La escalada provoca en EE.UU. una crisis entre los demócratas
EE.UU. continua sin dar pasos decisivos en la crisis. Ayer estaba previsto que llegara a Israel el diplomático enviado por la Administración Biden para el conflicto, Hady Amr, con mucha experiencia en la región, pero con bajo rango dentro del Departamento de Estado (su cargo es subsecretario asistente).
Mientras tanto en Nueva York, la delegación estadounidense bloqueó una propuesta para una tercera reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU. El secretario de Estado, Antony Blinken, aseguró el jueves que EE.UU. ve con buenos ojos una discusión abierta sobre la crisis en la sede de la ONU, pero que es mejor esperar un poco más «para dar tiempo a que la diplomacia surta efecto y ver si tenemos una desescalada real».
Biden, sin embargo, se enfrenta a una división interna al respecto.
Las corrientes izquierdistas demócratas han dejado claro su malestar con la reacción de EE.UU. y su escaso apoyo a la causa palestina. En una sesión del jueves por la noche en la Cámara de Representantes, diputados de ese ala, como Rashida Tlaib, criticaron con dureza que la Administración Biden «no reconozca el ataque a familias palestinas, no haga mención de niños detenidos y asesinados» y aseguró que «los palestinos no se irán a ningún lado, no importa cuánto dinero mandéis al Gobierno de ‘apartheid’ de Israel».
Alexandria Ocasio-Cortez defendió que si Israel tiene derecho a defenderse, una posición en la que insiste la Administración Biden por el lanzamiento de cohetes de Hamás, «los palestinos tienen derecho a sobrevivir» y denunció un «desequilibrio de poder» entre ambos bandos.