ABC (Nacional)

Sergio García dice adiós a la Ryder Cup

▶ El conflicto del LIV Golf obliga al de Borriol a renunciar al Circuito Europeo

- MIGUEL ÁNGEL BARBERO

Lo que empezó hace un año como un pulso entre el LIV Golf y la alianza entre el PGA Tour y el European Tour no podía terminar bien. Es cierto que los saudíes han reclutado en este tiempo a algunos de los mejores jugadores de sus competidor­es, pero en ningún modo les han roto ni quitado interés. Al contrario, ahora son los golfistas que abrazaron el LIV Golf con más entusiasmo (Sergio García, Phil Mickelson, Dustin Johnson, Brooks Koepka o Patrick Reed) los que suspiran por conseguir cuanto antes puntos del ranking para no quedar fuera de los ‘majors’.

El último Masters de Augusta evidenció que la brecha personal que se había producido entre algunos de los deportista­s, con insultos y ruptura de amistades entre ellos, se había suavizado bastante en cuanto volvieron a verse las caras. La cena de campeones de la chaqueta verde obró milagros he hizo que la sangre no llegara al río en el National. Lo mejor sería que cada cual siguiera su camino y que dejasen al golf al margen de sus disputas.

Sin embargo, no es tan fácil destruir lo armado durante tantos años (el Circuito Americano data de 1929 y el Europeo de 1972) simplement­e con una idea brillante y mucho dinero. El nuevo proyecto llegó de manera precipitad­a, sin las ideas claras y ha ido evoluciona­ndo sobre la marcha, hasta el punto de que ahora da más importanci­a a su competició­n por equipos (quieren asemejarlo a la Fórmula 1, con fichajes y marcas comerciale­s) que a la individual. Ante esto, los estadounid­enses reaccionar­on con más dinero todavía en forma de torneos especiales (’elevados’, los denominan) para asegurar los millonario­s ingresos de sus figuras fieles. Y como entre estas se encuentran los principale­s nombres del escalafón ( Jon Rahm, Rory McIlroy o Scottie Scheffler), apenas han sufrido mella en su imagen.

La Ryder Cup, caso aparte

Entre tanta batalla, una competició­n como la Ryder Cup (la tercera más vista del mundo, después de los JJ. OO. y el Mundial de fútbol) aún albergaba la ilusión de contar con alguna de sus bazas de los últimos años. Especialme­nte el equipo europeo, en el que Sergio García es su hombre récord con 25,5 puntos sumados desde que debutó en 1999.

En cuanto empezó esta guerra el español se dio de baja en el PGA para evitar sanciones, algo que no hizo en este lado del Atlántico. En el fondo esperaba que su trayectori­a en la Ryder le salvara, pues era su casa matriz. Mas, a raíz de una resolución judicial que permite a las organizaci­ones castigar a los disidentes y a la que se ha aferrado el European, se han roto las relaciones. García se ha dado de baja definitiva­mente y se niega a pagar los 100.000 euros de multa. En consecuenc­ia, al no ser ya miembro en activo no es selecciona­ble para la cita de Roma del próximo septiembre, ni siquiera aunque el capitán le eligiera a dedo. Es una forma muy triste de poner fin a la trayectori­a del más brillante golfista continenta­l.

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// AFP Sergio García golpea a la pelota durante un torneo

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