El artificiero que explota la mente de Rahm
▶ Joseba del Carmen traslada su experiencia como baloncestista, golfista y pirotécnico a empresarios y deportistas a través del ‘coaching’
Si la carrera de Jon Rahm (28) puede sorprender a más de uno, la de Joseba del Carmen (56), el hombre que cuida su mente, es absolutamente increíble. Ni en un guion cinematográfico se podría componer un personaje tan poliédrico como este vitoriano que se ha convertido en el ‘coach’ mental de moda en España. Los deportistas y los equipos confían en él y también las empresas le reclaman para ayudar a sus directivos a gestionar grupos de trabajo y a tener éxito.
En el equipo de trabajo de ‘el león de Barrika’ ocupa un papel fundamental su entrenador mental. A nadie escapa que en esta última década ha cambiado mucho su explosividad y se ha convertido en una persona más calmada. Del Carmen, que trabaja con él desde 2014, encuentra varios aspectos clave en este cambio. «Por un lado, la propia evolución de alguien de 19 años que luego triunfa, se casa y tiene dos hijos; y, por otro, todo el trabajo que ha hecho en estos años en cuanto a aprender técnicas de relajación, de meditación y de saber afrontar con éxito los momentos de presión».
Pero, ¿cómo llegó Joseba a la vida de Jon?¿Qué experiencia podía transmitirle? «Yo nací en Vitoria y jugué al baloncesto en San Viator junto a Pablo Laso. Luego, ambos pasamos al Baskonia de ACB, yo estuve dos años y él ya vemos dónde ha llegado..», recuerda con humor. Pero su carrera deportiva siguió todavía cuatro temporadas más en Primera B (Askatuak) hasta retirarse en el Easo, de Segunda. Porque, de repente, un suceso trágico le cambió la vida. «Mi padre murió y yo, que soy el mayor de cinco hermanos, tuve que hacerme cargo de la empresa familiar en unos momentos muy difíciles. Sufrimos una quiebra muy importante a raíz de la crisis de 1992 y tuve que tomar decisiones muy duras, como desmontar una organización con muchísimos empleados y quedarnos con sólo cinco personas para poder mantener a mi familia», rememora. mantenga en el presente y los pensamientos no interfieran en lo que es la acción o el desempeño del jugador.
En el fondo, lo que busca esta máquina es «entrenar las sensaciones para controlar que el pensamiento no interfiera en los momentos de tensión. Se trata de detectar si se está en el presente para no anticipar el más allá», indica. Esto se suma a otras técnicas de ‘coaching’ como la meditación, la concentración o las charlas presenciales que tienen a principio de curso. Luego, van hablando por teléfono y, como el sábado del Masters, «si todo está bien, tirar para adelante», acaba.
Y como no estaba claro que esta empresa de servicios industriales pudiera ser la solución, tomó la decisión de buscar otro trabajo alternativo. Y terminó en la Policía autónoma vasca en otra vuelta de tuerca a su situación laboral.
En ese momento Del Carmen optó por entrar en la Ertzaintza porque tenía que realizar numerosos pagos después de la quiebra y había que seguir hacia adelante. «Había que reinventarse y lo más rápido que encontré fue entrar en la Policía autónoma en 1994 y a los tres años ya ingresé en el cuerpo de Desactivación de Explosivos, donde estuve hasta 2000», explica.
Lo curioso es que no tenía una vocación especial por ser policía o desactivador, sino que se fue adaptando a lo que se le iba poniendo por delante. Y eso es algo que luego él transmite a sus clientes después de ver cómo «la vida te va poniendo recodos en el camino, debes tomar decisiones y adaptarte a ello » . « Esta es la forma en la cual yo he ido desarrollando mi trayectoria, tomando mis caminos y aprovechando mis experiencias», añade.
Desactivador de bombas
Las más significativas, sin duda, son las que vivió como desactivador de bombas. En 14 años realizó más de mil intervenciones, de las cuales 130 fueron con artefactos reales, no falsas alarmas. Que salió con éxito de todas ellas lo demuestra el hecho de que «conservo todos mis dedos intactos», comenta con un sonrisa, pero lo que