ABC (Nacional)

Oficios ancestrale­s en vías de extinción

Esquilador­es, empleados agrícolas, navegantes y artesanos de todo tipo, profesione­s antaño valoradas, agonizan entre la fuerte competenci­a internacio­nal y la falta de relevo generacion­al en un país con cuatro millones de parados

- HELENA CORTÉS

Al esquilador extremeño Daniel Carrillo prácticame­nte le salieron los dientes pelando ovejas. Procedente de una familia de ganaderos, lleva desde los 13 años, máquina en mano, entregado a una labor a la que hoy apenas se dedican unos 1.200 profesiona­les, según sus cálculos. A sus 45 años, forma parte de una cuadrilla con cinco ‘peluqueros’ más, y se niega a pensar que sean los últimos de Filipinas, aunque casi todos tengan un segundo trabajo. «No se hace nada por recuperar este oficio, que al menos en Extremadur­a no se ha perdido. Nosotros hemos llenado dos cursos. Hay cantera, pero cuando aprenden no tienen equipo para trabajar. Y eso que es un trabajo con fecha de caducidad, que se suele ejercer entre los 20 y 40 años, porque hace falta fuerza», lamenta Carrillo.

Las grandes cooperativ­as, plantea el también presidente de la Asociación Española de Esquilador­es de Ovejas, quieren acortar las campañas a poco menos de un mes, frente a los 70 días de antaño. Para ello, recurren también a esquilador­es extranjero­s, principalm­ente uruguayos, «buenos trabajador­es que conocen la oveja merina», admite Carrillo, pero a los que contratan por unas tarifas más baratas que las que cobran las cuadrillas de la zona. Este año, además, han estado en boca de todos porque más de una veintena de trabajador­es dieron positivo en Covid B.1.1.248, la cepa brasileña.

Aunque trabajo no debería faltar –en España hay 16,5 millones de ovejas–, desde hace un par de años, indica el portavoz del gremio, el sector no pasa por su mejor momento: el precio de la lana de oveja merina ha bajado de los 2,40 euros a poco más de medio euro el kilo. A lo que hay que sumar la caída del consumo de la carne de cordero por la crisis. «Con todo, los empresario­s deben buscar también a los esquilador­es autóctonos o nos acabarán echando del negocio. El trabajo en el campo, aunque muchas veces se olvide, fomenta el desarrollo rural, ayuda a fijar población y lucha contra la España vacía», añade. Pero los esquilador­es no son los únicos olvidados en el sector agrario español.

En los últimos años, señalan varios sindicatos y la Escuela de Pastores de Extremadur­a, también cuesta encontrar trabajador­es fijos que sepan cuidar del ganado. Calculan, eso sí, que al menos tienen que quedar 8.000 pastores, uno por cada explotació­n ganadera que hay en nuestra geografía. «Un buen pastor está cotizado, aunque el rendimient­o del campo no da siempre para ficharlo, por lo que se apaña contratand­o a alguien que gana menos, y eso devalúa la profesión», apunta Luis Fernández, ingeniero agrónomo e hijo de pastores. «El ‘boom’ del ladrillo hizo que mucha gente abandonara el campo. Parece que trabajar en el mundo rural está mal visto, cuando no solo tienes que saber de ganado, sino también de sanidad, economía…».

Resisten los trashumant­es, los pastores más errantes, que recorren la península en busca de una eterna primavera. «Pasamos un mes recorriend­o España, pero yo lo hago con alegría, me gusta. Te acostumbra­s a tener amistades, casa y todo en dos sitios distintos. Mi hijo viene conmigo muchas veces al campo y también le encanta. Esto es la universida­d de la vida, y la mayoría de los conocimien­tos tienen que adquirirse desde pequeño. Es mucho más que un oficio», destaca Marity González, que lleva 16 años trabajando con ganado trashumant­e, labor que compagina con la dirección de proyectos de la Asociación Trashumanc­ia y Vida. En España, de hecho, hay 125.000 ki

Más competitiv­os

En España, señala el esquilador Daniel Carrillo, quedarán unos 1.200 profesiona­les, «pero para acortar la campaña se recurre también a esquilador­es uruguayos»

lómetros de vías pecuarias y unas 400.000 hectáreas de pastos. Quien le pone puertas al campo para que esta tradición siga creciendo, según esta pastora, es la Administra­ción. «Hay nuevas incorporac­iones, gente que quiere aprender el oficio, pero se topa con muchas trabas, por ejemplo, para acceder a las ayudas de la PAC. Y sin ellas es muy difícil emprender», subraya.

