Un trotamundos que se enfrentó a Messi
Desarrolló la mayor parte de su carrera lejos de nuestro país hasta 2018, cuando tuvo que colgar las botas en Singapur por una grave lesión
Cumplir el sueño de ser futbolista es cuestión de talento, esfuerzo y, en el caso de Pablo Rodríguez (Valencia, 1985), miles de kilómetros. Todo ello antes de su presunta implicación en el caso de las inversiones en el níquel, intentando convencer a españoles para participar en el negocio. Su caso es pionero en muchos aspectos y sirve de ejemplo sobre las oportunidades que existen fuera de España para aquellos a los que se les resiste la élite. Países con un nivel y una exigencia menor en lo deportivo, pero con mejores contratos que los que se pueden firmar en las categorías inferiores de clubes nacionales. El éxodo de estos profesionales se explica gracias a la buena imagen del fútbol español en el extranjero, la que permitió a Rodríguez jugar hasta en doce países distintos durante sus quince años de carrera.
Mientras en España puede resultar un completo desconocido a nivel futbolístico, en algunos países asiáticos cuenta con un buen nombre gracias a su talento para encontrar las porterías rivales. En Indonesia, donde jugó en 2016, Rodríguez se convirtió en el máximo goleador del Madura United y los aficionados todavía recuerdan su figura en los foros de internet. «Estoy mucho mejor valorado en Asia que en España», admitía a ABC en 2018. Producto de la cantera del Valencia, donde estuvo nueve años y con cuyos equipos llegó a enfrentarse a Leo Messi, probó suerte en varios clubes modestos de las categorías inferiores del fútbol español antes de una breve experiencia helena, en 2008, en el Ethnikos.
Paso por Grecia que adelantó su inquietud por jugar en el extranjero.
El detonante definitivo para hacer las maletas resultó la victoria de la selección en el Mundial de Sudáfrica, un éxito que revalorizó al futbolista español y permitió que se le abrieran las puertas de multitud de destinos.
Llegada a Asia
En 2012, Rodríguez emprendió su aventura en Asia, convirtiéndose en el primer español en el fútbol indio. Luego llegaron países como Noruega, Filipinas, Maldivas u Honduras, donde vivió uno de los episodios más terroríficos de su carrera: «También fui el primer español en jugar allí, uno de los lugares más peligrosos del mundo. Un día estaba en el coche con un compañero y dos bandas rivales se liaron a tiros en un semáforo. Yo estaba en medio y gracias a Dios no pasó nada».
Singapur era su hogar desde 2017, muy a su pesar. Una lesión truncó sus planes de jugar en Australia y le obligó a colgar las botas tras defender la camiseta del Hougang United. Su retirada no le devolvió a España, ya que en agosto de 2018 fue contratado como entrenador por la Fundación del Real Madrid. «Tengo un buen trabajo», dijo a este diario.