El tema de Ana Obregón no cesa
Por fin parece que el Rey Don Juan Carlos vuelve a España, a Sanjenjo, posiblemente para participar en una regata del Club Náutico de la localidad gallega. No llegará desde Abu Dabi, sino desde Londres, porque el Rey Carlos III de Inglaterra le ha enviado una invitación para almorzar en Londres con él, antes de la esperada ceremonia de la coronación. Aunque a última hora o se ha suspendido la comida o se la han anulado. Después del reconocimiento del presidente de la República Francesa, recibiéndolo en el Palacio del Elíseo, ahora sorprende aún más el cambio de actitud del monarca inglés.
La postura del Gobierno español es incomprensible y tiene y debe de pensar que las cosas hay que normalizarlas. Es curioso que a La Zarzuela no pueda ir, pero al Elíseo sí. Imagino que si Don Juan Carlos definitivamente va a Sanjenjo, la gente no va a quedarse en casa, como si el que llegase fuera un empleado de mutualidades jubilado. La indiferencia del pueblo, en esta real visita, no va a ser precisamente la de un enclaustramiento popular. No me cabe la menor duda que, quieran o no, va a estar rodeado de un clamor popular.
Porque normalizar no es que se subvencione, con 20.000 euros a un taller del Ayuntamiento de Soria, para que las mujeres aprendan a decorar su aparato genital a partir de los 16 años. Desde ahora la peculiar profesora,
Laura Martin, supongo que también dará clases particulares sobre la curiosa disciplina. Su señora madre tiene que estar muy orgullosa de tener una hija artista, aunque su especialidad se limite a la entrepierna femenina.
Jacinta Rebolledo, conocidísima en su casa, pidió perdón a los musulmanes y, por supuesto a las musulmanas, por la ofensa que se les ha hecho celebrando en lugares públicos las procesiones de Semana Santa.
En la Televisión de Cataluña han emitido un programa con un contenido de pésimo gusto y falto de gracia en el que se pretende conseguir una burla sobre la Virgen del Rocío, interpretado por una tal Judith Martin, que la pobrecita jamás va a obtener un Oscar. Pocas veces he visto, en tan poco tiempo, tanta torpeza interpretativa. Por no hablar de la inconveniencia ante la ingente cantidad de andaluces que residen en Cataluña… y esto con el dinero de todos. Los carnavales de Cádiz y esta parodia nada tienen que ver.
El tema de Ana García Obregón no cesa. Alzan las mil y una voces, opinan y amenazan con que la niña no pueda obtener la nacionalidad española… pues primero ya viene con la americana, después será residente y finalmente, si quiere, será española, como pasa ahora con tanta gente, incluso con los sefarditas de Centroeuropa, sin antecedentes españoles, pero con la firma de un rabino, enseguida adquieren la nacionalidad de pleno derecho. Y ahora que hasta los descendientes de españoles, obtienen la ansiada nacionalidad, sobre todo para residir en España menos de 180 días y eludir el pago de impuestos. Lo de Ana Sandra Lequio Obregón es hablar por hablar.
Finalmente el Príncipe Harry va a asistir a las ceremonias de la Coronación de su padre el Rey Carlos III. Meghan Markle se quedará en su casa de California con sus dos hijos. Harry va porque así podrá seguir insinuando barbaridades sobre su Real Familia. Eso le garantizará unos ingresos, porque para cualquier otra actividad no parece estar muy preparado. De esta manera la situación de violencia entre la Familia Real y la americana no existirá.
La postura del gobierno es incomprensible. Es curioso que el Rey Juan Carlos no pueda ir a La Zarzuela pero al Elíseo sí