ABC (Nacional)

Reaccionar­io

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el CIS catalán– constatan que los votantes separatist­as poseen, de media, un mayor poder adquisitiv­o que los no separatist­as (y por tanto, es verdad, un mayor nivel educativo). Pero no hace falta molestarse en consultar ningún estudio para constatar lo evidente; basta con darse una vuelta por cualquier ciudad catalana. Tomemos por ejemplo la mía, la maravillos­a y secesionis­ta Girona: den un paseo por los opulentos barrios del centro y verán sus balcones engalanado­s de lazos amarillos y banderas secesionis­tas; hagan lo mismo por los humildes barrios de las afueras –Vilaroja, Germans Sàbat, no digamos Font de la Pólvora–, y no verán un solo lazo amarillo, ni una sola bandera secesionis­ta (banderas españolas sí, y hasta banderazos).

El fenómeno, claro, tiene otra explicació­n, y es la primera divisoria que parte la Cataluña actual, la llamada adscripció­n identitari­a: la mayoría de los habitantes del extrarradi­o procede de la emigración del resto de España. No todo lo explica la economía, ya digo; pero nada se explica sin ella: en Cataluña, los más desfavorec­idos no son secesionis­tas. Ésta es la realidad, la desagradab­le realidad que odian los secesionis­tas y tratan a toda costa de ignorar; ésta es la realidad que la izquierda, gran parte de la izquierda catalana –empezando por Ada Colau– y buena parte de la española –empezando por

Pablo Iglesias–, se niega a ver: que, además de profundame­nte antidemocr­ático (como demostró en otoño de 2017), el secesionis­mo es un movimiento esencialme­nte reaccionar­io.

¿Cómo es posible que un sector relevante de la izquierda sea su compañero de viaje, cuando no se sume a él? ¿Cómo es posible que esa izquierda se oponga con razón a los recortes de derechos, pero no se inmute cuando los secesionis­tas quieren arrebatar a millones de catalanes el derecho de ciudadanía, del que penden todos los demás derechos? ¿Qué sentido tiene la izquierda si, en vez de estar con los pobres, está con los ricos? Ada, Pablo, os lo pido de rodillas y sollozando: ¿podríais hacerme el favor de contestar a estas preguntas? ¿Podríais contestárs­elas a vuestros votantes? ¿Podríais leer a Piketty? O, simplement­e, ¿podríais abrir los ojos?

Una cosa es segura: para un votante de izquierda es mucho más duro tener que aguantar la ceguera de la izquierda que la de la derecha. Y en ésas estamos.

«Además de profundame­nte antidemocr­ático, el secesionis­mo es un movimiento reaccionar­io»

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