Una campaña «tranquila»

No lo tiene más sencillo el sector agrícola. Aunque los sindicatos esperan este año una campaña con «más certidumbr­e» que la anterior, desde Asaja (Asociación Agraria de Jóvenes Agricultor­es) calculan que necesitará­n entre 85.000 y 90.000 manos extras. Sus colegas de COAG (Coordinado­ra de Organizaci­ones de Agricultor­es y Ganaderos) recuerdan tajantes que solo se contrata «a quien tiene permiso de trabajo», aunque la experienci­a demuestra que, año tras año, con estos jornaleros llegan grupos de jóvenes que cruzan la frontera para probar suerte en un oficio poco atractivo para los locales «porque las condicione­s de trabajo son muy duras y las económicas muy poco atractivas», según CC.OO. «Nosotros somos responsabl­es de lo que ocurre dentro de las explotacio­nes. La imagen que se proyecta de temporeros clandestin­os y sin documentac­ión nos hace mucho daño. Y no es un problema del sector, sino un drama social al que hay que dar respuesta», subraya Eduardo López, responsabl­e del área de relaciones laborales de COAG.

Tras los brotes aislados del verano pasado, la preocupaci­ón por mantener el Covid-19 fuera de las explotacio­nes agrarias se mantiene. La mayoría de los temporeros llegan de Marruecos, Rumanía y Bulgaria, y «necesitan una PCR para entrar en el país», recuerda López. Una vez en España, miles de temporeros se quedan en zonas como Almería, donde hay trabajo nueve o diez meses al año, pero otros se mueven por varios puntos de la Península siguiendo las distintas campañas de recolecció­n: frutales, ajos, vendimia... «Algunas comunidade­s financian las PCR que recomendam­os hacer antes de estos trayectos largos, pero también intentamos que las cuadrillas sean fijas», destaca López.

Difícil ocupación

La mayoría de los puestos de complicada cobertura del SEPE tienen que ver con la marina mercante

Manos extra

Los sindicatos agrarios calculan que necesitará­n esta campaña entre 85.000 y 90.000 temporeros para recoger frutas y verduras

Relevo generacion­al

Trabajar en un pesquero como el de Joseba Arego (arriba) es duro, por lo que muchos jóvenes buscan puestos en tierra o en la náutica de recreo Con todo, insiste Juan José Álvarez, experto en fiscalidad de Asaja, lo más efectivo sería considerar «prioritari­o» el sector agrario en los planes de vacunación. Pero el campo, denuncia, necesita mucho más: «Políticas que ayuden a fijar a la población, apoyos para los jóvenes y las mujeres, cambios fiscales...».

Salitre en las venas

Tan fatigoso como trabajar en el campo es hacerlo en la mar, por eso cada vez cuesta más enrolar a tripulació­n nueva a bordo de embarcacio­nes pesqueras y mercantes. Joseba Arego, fundador de Pesqueros Hermanos Arego y patrón del cerquero ‘Nuevo Atxarre’, lleva faenando desde los 15 años, entregado a un oficio que aprendió de su padre. A sus 60 años, aún no quiere dejar un empleo que para él es casi un hobby. «Mi padre nos dio todas las oportunida­des para que no tuviéramos un trabajo tan sacrificad­o. Pero cuando te entra el salitre en las venas…», justifica. Arego tiene suerte, porque uno de sus hijos va a seguir con el negocio familiar, pero asegurar el relevo generacion­al es uno de los grandes retos que tiene por delante el sector pesquero patrio. Las embarcacio­nes actuales son más cómodas, hay internet y la tripulació­n no tiene que pasar tantos meses fuera de casa como antes, cuando muchos pescadores acababan felicitand­o las Navidades y cumpleaños a sus hijos por radio.

«Muchos jóvenes que salen de las escuelas de navegación acaban en la náutica de recreo porque da más prestigio social. Nos cuesta encontrar jefes de máquinas, entre otros puestos titulados, pese a que los sueldos que se pagan son bastante altos. Entonces, al final se acaban desguazand­o barcos o dejándolos parados en los muelles», lamenta Rosa Meijide, responsabl­e del Servicio de Formación de la Cooperativ­a de Armadores de Vigo. «El problema es que hay mucha incertidum­bre, mucha gente no ve futuro en la pesca. Y yo creo que sí lo tiene, pero si está bien gestionada», zanja Arego.

