Una Grecia empobrecida acude a las urnas sin preferencias claras Mitsotakis se centra en la defensa fronteriza
▶ La inflación, el reciente accidente ferroviario y el descontento juvenil, claves en una sociedad un tanto deprimida
Grecia acude mañana a las urnas en un ambiente de incertidumbre política ante los datos de las últimas encuestas de intención de voto. Según los sondeos, ningún partido conseguiría la mayoría necesaria para poder formar gobierno, por lo que todo apunta a que serán necesarios unos segundos comicios o unas difíciles negociaciones entre las fuerzas de la izquierda para lograr una coalición estable.
A pesar de la pandemia y de la crisis energética, el Ejecutivo de Kyriakos Mitsotakis ha conseguido mejorar sustancialmente los índices de crecimiento económico durante su legislatura, incluso por encima de lo esperado por la Unión Europea. En abril, el Ministerio de Economía anunció que el superávit primario alcanzó los 2.434 millones de euros en el primer cuatrimestre del año, frente a la previsión presupuestaria de 869 millones de euros. Se espera, además, que el turismo presente un aumento del 10% en los próximos tres años. Esto sumado a que la economía helena no está intervenida por los acreedores internacionales, augura un futuro financiero bastante positivo para el país.
Efectos de la inflación
Han sido muchas las medidas que el Gobierno conservador ha aplicado en los últimos meses para paliar los efectos de la inflación y la crisis financiera. Entre ellas destacan la denominada ‘cesta de los hogares’, que consiste en una serie de productos de primera necesidad que han mantenido un precio fijo y competitivo desde que se puso en marcha en otoño o las ayudas para el gasoil de las calefacciones. Además, desde abril el sueldo mínimo interprofesional pasó de 713 a 780 euros y el subsidio del paro que pasó de 438 a 472 euros al mes.
No obstante, estas medidas no han conseguido paliar las dificultades de los hogares para afrontar la pérdida de poder adquisitivo tras diez años de crisis financiera. Según datos de ELSAT, el organismo de estadísticas griego, cerca de dos millones de griegos se encuentran en riesgo de pobreza (el país cuenta con una población inferior a los 11 millones de personas), siendo las islas jónicas, la Grecia continental, el norte del Egeo y el noreste del país las regiones de Grecia más golpeadas. No obstante sí que se ha experimentado una ligera mejoría en relación con los datos del año pasado. Dímitra Georagopulu, madre de dos hijos, comenta a ABC que su capacidad económica se ha visto reducida en los últimos años, sobre todo después de la pandemia. «Cada mes tenemos que rompernos la cabeza y no conseguimos llegar a fin de mes con más de 5 euros en el bolsillo», se lamenta la joven, que asegura que este invierno no ha podido encender la calefacción.
Tanto el conservador Mitsotakis como el izquierdista Alexis Tsipras han prometido en sus programas electorales que reforzarán la clase media del país, la gran olvidada durante los años de la crisis económica, con medidas que ayuden a paliar las cargas fiscales sobre todo de los trabajadores por cuenta propia.
El accidente de los trenes
El choque frontal de dos trenes en Tempe, cerca de Lárisa, el pasado mes de febrero ha dejado al descubierto las enormes deficiencias del país en infraestructuras, seguridad en los transportes y en la administración de los fondos europeos. Además, la elección de Kostas Karamanlís, ministro de Infraestructura y Transportes, cuando se produjo el trágico siniestro que dejó 57 víctimas mortales, en su mayoría estudiantes, provocó una nueva ola de indignación ciudadana que se ha acentuado tras el debate electo
La inmigración y la defensa de las fronteras con Turquía ha sido uno de los pilares básicos de la estrategia electoral del conservador Kyriakos Mitsotakis, que ha inaugurado uno de los tramos de la valla fronteriza en el Evros, frontera terrestre con Turquía.
Aunque Notis Mitarakis, ministro de Migraciones y Asilo, ha afirmado que el país no afronta una crisis migratoria, como prueba el cierre de la mayoría de los centros de acogida, la imagen de un país que cuida sus fronteras y que lucha contra la inmigración ilegal es la que más ha transcendido durante la campaña, siendo una de las cuestiones que más preocupan al electorado conservador.
La publicación en el ‘New York Times’ de un vídeo donde se veía a una embarcación de la guardia costera realizando una devolución en caliente de 12 personas, entre ellas varios menores y un bebé, ha vuelto a poner en evidencia el cumplimento de la normativa europea de gestión de fronteras por parte de las autoridades griegas. ral del 10 de mayo y que ha propiciado que la Asociación de Familiares de las Víctimas de Tempe interpusiera una denuncia contra 13 implicados, entre los que se encuentran Kyriakos Mitsitakis y Karamanlís.
Descontento de los jóvenes
Durante la campaña electoral han sido muchos los intentos de los partidos políticos de atrapar el apoyo de los votantes más jóvenes, que tras el accidente de los trenes han perdido su fe en el sistema. El conservador Nueva Democracia ha intentado por todos los medios ganarse de nuevo su confianza con promesas electorales como la anunciada la pasada semana en la que promete un bono de ocio por valor de 150 euros a los jóvenes que este año cumplen la mayoría de edad. Por su parte, Tsipras ha intentado atraer a esa juventud decepcionada con la inclusión entre sus listas del rapero Mithridatis o la joven ingeniera en robótica Diana Vuturaku.
Los datos que han arrojado las últimas encuestas de intención de voto siguen mostrando al conservador Nueva Democracia como la lista más votada, con un 6,7% de ventaja sobre el partido de izquierda radical Syriza-Alianza Progresista. Mitsotakis aspira a conseguir la mayoría absoluta necesaria que le permita renovar su mandato, ya que es la primera vez que el bono que premiaba al partido más votado en los comicios generales no será aplicado.
Nueva Democracia y Solución Griega, a la derecha, y Syriza-AP, PasokKinal, MeRA25 y el partido comunista KKE, a la izquierda, es decir, los seis partidos que cuentan con grupo parlamentario, según los sondeos, volverían a superar el 3% necesario de los votos que les abriría de nuevo la puerta al Parlamento.