«Es posible releer a Picasso desde la mirada ‘queer’»
▶ Eugenio Carmona dirige desde hoy un curso sobre el artista en el Reina Sofía, donde en otoño comisariará una gran exposición
La Fundación Amigos del Museo Reina Sofía invitó a dirigir un curso, ‘Picasso después de Picasso’, a Eugenio Carmona, que pronunciará las cuatro conferencias: 9 de mayo (‘¿Por qué Picasso es Picasso?’), 16 de mayo (‘Picasso 1906. La gran transformación’), 23 de mayo (‘Masculino Picasso Femenino’) y 30 de mayo (‘Picasso contra Picasso’). Carmona, que lleva muchísimos años estudiando al artista malagueño, con investigaciones, ensayos, exposiciones..., hace un alto en el trabajo para hablar telefónicamente con ABC. «La revisión de Picasso en su conjunto me parece muy bien. Pero implica que, a partir de ahora, tenemos que hablar de él con otros parámetros. Estamos olvidando por qué Picasso es Picasso, por qué ha sido lo que ha sido a lo largo del siglo XX. Se habla de él desde el terreno de la intimidad como una ‘celebrity’ y no tanto como alguien que creó un nuevo sentido de lo artístico». ¿Hemos convertido a Picasso en una ‘celebrity’? «Creo que él mismo lo provocó. No es inocente. El paso del tiempo ha sido una especie de bomba que le ha estallado en las manos».
La conferencia del día 16 llevará por título el mismo que la gran exposición que prepara el Reina Sofía para noviembre y de la que será comisario: ‘Picasso 1906. La gran transformación’. No quiere entrar en polémica con Paloma Esteban, ex conservadora jefe del Reina Sofía, quien hace años preparaba una muestra sobre Picasso, Gósol y 1906, que el entonces director del museo, Manuel Borja-Villel, retiró de la programación. En una reciente entrevista con ‘XL Semanal’, Esteban declaraba: «Veremos si la muestra que prepara el Reina Sofía es una copia de mi exposición». Carmona zanja el tema diciendo tajante que no conoce el proyecto de Paloma Esteban. Se limita a explicar el suyo, en el que lleva inmerso unos dos años. «Creo que en 2023 no tiene mucho sentido hacer una exposición sobre Gósol, aun siendo un momento brillante en Picasso. Lo que tiene sentido es descubrir que entre ‘La muerte del arlequín’ y ‘Las señoritas de Aviñón’ hay un año de Picasso que ha desaparecido de la historia. Es la primera manifestación de qué tiene que ser la modernidad. Y lo hace con una nueva mentalidad: es solar, radiante, descubre el cuerpo. Desde 1905 el arte fang está en manos de Braque, Matisse, Derain, y Picasso tiene acceso a ello. Se mezcla con tratados etnográficos, fotografía homoerótica... Trabaja con formas primigenias que van del arte griego arcaico al etrusco y fenicio. Es una hibridación cultural. Cuando pinta ‘La muerte del arlequín’, el Picasso rosa, simbolista y bohemio desaparece y aparece uno nuevo que no ha sido identificado por la historiografía. Un Picasso del que ya hablé en un congreso en 2006 en Barcelona, en el que Rosenblum analizó la ambigüedad sexual del joven Picasso».
Homosocialidad
La tercera conferencia se titula ‘Masculino Picasso Femenino’. «Es un tema que llevo mucho tiempo planteando: la mirada ‘queer’ sobre Picasso. Su ‘Minotauro ciego’ evoca a Tiresias, que había sido hombre y mujer al mismo tiempo. Picasso entra en la fundación de la modernidad a través de la alteridad. Hay dos personas que para él son fundamentales: Max Jacob y Gertrude Stein. Los dos son judíos y homosexuales. Apollinaire, en un artículo sobre la época rosa de Picasso, dice que sus personajes no son ni hombres ni mujeres. Desde la teoría ‘queer’, Picasso podría ser el prototipo de hombre que se relaciona con hombres de una manera cerrada, pero que, desde su homosocialidad, tiene un especial atractivo por la performatividad de género». Pero, ¿no refutaría esta tesis el machismo y la homofobia que el feminismo más radical le recriminan? «Creo que es posible desde la mirada ‘queer’ releer a Picasso. Y esto no pone en duda ni su predominante heterosexualidad, ni el hecho de que sus relaciones con las mujeres pudieran tener una clave heteronormativa con tintes misóginos. No creo que fuera homófobo. Pertenece a la sociedad patriarcal. Quien esté libre de culpa que tire la primera piedra».
‘Busto de mujer joven’, el Picasso de Jaime Botín incautado, «se basa en un retrato etrusco de un hombre con barba. Picasso lo convierte en mujer. William Rubin dijo que la gran inspiración de Picasso para ‘Las señoritas de Aviñon’ eran los ‘esclavos’ de Miguel Ángel. En esa época estaba de moda Sar Péladan, un tipo muy influyente en los ambientes artísticos. Para él, el colmo de la perfección artística era la androginia y Leonardo da Vinci. De joven, Picasso se retrata desnudo, simulando la pose de Sar Péladan. Su ‘Arlequín con espejo’ es una copia de una ‘ Venus con espejo’ de Bellini. En 1927, los cuadernos de dibujo de Picasso están llenos de figuras con genitales masculinos y femeninos al mismo tiempo. Y sus famosas mujeres corriendo en la playa... Esa monumentalidad es masculina. Entre las esculturas del Louvre, a Picasso le gustaba el ‘Apolo Licio’, que tiene una pose femenina, como una Venus».
Muchos personajes de la época rosa de Picasso, prosigue, «fueron vistos como de género fluido. Hoy en día no. Los comparo con David Bowie. Es el fundador del glam rock, del gay rock, y un padre de familia. Advierte Carmona que «se dan interpretaciones de la obra de Picasso que disminuyen la cualidad intelectual y cultural de sus obras, la trasladan al territorio de la anécdota, que suele estar teñida de heteropatriarcalidad y machismo. Y acabamos interpretando a Picasso con pistas falsas. Nació en 1881. Hizo del deseo un absoluto. Un deseo marcado por lo heterosexual. Tiene una carga heteropatriarcal y misógina propia del momento. Pero quizás no era tanto como se ha planteado, al moverse en un ambiente tan moderno».
«Muchos personajes de su época rosa fueron vistos como de género fluido. Hoy no. Los comparo con Bowie»