El arzobispo de Tokio será el nuevo presidente de Cáritas tras la intervención
▶ Toma los mandos seis meses después del despido de la cúpula de la oficina central
Una de las maniobras más abruptas del año pasado en el pontificado de Francisco fue el despido en bloque de la cúpula directiva de Cáritas Internacional después de que una investigación interna sacase a la luz problemas de mala administración y abusos de poder en el ámbito de la gestión del personal. Todos los altos cargos de esta institución, incluido el presidente, el cardenal Luis Antonio Tagle, fueron cesados y, en su lugar, nombró a un comisario extraordinario, el italiano Pier Francesco Pinelli, que ha estado acompañado en esta fase por la española Amparo Alonso. Una prueba más de que al Papa no le tiembla la mano.
Seis meses después de la intervención, la oficina central que aglutina las ‘Cáritas’ de las conferencias episcopales de todo el mundo ha echado a andar con un nuevo rostro a los mandos. Se trata del arzobispo de Tokio, Tarcisio Isao Kikuchi, que empezó su labor en la organización católica como voluntario en el campo de refugiados de Bukavu (en aquella época Zaire) hace más de 30 años.
Desde entonces, ha ocupado destacadas funciones en la institución como presidente de Cáritas Asia de 2011 a 2019 o presidente de Caritas Japón hasta el 2022. El también presidente de la Conferencia Episcopal de Japón y secretario General de la Federación de Conferencias Episcopales de Asia (FABC), fue elegido ayer durante la 22ª Asamblea Plenaria a la que asistieron alrededor de 400 delegados en representación de las 162 organizaciones de Cáritas que operan en 200 países y territorios de todo el mundo.
El Pontífice recibió a todos los participantes el jueves en el Vaticano y, si bien no mencionó la brusca operación, les instó a «estimarse recíprocamente, dejando que los conflictos lleven al debate» y no «a la división». «Les ruego unidad. Vuestra confederación está hecha de muchas identidades. Vivan esa diversidad como una riqueza», dijo.