Políticos
—El cuidado se ha ido profesionalizando, en parte. El cuidado tiene tres sectores básicos: la infancia, la gente mayor y la gente dependiente. Todo eso era una obligación de la familia, lo que significaba que era obligación de las mujeres. Eso hay que corregirlo en dos sentidos: hay que universalizar el cuidado, es decir, la obligación de cuidar es tanto de hombres como de mujeres, y hay que institucionalizar, en parte, esa obligación de cuidar. La familia no puede con todo, un Estado de bienestar como el nuestro tiene que ayudar a la familia a cuidar de los más vulnerables.
«Ha sido muy difícil hacer política en este tiempo, pero unas actitudes más modestas y moderadas hubieran sido mejor»
—¿Cómo valora la labor de nuestros políticos durante la pandemia? —Ha sido muy difícil hacer política en este tiempo, porque no sabíamos nada, y ha habido que improvisar muchas cosas, tener en cuenta un conocimiento que estaba todavía muy plagado de incertidumbres. Ni siquiera todos los expertos estaban de acuerdo en cuáles eran las mejores medidas, por lo tanto, era excesivamente complejo tomar decisiones. Pero, precisamente por eso, unas actitudes más modestas, más moderadas, hubieran sido mejor, y en algunos casos se han dado. El acompañamiento, cuando todo es tan incierto, no tiene que ser ni la agresividad, ni la hostilidad, ni la confrontación, porque eso se convierte en el fin, y no en el medio, y no es la mejor forma ni siquiera de persuadir de lo que hay que hacer.
—La ciudadanía ha dado bastante la talla, ha habido una comprensión de la situación, se ha aceptado una disciplina, ha habido una limitación de las libertades muy extrema que ha habido que aceptar. Ha habido un comportamiento cívico yo diría inédito hasta ahora, porque en muchos otros campos, y a propósito de otros muchos temas y de muchos problemas, no se da en absoluto, y sin embargo en este caso se ha dado. —¿Y por qué se ha dado?
—Porque, en el fondo, hay miedo, también. Eso hay que tenerlo en cuenta. Los sentimientos son muy importantes, porque es lo que motiva el comportamiento. Y, claro, ese miedo hace que nos reprimamos más, es decir, que las medidas represoras las aceptemos con más naturalidad, porque nos damos cuenta de que es lo único que podemos hacer. —¿Saldremos mejores de esta? —Todo el mundo lo duda... Deberíamos salir mejor, deberíamos aprender, porque esto no está acabado ni sabemos cuándo acabará, primero, a estudiar bien en qué hemos fallado e intentar ser más previsores para otras posibles