ABC (Nacional)

Brufau e Imaz seguirán pilotando cuatro años más el cambio de Repsol

▶ El presidente del grupo ha cambiado de opinión, ya que en 2019 dijo que «no tenía intención» de repetir

- JAVIER GONZÁLEZ NAVARRO

El presidente de Repsol, Antonio Brufau, vuelve a presentars­e a la reelección a pesar de que hace cuatro años anunció a su consejo de administra­ción que «no tenía intención» de volver a hacerlo. Sin embargo, hace unos meses cambió de opinión y hoy será reelegido con toda seguridad en la junta que el grupo celebra en Madrid para otro periodo de cuatro años en los que cobrará la mitad que en 2022.

Para ello no ha habido que cambiar los estatutos, entre otros motivos porque en los mismos no se limita la edad del presidente, que tiene 75 años. Brufau entró a formar parte del consejo de Repsol en 1996 y ocupa su presidenci­a desde octubre de 2004. Ahora se presenta a la reelección tras conseguir el grupo el año pasado unos beneficios históricos de 4.251 millones de euros, un 70% más que en el ejercicio previo.

La compañía explica que la actuación de Brufau como presidente del consejo se evalúa por éste con carácter anual y, al menos cada tres años, además, «con la colaboraci­ón de un asesor externo de reconocido prestigio. A este respecto, en la última evaluación que se llevó a cabo con asesoramie­nto externo (KPMG), obtuvo una puntuación de 4,8 sobre 5», destacando los consejeros «su liderazgo efectivo como presidente del consejo, la extraordin­aria dinámica con el consejero delegado, su flexibilid­ad e impulso a la hora de promover un debate abierto y participat­ivo en el seno del consejo y su alineación con la compañía y los intereses de los accionista­s».

La misma puntuación ha obtenido el consejero delegado ejecutivo, Josu Jon Imaz, que también será reelegido hoy por los accionista­s.

Además, la comisión de nombramien­tos considera que «el valor esencial aportado por Brufau le convierte en la persona idónea para su reelección como ‘otro consejero externo’, por un periodo estatutari­o de cuatro años, y su posterior continuida­d como presidente del consejo de administra­ción».

La retribució­n fija de Antonio Brufau será de 1,250 millones de euros anuales. Esta retribució­n, «propuesta por el propio presidente», refleja una reducción del 50% con respecto a la cantidad aprobada por la junta de accionista­s en 2019.

Retribució­n en especie

Brufau cobró en 2022 un total de 2,811 millones de euros, de los que 2,5 millones es la retribució­n fija. Es un 1% más respecto a 2021. El contrato de Brufau incluye retribucio­nes en especie como seguro médico, el coste de la residencia que la compañía pone a su disposició­n como vivienda y para la decir, no podía ser más que gratis y no se le podía exigir nada en serio, y, segundo, apelaba al espíritu participat­ivo para ‘mejorarlo’. Y un tercer aspecto: la pequeña demora en darte paso incrementa­ba la ansiedad ante lo desconocid­o.

Según una estimación de UBS, en enero el chatbot habría alcanzado los 100 millones de usuarios convirtién­dose en la aplicación de crecimient­o más rápido de la historia. TikTok tardó nueve meses en alcanzar ese número e Instagram, dos años y medio.

Diciembre fue una locura de periodista­s disparando preguntas al chat y de columnista­s pidiéndole que hiciera su trabajo. Ya en enero, la plaga estaba extendida a otros profesiona­les. Entonces se supo que Sam Altman, el consejero delegado de OpenAI, estaba planeando una oferta pública de acciones que valoraba en 29.000 millones de dólares la compañía. Pero al mismo tiempo se recordaba que OpenAI ya tenía un acuerdo estratégic­o con Microsoft desde 2019 y que esta empresa había aportado mil millones de dólares. Esa misma cifra era el flujo de caja que Altman le decía a los inversores que podría generar OpenAI en poco tiempo.

A finales de enero ya se escribía que Microsoft, una empresa ‘boomer’, podía volver a convertirs­e en representa­ción institucio­nal de la sociedad, los correspond­ientes ingresos a cuenta derivados de tales conceptos y la compensaci­ón económica por la imposición personal aplicable derivada de dicha retribució­n en especie (retencione­s).

Asimismo, contemplan un «compromiso de no competenci­a poscontrac­tual de un año, si bien ya no percibirá compensaci­ón económica alguna por terminació­n de su contrato», según informa la compañía.

La junta de accionista­s aprobará también la renovación de Josu Jon Imaz como consejero ejecutivo del grupo, puesto que ocupa desde 2014, aunque desde 2008 era presidente de la filial Petronor. Imaz, doctor en Ciencias Químicas, fue presidente del PNV entre 2004 y 2007.

El año pasado recibió unas retribucio­nes de 4,135 millones de euros, un 3,5% más que en 2021. La parte fija es de 1,2 millones, cantidad que no ha variado desde su nombramien­to en 2014.

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// GUILLERMO NAVARRO Josu Jon Imaz y Antonio Brufau, en una junta de accionista­s

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