ABC (Nacional)

La nueva huerta valenciana

Los agricultor­es buscan alternativ­as a los cultivos tradiciona­les para sacar mayor provecho a sus tierras. A la moda en retroceso del caqui se suma ahora un nuevo producto que triunfa en el mercado: el aguacate

- TONI JIMÉNEZ

Uno de los personajes de las novelas con las que Blasco Ibáñez retrató la vida en la huerta valenciana se mostraba cansado de la «monotonía de los naranjos y las palmeras». Más de un siglo después, la naranja junto a la mandarina, la uva, la almendra y las aceitunas siguen siendo los cultivos predominan­tes en la región. Pero quizás si Leonora, la protagonis­ta de ‘Entre naranjos’, viajara al presente, encontrarí­a más variedad en sus paseos por las fincas agrícolas.

Fue precisamen­te a principios del siglo XX cuando la transforma­ción de zonas de secano a regadío permitió extender el cultivo de frutas y hortalizas en la Comunidad Valenciana. Los cítricos permanecen actualment­e en la cúspide de un sector agroalimen­tario dividido en pequeñas y medianas particione­s de tierra de carácter familiar: casi ocho de cada diez explotacio­nes cuentan con menos de cinco hectáreas y el tamaño medio en la Comunidad Valenciana ronda las cinco y media.

Pero las variedades que en su día fueron garantía de éxito, ahora no funcionan. Los agricultor­es buscan alternativ­as o, incluso, otros productos distintos a los tradiciona­les que les permitan rentabiliz­ar al máximo sus campos. Con ellos, «perciben mejores precios porque ocupan un hueco de mercado nuevo, tienen un número de plantas limitado y se comerciali­zan en la gran distribuci­ón europea en una gama de calidad gourmet», explican desde AVA-ASAJA, una de las organizaci­ones mayoritari­as del sector. Entre esos frutales que escapan de lo convencion­al destacan, por ejemplo, el kiwi o las mandarinas con variedades Orri y Tango.

Un propósito, el de emprender para satisfacer la demanda del mercado y comerciali­zar mejor el cultivo, que no está exento de riesgos, pero que persigue un único objetivo: poder vivir de la tierra que se trabaja. Para plantar alguna de estas variedades hay lista de espera. El caso más revelador es el del aguacate. Hace diez años apenas ocupaba 137 hectáreas en toda la región. Hoy esas porciones de tierra se han multiplica­do por quince, hasta las 2.121, según la Encuesta sobre Superficie­s y Rendimient­os de Cultivos (Esyrce). En la era de las redes sociales y el auge del veganismo, la apariencia y lo exótico de este producto, además de sus múltiples usos y beneficios, han disparado su demanda entre los ‘millennial­s’. También su precio. Es la fruta de moda y Valencia quiere su parte de la tostada.

Pero, ¿cómo se ha llegado hasta aquí? La fiebre del caqui disparó hace una década el cultivo de este fruto en la Comunidad Valenciana. Entre 2010 y 2020, la producción se triplicó, desde las 5.000 a las 15.000 hectáreas. Un ascenso meteórico que coincide con los años en los que el naranjo cedió terreno, pero que ya muestra síntomas de regresión por la guerra de precios –se llegaron a pagar a 70 céntimos el

La burbuja del caqui La saturación del mercado y el veto de Rusia han frenado en seco las expectativ­as con este fruto

frente a los 22 actuales– y el veto ruso. Lo mismo ocurre con algunas variedades de naranja o con el granado, que también se ha desinflado fuera de la comarca de la Vega Baja, su ámbito natural. Campos enteros que se están arrancando para probar suerte con otro cultivo o, directamen­te, se están abandonand­o ante la falta de viabilidad.

El fracaso de estas alternativ­as, explica Ferran Gregori, técnico de la Unión de Agricultor­es y Ganaderos de la Comunidad Valenciana –otra de las principale­s asociacion­es agrarias–, viene motivado por una falta de planificac­ión a largo plazo. «Si nos lanzamos todos a un cultivo y el consumo no va en proporción al aumento de la producción, saturamos la oferta y quemamos el mercado muy rápido», señala. Para Gregori, se trata de una crisis de modelo comercial que no pone en valor el producto, sino que «compite solo en precio con otros países como Sudáfrica o Egipto, que con poco que lo bajen ya te lo revientan».

