«Hemos perdido confort climático»
Resp. Laboratorio de Climatología Univ. Alicante
Desde 2004, el Sol está atravesando un ciclo de actividad débil. Y sin embargo, la temperatura terrestre ha seguido subiendo. No con el ritmo de los años 80 y 90 del pasado siglo. Pero ha seguido subiendo. Lo que confirma de modo casi definitivo que en el proceso actual de calentamiento térmico planetario, el factor antrópico está resultando determinante; esto es, las emisiones de gases de efecto invernadero. También es cierto que los años en los que hay fenómeno de « El Niño » como 2015 y 2016 son años más cálidos de lo normal. Ahora bien, todavía no estamos en un punto de no retorno. La situación es reversible. Lo único que hay que hacer es cumplir los acuerdos internacionales de reducción de emisiones en todo el mundo. Que los gobiernos se lo crean. Que las políticas del cambio climático sean realmente transversales e impregnen el resto de políticas. Por ejemplo, tendría que ser la vicepresidencia de un gobierno la que asumiera esta competencia, coordinara políticas, impulsara planes de acción. Si no, seguiremos haciendo políticas concretas, a modo de parches, para cumplir directivas europeas o protocolos internacionales, que nunca se terminan de cumplir. Las CC.AA. también deben impulsar planes de acción y adaptación. Y los gobiernos locales. Estos últimos tienen un papel fundamental al ser el eslabón más cercano al ciudadano. Como digo, estamos a tiempo de hacer cosas, de poner solución. Pero no podemos perder más tiempo. Destacaría cuatro. Primero, la temperatura media ha aumentado en España en las últimas décadas, a un ritmo desconocido en los últimos 150 años. Como consecuencia de ello hemos perdido «confort climático» especialmente en verano, que se está prolongando hacia los extremos ( junio y septiembre). Segundo, el mar Mediterráneo, frente a nuestras costas, se calienta ahora más y durante más tiempo, con repercusiones térmicas y pluviométricas en las tierras ribereñas de este mar. Tercero, se produce más «lluvia de barro» ahora que hace 30 años también. Y cuarto, han cambiado los patrones de precipitación en las regiones de la mitad este de nuestro país, con una dis- minución de lluvias en primavera y un incremento en otoño. Va a seguir la investigación climática porque es fundamental para ir confirmando la hipótesis de cambio climático en todos sus extremos. Quedan todavía incertidumbres por estudiar. Por ejemplo, no se conoce bien como puede evolucionar la precipitación en una atmósfera más cálida y muy especialmente en nuestras latitudes mediterráneas. Se lleva un camino muy lento para reducir las emisiones de gases en España. En políticas de adaptación, la cosa es aún peor. Se aprueban planes que no se cumplen. Es fundamental que la ordenación del territorio, la planificación económica y la del agua incluyan los efectos del cambio climático y de los riesgos asociados.