelve tonta, está comprobado. Me gusta demasiado el cine para pensar que me puedo volver más tonto».
Sobre la cantidad de público que ve su programa, Sánchez explica: «Hay muchos gurús de la televisión y las audiencias, pero un factor fundamental es el horario. Cuando se emitía a las diez de la noche, algunas semanas hacía un millón de espectadores. A las ocho y media de un viernes sería un milagro, como para interrumpir el Telediario. El ‘prime time’ es un escaparate de la calle Serrano y se cotiza».
Gerardo Sánchez evoca los tiempos de Garci y ‘¡Qué grandes es el cine!’, que murieron. «A los gurús, ver a unos tipos hablando de cine les parece veneno para la audiencia. Y sin embargo, la tele está llena de ruido banal que no dice nada.
Esperanza de cambio
Gurús de la televisión «Ver a unos tipos hablar de cine les parece veneno, pero el medio está lleno de ruido banal»
Antonio Gasset «Nunca quiso presentar el programa, pero le obligaron a salir y pasó lo que pasó»
«Es como el sueño americano. Existe, pero claro, es un sueño. Soy muy pesimista, porque creo que la televisión pública en España es un arma arrojadiza entre partidos. Lo digo de todos los partidos. Es sistemático. Se podría hacer una tesis doctoral. Funciona mejor o creen que les sirve más como arma que como herramienta de cohesión. Hay mucho terreno no necesariamente ideológico en el que se puede enseñar».