Juve, la caída de un gigante
Vive su peor momento en años, amenazado de expulsión en la liga italiana y fuera de lo puestos de acceso a la Champions
Anda la Juventus como un campeón de boxeo acorralado, esperando el golpe de gracia a una temporada para olvidar en la que se le han juntado todos los males posibles. Languidece su pulso tras la abultada derrota ante el Milán del pasado fin de semana en el Allianz Stadium (0-3), una humillación que deja al conjunto ‘bianconero’ provisionalmente fuera de los puestos de Champions de la próxima temporada. A eso se suma su malogrado intento de liderar el proyecto de Superliga europea junto a Real Madrid y Barcelona, un fiasco al que se resiste a renunciar, y que podría costarle, incluso, su licencia para participar en la Serie A. El drama deportivo y económico se adivina de incalculables consecuencias.
Se había acostumbrado la Juventus a días de vino y rosas en Italia, con sus nueve scudettos consecutivos y los cuatro títulos de Copa de los últimos seis. En el país de la bota nadie se atrevía a toserle, pero faltaba el asalto europeo. Los grandes reveses habían llegado siempre en la Champions, donde en la última década sumó dos subcampeonatos más (2015 y 2017) a su récord absoluto de siete. Justo para remediar eso se fichó a Cristiano. Se convenció al astro portugués de abandonar el Madrid y embarcarse en una nueva aventura en la que no solo cumpliría su deseo de doblar su salario, sino que le convertiría en el líder de un proyecto diseñado para el éxito. Casi tres años después, el balance no solo dicta que el bombazo europeo no se ha producido, sino que también se ha perdido la hegemonía en Italia, convertido el Inter en el nuevo amo de la Serie A a falta de cinco jornadas.
El proyecto de la Juventus en la temporada de la pandemia comenzaba el pasado mes de agosto con un cambio
Cristiano, en su último partido fundamental en el banquillo. Andrea Pirlo, anunciado como técnico de la plantilla sub 23 solo un mes antes, era ascendido a entrenador del primer equipo ese verano tras la destitución de Maurizio Sarri. Sin experiencia previa en los banquillos, pero con un pasado de leyenda como jugador ‘bianconero’, la llegada de Pirlo fue recibida con euforia. Meses después, sin embargo, su continuidad la próxima temporada está más que descartada. Si no está ya fuera es porque la Juve tiene la final de Copa ante el Atalanta a la vuelta de la esquina. «No pienso dimitir. Empecé con mucho entusiasmo y sigo», dijo el ‘arquitecto’ el pasado domingo tras perder la cuarta plaza liguera. «Trabajo en un gran club, sabía que tendría dificultades, pero creo que podemos salir del momento difícil. Seguirá haciendo mi trabajo hasta que se me permita». En Italia pocos dudan de que Andrea Agnelli intentará reflotar la nave colocando al frente a Zinedine Zidane.
El fin de una etapa
También pende de un hilo la continuidad de Cristiano, a quien parece que el proyecto juventino dejó de interesarle ya hace tiempo. Una temporada más, el portugués ha sido el más destacado de una plantilla que se reforzó a conciencia y tirando de talonario (Arthur, Morata, Chiesa, McKennie, Kulusevski...), pero en cambio se ha sentido más solo que nunca. Su deambular por el campo en el duelo ante el Milán, donde apenas se asomó por el área, causa alarma. PSG, Sporting de Portugal y Manchester United aún le recibirían con los brazos abiertos y, para bien o para mal, los ciento y pico millones que costó llevarle a Turín los dan por amortizados en las oficinas de Continassa. Toca liberar masa salarial para aliviar unas cuentas que no hacen sino empeorar. La Juventus suma tres años consecutivos en pérdidas (90 millones solo en el último año) mientras su acción en Bolsa no acaba de alcanzar su suelo. Solo en el último año ha caído cerca de un 25 %.
El puñetazo definitivo que tumbaría a la Juventus puede llegar desde la propia Federación Italiana, que ayer amenazó con quitar la licencia al equipo turinés si no renuncia de forma taxativa a la Superliga. «Quedará excluida de la Serie A si no se retira», aseguró tajante Gabriele Gravina, presidente de la FIGC. «Hubo rectificación de nueve clubes. Otros tres, incluida la Juventus, se están resistiendo bastante. Pero hay una regla muy clara y precisa del Comité Olímpico Internacional y que quedará plasmada en los estatutos de las federaciones. Si el club no acepta el principio, lo siento, quedaría descartado». Se avecinan meses de zozobra en Turín.