Vivan las caenas
La delegada regional del sanchismo acusa a Ayuso de fomentar el libertinaje
Con Franco esto no pasaba. Hablamos de José Manuel, ya purgado por el sanchismo como líder del PSM y en cuyos tiempos como delegado del Gobierno en Madrid la Policía –venga furgonas– hacía lo que podía ante cualquier amago de altercado. Mercedes González, su sucesora, es más retraída y observadora. Como buena delegada de Pedro Sánchez, ha asimilado la estrategia oficial de la pasividad y la descarga de responsabilidades. «Cuando llevas meses sembrando una falsa libertad te encuentras con el libertinaje», se queja González, que abunda en la teoría anarcolibertaria formulada en su día por el diario oficial de avisos y alertas para culpar a Ayuso de los incidentes del pasado sábado y evitar así la autocrítica por su falta de previsión. Para la delegada regional del sanchismo, que comparte con su jefe el rechazo a cualquier análisis sereno sobre el 4-M y la fenomenología tabernaria, la libertad es un riesgo inasumible ante las ventajas para la convivencia que proporciona el toque de queda, garantía de una inmunidad de rebaño que empieza por la valla del corral y termina con el ganado estabulado, engordado por el pienso que les llevan los ‘riders’ y viendo series en la tele. La libertad queda para pedir extra de queso y patatas fritas y elegir plataforma digital. Vivan las caenas de televisión.