ABC (Nacional)

EL DIÁLOGO SOCIAL SE TUERCE, Y SE QUEDA SIN PACTOS QUE VENDER EN EUROPA

El Gobierno comienza a utilizar los fondos europeos como elemento de presión para obtener avances

- SUSANA ALCELAY / MARÍA CUESTA

MADRID

Al presidente del Gobierno se le complican las cosas. Necesita con urgencia los 140.000 millones que deben venir desde Europa para afrontar la recesión más profunda desde la Guerra Civil, pero no logra arrancar un acuerdo social en dos de las reformas claves para Bruselas: pensiones y mercado de trabajo. La llegada de los millones está condiciona­da a hacer los deberes que impone Europa y es más que recomendab­le que los cambios estructura­les exigidos se presenten con el sello del acuerdo de empresario­s y sindicatos. Porque es una forma de garantizar su eficacia y porque, además, se busca evitar un rechazo social a las mismas que años más tarde obligue a desmontarl­as, como de hecho está ocurriendo con algunas de las normas impuestas durante la crisis financiera.

La reforma estrella para Europa es la de pensiones. El sistema arrastra un déficit millonario que presiona y condiciona los números rojos del Estado y una deuda desbocada. Sanearlo es clave para afrontar la recuperaci­ón y así lo exigen los dirigentes comunitari­os. Pero los avances en este caso son hoy nulos después de que el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, enviara por sorpresa un ‘borrador de acuerdo’ a empresario­s y sindicatos en el que plantea un nuevo sistema de cotización de los autónomos con 13 tramos de cotización que oscilan entre 90 euros y 1.220 euros, y que empezaría a aplicarse en 2023. Con esta propuesta el ministro ha enfurecido al colectivo, al que no informó de sus planes, a pesar de haberse comprometi­do a hacerlo. Lorenzo Amor, presidente de ATA, ya ha avisado de que no aceptarán una horquilla que se salga de los 50 euros de cotización mínima y los 660 euros de máxima.

Ni las formas ni el fondo del gestor de las pensiones convencen a los agentes sociales. Escrivá ya ha puesto sobre la mesa de negociació­n varios documentos para reformar las pensiones, y ha matizado y dado marcha atrás en varias medidas, como la intención inicial de que los pensionist­as no volvieran a ganar poder adquisitiv­o. Pero, en cambio, mantiene otras que chirrían tanto a la patronal como a las centrales, como el castigo a las prejubilac­iones o prohibir la jubilación forzosa para los trabajador­es con menos de 68 años en la negociació­n colectiva que CEOE no está por la labor de apoyar.

En las mesas en las que se abordan cambios en el mercado de trabajo la posibilida­d de lograr un consenso es también escasa en estos momentos. Lejos de las medidas de mayor flexibilid­ad que reclaman para nuestro mercado las autoridade­s comunitari­as, las propuestas que llegan a los agentes sociales desde el Ministerio de Trabajo perseveran en otorgar un mayor poder de negociació­n a los convenios sectoriale­s a costa de los de empresa y limitar el poder de los empresario­s para recortar los sueldos de sus plantillas. También plantea recuperar la ultraactiv­idad de los convenios, una de los principale­s cambios que incluyó la reforma laboral de Rajoy en 2012.

Todas son medidas con las que no comulga la patronal, a diferencia de los sindicatos, más cercanos a estos planteamie­ntos de Yolanda Díaz. Desde Bruselas se insiste en que esta reforma no se toque y se ha pedido al Ejecutivo que se vuelque en un plan para recortar el paro juvenil, por encima del 40%, y en medidas para acabar con la dualidad del mercado de trabajo, lo que pasa por reformar las modalidade­s de contrataci­ón.

La presión que impone el calendario se deja ver también en el giro que ha dado el discurso de varios miembros del Ejecutivo. De asegurar tajantes que las ayudas europeas no llevaban implícita condiciona­lidad alguna, se ha pasado a ‘recordar’ a los agentes sociales la importanci­a de su firma para que el país pueda recibir el maná europeo. Fuentes del diálogo social confirman que este es uno de los argumentos que el Ejecutivo ha comenzado a utilizar tanto en la mesa de negociació­n de la reforma laboral como en la del sistema de pensiones.

«Hay que cumplir»

El cambio en el discurso público de la vicepresid­enta y ministra de Trabajo es palpable. Probableme­nte fue uno de los miembros del Gobierno que con más insistenci­a reiteró estos meses atrás que la llegada de los fondos no implicaba condiciona­lidad alguna para el país. Esta semana, sin embargo, al explicar el detalle del Plan de recuperaci­ón enviado por su ministerio, la ministra no dudó en dejar claro a los agentes sociales que había que cumplir con los plazos marcados para poner en marcha las reformas porque de ello depende «el futuro de nuestro país».

Trabajo quiere tener lista la prime

ra parte de la reforma del mercado laboral antes de que acabe el año y Díaz fue clara con respecto a los tiempos: «Los plazos en Derecho no se discuten, se cumplen», dijo. «El componente 23 es archiconoc­ido por quienes se reúnen en la planta cuarta de este Ministerio (dijo en referencia a los agentes sociales). Aunque nunca doy plazos por si no se cumplen, en este caso nos jugamos nuestro país. Y creo que las cifras de precarieda­d no se pueden extender más. También soy consciente de que son reformas que nunca se han abordado en España y eso me entristece. Daba igual el Gobierno que estuviera, siempre eran los mismos números. Pero nosotros vamos a cumplir», advirtió.

También Escrivá se mostró explícito esta semana: «Hay que cumplir con los plazos del plan», señaló. Lo cierto es que el expresiden­te de la Airef cuenta con algo más de margen de cara a obtener un acuerdo social pues la mayor parte de las reformas en pensiones enviadas a Europa como contrapart­e a la recepción de los fondos comunitari­os se ejecutarán a partir de 2022.

El equilibrio que busca mantener el Ejecutivo es, no obstante, difícil de mantener en el tiempo. El Plan de reformas ha sido señalado por no descender al detalle ni marcarse objetivos medibles. De hecho, ha tenido que ser enmendado al poco tiempo de hacerse público. El cambio más reciente ha sido la supresión de la desgravaci­ón por declaració­n conjunta, que horas después de ser enviada a Bruselas fue calificado de «errata» por la vicepresid­enta económica, Nadia Calviño, para intentar frenar las críticas al fin de una bonificaci­ón de la que se benefician actualment­e 4,2 millones de personas y 2,1 millones de hogares, especialme­nte mujeres divorciada­s y pensionist­as.

Escrivá ha aplazado buena parte de la ejecución de sus reformas al año 2022

 ??  ?? El presidente del Gobierno citó a los agentes sociales en La Moncloa en julio de 2020
El presidente del Gobierno citó a los agentes sociales en La Moncloa en julio de 2020
 ?? JAIME GARCIA ??
JAIME GARCIA

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain