Tamara está en una carrera de obstáculos

Apunto de ponerme a escribir esta columna, me salta la fotografía de Ione Belarra mal vestida, con una camiseta con la imagen de un señor que resulta ser Tomás Díaz Ayuso, hermano de Isabel Díaz Ayuso, un señor que, habiendo sido objeto de una investigación, fue archivada. O la ministra no se entera de nada, o está mal informada o es una indecencia absoluta lo que ha hecho. Ella sabrá, pero es seguro que la vida le pasará factura. La maldad se paga tarde o temprano. Pero diciendo lo que dice todos los días, se retrata, al menos su amargura.

Nadia Calviño ha dicho la verdad, no se van a crear los puestos de trabajo previstos. Dijeron casi un millón y ahora la cosa quedará en cuarenta mil. O sea, seguramente serán incluso la mitad de estos, como mucho. Luego nos los venderán como un éxito, porque la población es parca en memoria.

Casi de abuso de poder es lo que ocurrió en el Congreso de los Diputados entre María Teresa Álvarez, aplicando un reglamento que no es igual para todos, y Gloria Elizo, diputada de la derecha. Quiso hablar de algo que a la que presidía ocasionalmente no le gustaba, y a otra cosa mariposa. La Señora Álvarez debe de estar dormida cuando interpelan al presidente y contesta con lo que le apetece sin que nadie se inmute.

Lo que de verdad ha conmocionado a España ha sido el impertinente comunicado de unas señoritas de Bilbao, negándose a hacerle el vestido de novia a Tamara Falcó. Claro que muy pronto los españoles se han dado cuenta que a la marquesa de Griñón la quieren vestir los más grandes de la moda. A ninguno de ellos les importará hacer los cambios necesarios a una novia, para que ese día sea la más guapa, la mejor arreglada y la más feliz, porque ello redundará en beneficio de la firma. La moda es inspiración en arte, en historia, en la vida misma y en los demás. Los caprichos son cosa de las novias. Interpretarlos y adaptarlos, de los diseñadores, pero el riesgo del éxito o del fracaso es de todos por igual. Esta boda es una verdadera carrera de obstáculos. Esperemos que todos lleguen a la meta sin mayores contratiempos.

Mientras tanto Carminne Dodero, ahijada de Cristina Onassis, sigue trayendo a Madrid a artistas internacionales. Primero llegó Andrés Paredes con sus mariposas colgadas del palacio de Linares, ahora le ha tocado el turno a

Paola Marzotto, madre de

Beatriz Borromeo, y por tanto suegra de Pierre Casiraghi. Su exposición en la Escuela de Ingenieros de Minas de la Universidad Politécnica está teniendo un enorme éxito. Veinticuatro impresionantes y enormes fotografías sobre la naturaleza pura y dura. Una persona muy especial como lo fue su peculiar madre, la famosa Marta Marzotto, que, de los orígenes más humildes, llegó a ser uno de los personajes más interesantes del siglo XX; imprescindible en una sociedad internacional que dominaba a la perfección. Sus casas, sus joyas y sus caftanes marcaron toda una época.

Carla Bruni ha declarado que es una persona muy feliz, junto a su marido el expresidente Sarkozy, que ha estado unos días en Madrid. Ahora el político ha sido condenado a llevar una pulsera telemática, que la llevará en lugar de tener que estar en prisión, durante el periodo de tres años al que ha sido condenado.

Finalmente el Tribunal Supremo ha dado la razón a Miguel Bosé, referente a la paternidad de sus dos hijos, pero no sobre los otros dos cuya paternidad corresponde a Nacho Palau, al que la sentencia considera su padre biológico.

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ALEJANDRA RUBIO

Ser modelo no era lo que Marta tenía en sus planes. De pequeña quería ser periodista de investigación, «me encantaba C. S. I.», pero cuando se fue haciendo mayor empezó a encontrar muchos inconvenientes. Tuvo otra etapa en la que quería ser bióloga marina. «Me encantan los animales y el mar», afirma, pero ninguno de estos planes se materializó.