«Hemos dejado las clementina­s clemenules en el suelo y vamos a arrancar 25 fanegadas –cada una equivale a 831 metros cuadrados– para plantar la variedad Valencia porque su precio se mantiene», cuenta Daniel, un joven de 28 años encargado de gestionar varios campos en la localidad de Benifairó de los Valles. Él mismo también simboliza otro de los problemas del sector. En la Comunidad Valenciana, solo los titulares del 6 por ciento de las explotacio­nes tienen menos de 34 años. Mientras los trabajador­es de la plantación cargan y pesan la fruta en cajones, Daniel lamenta que «todo son gastos y no es rentable» porque «están entrando naranjas de otros países sin los controles que nos exigen a nosotros». «Sale más barato dejarlo perder que mantenerlo», indica señalando un campo abandonado enfrente del que ahora recoge la cosecha. Según la Ley de Estructura­s Agrarias de la Generalita­t, el abandono de las tierras ha provocado la desaparici­ón de casi la mitad de las explotacio­nes agrarias existentes hace diez años y una reducción de la superfikil­o,

Precios al alza La demanda de aguacates en Europa provoca que el agricultor reciba hasta tres euros por kilo

cie agraria útil superior al 11 por ciento. Con estas expectativ­as, el técnico de la Unión defiende que «la alternativ­a al cultivo de los cítricos es el mismo producto pero visto de otra manera». Nuevas variedades pigmentada­s que aseguren la viabilidad de la plantación, como mínimo, durante unos cuantos años. Sin embargo, incide Ferran Gregori, todo esto requiere organizaci­ón, investigac­ión y formación para identifica­r los nichos de mercado. También se hace necesaria, a su juicio, la intervenci­ón de la Administra­ción a la hora de diversific­ar el sector y llevar a cabo una política agraria «inexistent­e» durante muchos años.

El oro verde

A pocos metros del bancal en el que Daniel recoge la naranja, Mariano Condomina cultiva sus aguacates en una tierra en la que sus antepasado­s han visto crecer desde algarrobas hasta uva. Hace quince años que se lanzó a arrancar los naranjos, de forma progresiva, para probar suerte con un fruto que hasta entonces no tenía presencia en la zona. De las primeras cinco fanegadas y media, pasó a las 60 actuales distribuid­as en varios campos. De cada una de ellas salen de media, 1.250 kilos de aguacates. En toda España se produjeron durante la última campaña, según Asaja-Málaga, 81.000 toneladas. Además, se facturaron 189,9 millones de euros, un 50 por ciento más que en la cosecha anterior. Este agricultor de 62 años se muestra «enamorado» de un producto «diferente y muy bueno» que «da valor a la tierra» y tiene muchas aplicacion­es. «Si llueve o hace frío, el aguacate no se estropea. En ese sentido, la naranja es muy delicada», comenta. Es un cultivo que ofrece más rentabilid­ad porque «no da faena», en comparació­n con las plagas que afectan al naranjo y tampoco supone un consumo de agua desenfrena­do, como algunos, dice, quieren hacer creer.

Condomina defiende la perspectiv­a de futuro de este fruto y no ve peligro en que se repita la saturación que ha llevado al fiasco algunos experiment­os agrícolas. La viabilidad de las plantacion­es de aguacates está ligada a las zonas cálidas en las que no se producen heladas –por encima de 0 y por debajo de 30 grados–, por lo que se reduce su superficie útil en la Comunidad Valenciana a prácticame­nte tres comarcas. «Se está consumiend­o mucho en Europa, se están abriendo nuevos mercados y se tiene que saber vender el producto fuera». Pero el interés que suscita, sobre todo, es económico. «Se paga bastante bien porque hay demanda», puntualiza al tiempo que augura para el año que viene una buena cosecha. «Peor que la naranja no puede ir», razona confiado. El productor recibe entre 2,1 y 2,2 euros por kilo, aunque según la calidad, el tamaño o las fechas se puede llegar a pagar hasta tres euros por kilo. Después se vende al consumidor rozando los cinco. Pese a ello, hay una reivindica­ción que se repite: la falta de implicació­n por parte de las institucio­nes. Los productore­s valenciano­s de este exótico fruto se han constituid­o en una asociación, Asoproa, de la que Mariano es vicepresid­ente. El objetivo es conseguir una denominaci­ón de origen para el aguacate valenciano, una marca de calidad que lo distinga del de otros países. Para ello están también en contacto con el resto de zonas de España en las que el aguacate tiene una presencia destacada, como Andalucía. En el sur del país predomina la variedad llamada Hass, mientras que en la zona valenciana de Sagunto destaca la Lamb Hass, con una ventaja que Mariano pone en valor: «Una llega cuando se acaba la otra, por lo que hay un par de meses en los que la nuestra vale más dinero, porque la fruta de Perú todavía no ha llegado».

Con todo, Condomina advierte de una única plaga ante la que están «muy indefensos»: los robos. «Queda lo mínimo por vallar», lamenta. Pese a que están en contacto continuo con la Guardia Civil, es difícil identifica­r a los autores de los hurtos porque la mayoría ni siquiera se denuncian. Por ello, abogan por aumentar los controles en los comercios y mercados para asegurar la trazabilid­ad del producto. Quien también ha sufrido este problema en primera persona es Rafael Llácer, propietari­o de una explotació­n de la variedad Hass en Simat de Valldigna –cerca de Gandía–, a quien expoliaron 50 plantas en 2017. A día de hoy, advierte, siguen siendo un producto muy codiciado para las mafias. Como curiosidad, Llácer destaca que los árboles que cultiva en sus campos han sido modificado­s genéticame­nte para evitar que su sensibilid­ad a la humedad y a la fitóftora, un hongo que acaba con ellos, les afecte. Por ello, cuando el agricultor se hace con la patente está obligado a localizar su plantación y se compromete a no reproducir­la.

¿Futuro para los jóvenes?

En el horizonte, este productor de 57 años ve «mucho potencial» en los nuevos cultivos que emergen con el asesoramie­nto y la orientació­n técnica que precisan. No obstante, al margen de esa reconversi­ón de variedades, la búsqueda de nuevos mercados exportador­es y la modernizac­ión de las infraestru­cturas agrarias, Rafael señala un problema fundamenta­l para el futuro del campo valenciano: la falta de arraigo entre los más jóvenes, que no ven este sector una opción viable para salir adelante.

Robos continuos La mayoría de los hurtos no se denuncian, por lo que es difícil seguir la pista del producto

 ??  ?? Más que una fruta
Mariano Condomina (a la derecha) cultiva aguacates en Benifairó de los Valles desde hace quince años. Ahora es vicepresid­ente de una asociación de agricultor­es valenciano­s que busca obtener un sello de calidad diferencia­do para su producto
Más que una fruta Mariano Condomina (a la derecha) cultiva aguacates en Benifairó de los Valles desde hace quince años. Ahora es vicepresid­ente de una asociación de agricultor­es valenciano­s que busca obtener un sello de calidad diferencia­do para su producto
 ?? ROBER SOLSONA ?? La naranja sigue siendo la reina
La región tiene una superfície de 71.989 hectáreas dedicadas al cultivo de este cítrico, con 1.527 toneladas recogidas en 2019
ROBER SOLSONA La naranja sigue siendo la reina La región tiene una superfície de 71.989 hectáreas dedicadas al cultivo de este cítrico, con 1.527 toneladas recogidas en 2019
 ??  ??
 ?? ROBER SOLSONA ??
ROBER SOLSONA
 ??  ?? 3,4 toneladas de aguacates valenciano­s en 2019
Es la cifra de producción que maneja la Generalita­t tras haberse triplicado el número de hectáreas en la última década
3,4 toneladas de aguacates valenciano­s en 2019 Es la cifra de producción que maneja la Generalita­t tras haberse triplicado el número de hectáreas en la última década
 ?? ROBER SOLSONA ?? Lista de espera para cultivar con patentes
Los árboles se plantan con modificaci­ones genéticas para evitar plagas y la polinizaci­ón se obtiene con colonias extras de abejorros
ROBER SOLSONA Lista de espera para cultivar con patentes Los árboles se plantan con modificaci­ones genéticas para evitar plagas y la polinizaci­ón se obtiene con colonias extras de abejorros
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain