El VAR de la discordia
González González era el responsable del videoarbitraje en los duelos que enfadan más al Real Madrid
La primera temporada del VAR dejó una frase para la historia. En su ánimo por dar transparencia al dichoso sistema, el comité de árbitros decidió sacar a la luz algunas de las conversaciones mantenidas entre la sala de videoarbitraje y el colegido principal. Una de las elegidas fue la ocurrida durante un duelo entre el Real Madrid y la Real Sociedad que terminó con derrota blanca y en el que Rulli, portero donostiarra, arrolló a Vinicius dentro del área. Aquella jugada se resolvió con un «todo ok, José Luis» del VAR al colegiado principal. Palabras que provocaron la indignación entonces en el club blanco y que vuelven a cobrar actualidad tras lo sucedido ante el Sevilla.
Otro José Luis se ha cruzado en esta Liga con el Real Madrid, provocando el recelo del club, que ya no ve como casualidad el hecho de que el mismo colegiado –José Luis González González– haya sido el protagonista desde el VAR en cuatro de los partidos más polémicos de la temporada. El árbitro leonés, retirado ya de sus funciones como juez de campo, fue el encargado de avisar el domingo a Martínez Munuera tras interpetrar que el madridista Militao había cometido penalti después de que el balón impactara en su brazo extendido lejos de su cuerpo.
La mano de Miranda
No lo entendió igual el doble González cuando hace algunas semanas Militao remató a portería y su cabezazo se estrelló en el brazo, también extendido de manera antinatural, del bético Miranda. Ese día no quiso el leonés librar de su error a Estrada Fernández y su pasividad le costó dos puntos al Real Madrid. Quizá pensó en el feo que le había hecho poco antes Hernández Hernández durante el derbi madrileño y por eso optó por inhibirse. Aquel día, lúcido y veloz, sí que advirtió a su compañero a ras de césped, que optó por mantener su decisión inicial en una cabriola técnica que pocas veces (en su caso, ninguna antes) se ha visto en un terreno de juego con el VAR.
Tres decisiones distintas para jugadas similares. Tres criterios a los que sumar uno más. El aplicado a la mano de Nacho en la jornada 11 en el encuentro ante el Alavés. Entonces, un cabezazo desde la banda se estrelló entre la espalda y el hombro del defensa blanco, que saltó con los brazos extendidos, aunque no cortó con ellos la trayectoria del balón. El árbitro vio penalti y González González no apreció lo contrario. No le pareció esta vez necesaria una segunda visión de la jugada.
No se le dan bien al Madrid los árbitros con apellido repetido, ni sobre el césped ni fuera de él. No quieren volver a ver a Hernández Hernández, responsable del derbi, y ahora chirría también González González, cuyos vaivenes con las manos han provocado el enfado del vestuario blanco.