Su carrera como modelo comenzó de manera casual andando por Madrid. «Me animaron a participar en un concurso en Barcelona. No lo gané, pero hizo que lograra un contrato con una de las mejores agencias de España», recuerda.

En sus inicios sufrió mucho con su anorexia «la enfermedad la desarrollé por querer estar siempre perfecta». Tiempo después se propuso compartir su experiencia en las redes sociales con todos sus seguidores. «Estaba en la edad perfecta para empezar con todo pero no pude porque estaba muy mal». Consiguió recuperarse física y emocionalmente de lo que conlleva padecer un trastorno alimenticio. Se propuso volver a trabajar a los 19 años, pero no resultó como esperaba. « Fui a una agencia muy importante en Madrid y directamente me dijeron que estaba gorda. Mi cuerpo ya no era el mismo, estaba hinchada por la recuperación y tuve que esperar hasta los 20 años», recuerda con dolor. «Salí de allí. Tenía ganas de vivir. Hice que mi familia lo pasara muy mal y perdí gran parte de mi adolescencia», reconoce con entusiasmo.

Su familia ha estado a su lado en este duro proceso apoyándole en todo. « He sido brillante con mis estudios. Me parece imprescindible que la gente tenga curiosidad por saber y hoy en día se ha perdido el gusto por el conocimiento».

Ha desfilado para firmas muy importantes de nuestro país y también para diseñadores internacionales. « En España he hecho cosas pero no todas las que debería haber hecho, por el trabajo que tiene mi pareja».

Actualmente no sigue ningún régimen de comidas. Come lo que quiere aunque «sí que es verdad que conozco mi cuerpo y se que me sienta peor o mejor. Cuando tengo un trabajo en lencería o bikini, los días previos intento adaptar mi alimentación para estar mejor». Hace deporte diariamente para mantener la masa muscular: « me cuesta poco porque tengo suerte de tener un buen metabolismo».

Haber contado su experiencia en redes sociales ha llevado a que reciba numerosos comentarios por parte de sus odiadores «cuando subo que me estoy comiendo una pizza me dicen que no me lo creo ni yo».

Ahora mismo estamos pasando una época donde se supone que se aceptan todos los cuerpos y el ‘body positive’ está a la orden del día, pero ella piensa que «a las que se les exige se les sigue exigiendo lo mismo y hay muy poco tacto en cómo dicen las cosas por parte de las personas que llevan mucho tiempo en esta industria».

En el mundo de la moda ha vivido el compañerismo, todo lo contrario a lo que vive de ‘influencer.’ «En la redes sociales hay mucha competitividad y mucho menos compañerismo del que se quiere demostrar».

Comparado con cualquier otro trabajo se gana mucho dinero en las redes sociales. «Somos un escaparate para vender los productos de las marcas». Esto, a su juicio, tiene una parte mala: la exposición pública.

Con lo que más disfruta la novia de Kiko Matamoros es trabajando con firmas de moda y belleza. Ha hecho muchas colaboraciones en Instagram con marcas de la talla de Dolce & Gabanna Beauty, Kiko Milano, Mac, entre otras. « A veces las marcas no te pagan por publicar sus productos, pero lo haces por simple gusto» . Por su trabajo, a la modelo le toca viajar mucho, esto hace que prácticamente todo le salga gratis o que le paguen un ‘free’ por ello. «Me ahorro mucho dinero por ser ‘influencer’, soy muy previsora y quiero invertir».

Que su pareja sea tan televisiva le ha afectado porque nunca ha querido participar en ese sector. «No es algo que me guste ni me interese» . Le parece fatal que se le juzgue y le quiten trabajos por ser la novia de Kiko Matamoros. «Si eres pareja de un actor o de un futbolista, sí tienes trabajo. Al final se está valorando a una mujer por la persona con la que tiene una relación en lugar de por ella misma».

En pocas semanas se casará, aún está ultimando los detalles de su boda. La ‘influencer’ lucirá tres vestidos a lo largo de la ceremonia. «Tengo muchas ganas de compartir ese momento con toda la gente que quiero», confiesa ilusionada.

A la marquesa de Griñón la quieren vestir los más grandes de la moda