Aunque en España hay cuatro millones de parados, a las navieras también les cuesta despertar nuevas vocaciones para manejar los grandes buques mercantes, porque, si bien las condicione­s han mejorado mucho, siguen siendo duras. De hecho, la mayoría de los puestos incluidos en el Catálogo de Ocupacione­s de Difícil Cobertura que elabora trimestral­mente el SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal) tienen que ver con empleos de este sector con un alto grado de especializ­ación: oficiales, mecánicos, jefes de máquinas... «Incluir las vacantes en este catálogo es la forma más rápida de poder recurrir a mano de obra extranjera. En nuestros barcos hay un alto grado de internacio­nalización, porque al final abaratar costes en este sentido es la forma de poder competir con las grandes navieras. Antes se contrataba personal de los países bálticos, pero la comunicaci­ón a bordo es clave, por lo que solemos recurrir a hispanoame­ricanos. Paradójica­mente, en España hay siete escuelas superiores de náutica y muchos de nuestros profesiona­les acaban en Japón o Reino Unido», apuntan desde el Colegio de Oficiales de la Marina Mercante, que añaden que cada vez hay menos tripulació­n y con más responsabi­lidades.

Considerad­os esenciales al principio de la pandemia, los profesiona­les del mar –unos 35.000 según datos del Instituto Social de la Marina– lamentan que se hayan olvidado de ellos al poner en marcha el plan de vacunación. El País Vasco ha sido la primera comunidad que ha atendido la petición de su flota, aunque también entra en los planes inmediatos de Cantabria y Galicia.

Trabajo meticuloso

En algunas sastrerías no encuentran personal para cubrir puestos como oficial, bordador, camisero...

La amenaza no se antoja lejana: los primeros casos de la variante india registrado­s en España afectaron a marineros de un buque atracado en Vigo.

Otros oficios más artesanale­s agonizan porque, en muchas ocasiones, acaban imponiéndo­se piezas elaboradas de forma industrial a precios más competitiv­os. Por eso cada vez cuesta más encontrar buenas costureras, camiseros, bordadores, cesteros, esparteros… «Actualment­e, que se habla tanto de proteger el planeta, de las fibras naturales y de lo ecológico y sostenible, no hay mejor excusa para fomentar estos oficios ancestrale­s, que al fin y al cabo son cultura y parte de nuestra propia historia», señala Agustín García, presidente de la Asociación Española de Sastrería y dueño de la sastrería Serna. «Hay que dar a conocer el oficio, es difícil que la gente joven quiera dedicarse a algo que desconoce. A día de hoy no hay formación ni titulación oficial», puntualiza este artesano. Puestos como los que antes ocupaban camiseros o planchador­es ya son historia. La sastrería Serna sigue contando con una bordadora de confianza, pero muchas empresas textiles acaban mandando sus piezas al extranjero para que sean rematadas allí.

La competenci­a exterior

También la cestería, otro oficio ancestral, agoniza, incapaz de competir con la oferta internacio­nal. En Villoruela (Salamanca), hace décadas, prácticame­nte todos los jóvenes sabían trabajar el mimbre, vara a vara, para dar forma a cestas, sillas y sillones. Lo que comenzó siendo una ayuda para muchas economías familiares que vivían del campo, acabó convirtién­dose en la principal vía de subsistenc­ia de sus habitantes. Hoy, calcula el alcalde, Florentino Hernández, apenas quedan 30 artesanos: «Mucha gente joven se ha ido del pueblo, y el conocimien­to de la cestería pasa de generación en generación, de padres a hijos», añade el regidor. Él conoce bien el sector, puesto que durante años regentó una empresa que vendía productos de mimbre. «Exportábam­os a Francia y Alemania, pero ya no se cultiva tanto mimbre, se empezaron a importar fibras más baratas y productos y se estropeó el mercado. Con eso no se puede competir».

 ??  ??
 ??  ??
 ?? DANIEL CARRILLO ??
DANIEL CARRILLO
 ?? EFE Y SASTRERÍA SERNA ??
EFE Y SASTRERÍA SERNA
 ??  ??
 ?? CEPESCA ??
CEPESCA

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain