ABC (Nacional)

«El bar se estaba llenando de polvo»

Valencia y Villarreal estrenan la vuelta del público a los estadios, una noticia que anima a muchos sectores implicados

- CARLOS TRISTÁN

El fútbol recupera la voz 434 días después. Nadie sabía que el pitido que decretó el final del Betis-Real Madrid del 8 de marzo de 2020 sería el último con la afición presente. Esta tarde, el público volverá a los estadios de Primera división de la Comunidad Valenciana (ayer lo hizo en el Castellón-Ponferradi­na). No se verán imágenes de gradas a rebosar, pero sí a miles de aficionado­s (no más de 5.000) que tratarán de dar aliento a los suyos tras vibrar al otro lado del televisor durante el último año. Los primeros equipos de la Liga en volver a sentir de cerca a su gente serán el Villarreal y el Valencia, que hoy reciben al Sevilla y al Eibar, respectiva­mente.

Del mismo modo que el público vuelve a la grada se recuperan otros rituales asociados al peregrinaj­e a los estadios. Una tradición que se repite a lo largo y ancho de toda la geografía española, como es acudir al bar de siempre para hacer piña antes del partido. En Villarreal está el Bar Tribuna, que lleva más de veinte años a la vera del estadio de La Cerámica. Un punto de encuentro para la afición amarilla cuyas paredes, antaño decoradas con bufandas y banderas, lucen ahora más desnudas. «Se estaba llenando de polvo», dice Encarni Ramírez, trabajador­a del local desde hace más de quince años. «El fútbol en general y el Villarreal en particular han sido muy importante­s para nosotros. Los días de partido eran una locura, pero en cuanto estalló la pandemia tuvimos que reducir el personal. Ahora somos tres, pero antes éramos cinco fijos con una ayuda extra de dos o tres personas más los días de partido», lamenta.

Para ella, la vuelta del público es una bendición. «Nosotros no vivimos solo del fútbol, hacemos lo que podemos todos los días, pero la facturació­n de un día de partido puede equivaler a la del resto de la semana», explica. Además, antes de la pandemia contaban con un segundo local que tuvieron que cerrar: «Venía tanta gente que teníamos otro bar al lado que solo abríamos los días de partido». A escasas horas de que vuelva el público a La Cerámica, Encarni elogia la trayectori­a del Villarreal y reconoce que son estas temporadas las que más beneficios solían traer: «Está siendo especialme­nte doloroso porque el equipo está muy bien, jugando en Europa y llegando a una final. Además, este año también jugó el Levante en este estadio y nosotros no pudimos aprovechar­lo». Aun así, espera que la relajación de las restriccio­nes devuelva a su bar a los parroquian­os habituales en los días de partido: «Me da un poco de miedo porque tienes que controlar el aforo, pero evidenteme­nte tienes ganas de que vuelva la gente y ver que todo funciona».

A menos de sesenta kilómetros del Bar Tribuna está el estadio de Mestalla, el otro recinto que hoy volverá a abrirse al público en la máxima categoría. Sin embargo, el contexto que rodea a este regreso es muy distinto. Hace una semana, miles de aficionado­s se reunieron en los aledaños para protestar por la gestión de Meriton (la empresa dueña del Valencia). Ahora, la afición del club celebra la oportunida­d de hacerlo en la misma grada del estadio. Es el caso de Dionisio Canales, directivo de Libertad Valencia, una asociación de aficionado­s que se moviliza en contra de la propiedad del club. «Que podamos volver va a servir para que la gente escuche el descontent­o que hay contra Peter Lim y Anil Murthy, y aparte, claro, para animar al equipo».

Animar y protestar

En su opinión, la ausencia de público en las gradas ha permitido a Peter Lim y Anil Murthy escabullir­se del descontent­o generaliza­do que existe entre la afición. «La manifestac­ión del otro día fue histórica, y si hubiera habido 40.000 personas en el campo protestand­o habría sido muy diferente. La directiva ha estado muy cómoda y creo que este domingo se va a notar que la gente va a animar, pero también a protestar de manera unánime en contra de la gestión».

Para Diosisio, el regreso a Mestalla supone también recuperar algunos ritos que la pandemia le robó: «Soy socio del Valencia desde el año ochenta. Imagina lo complicado que es dejar de ir al estadio cuando vas cada quince días. Para una persona como yo, ver el fútbol en la tele no es lo mismo. El ir al campo, tomarte una cerveza, coincidir con amigos y conocidos, hablar del partido, de la temporada… E igual en la grada, donde hablas con todo el mundo. Te quejas del árbitro, celebras un éxito, te ilusionas con un resultado… Creo que a la gente le va a costar arrancar e ir otra vez al campo, pero estamos cerca. Este año se ha demostrado que el fútbol es de los aficionado­s, y que sin ellos, este deporte no tiene alma».

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AFP Aficionado­s del Valencia, en el exterior de Mestalla

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