A más EH Bildu y PNV ¿menos catolicismo?
El nivel alto de euskera es el doble entre ateos que entre católicos
Esta pasada Semana Santa, el obispo de Bilbao, Joseba Segura, nos sorprendió con unas declaraciones a la COPE en las que dijo que «las zonas más euskaldunes son las más secularizadas en este momento». Diagnóstico a partir de «muchos datos que lo confirman y de maneras muy diferentes». Según monseñor Segura, se ha pasado de lo que significaba euskaldun-fededun, expresión que vendría a identificar ser vasco con ser religioso, a que «la gente que hoy tiene un sentimiento nacionalista más fuerte es quizá la que se siente más distante de la Iglesia». «El sustrato religioso está muy débil» y que «no hay motivos para pensar que habrá un cambio de tendencia». Monseñor Segura aseveró que «vamos a tener una Iglesia quizá más pequeña, pero relativamente fuerte en zonas como Bilbao y Getxo».
Me gustaría saber qué opinan al respecto los obispos de San Sebastián y Vitoria. Si cruzamos los datos de las últimas encuestas sobre religiosidad en el País Vasco, según los últimos datos del CIS (2024), son católicos practicantes, el 12,9%; católico no practicante, 32,4%; creyente de otra religión, 2,4%; agnóstico, 12,5%; indiferente, no creyente, 15,6%; y ateo, 22,1%.
Otros datos sobre intención de voto según adscripción religiosa: entre los católicos practicantes, Bildu conseguiría más votantes (un 7,7%) que los socialistas (solo 6,2% de católicos practicantes votarían socialista). Entre los católicos no practicantes, casi un 32% votarían PNV, un 12% Bildu, un 11% socialista y un 6,6% PP. La mitad de los ateos del País Vasco tienen claro que votarán Bildu, así como un tercio de los indiferentes, y un 28% de los agnósticos.
Entre los católicos practicantes que han declarado que no votarán o que no saben qué votar, 1 de cada 4 declara simpatía por el PNV, y menos del 5% la declara por el PP. Más datos: el nivel alto de euskera es el doble entre ateos que entre católicos practicantes; los católicos practicantes, y los no practicantes, son mucho más pobres que los agnósticos, indiferentes y ateos. La cuestión quizá no sea cómo es el hoy, sino cómo será el mañana también para la Iglesia.