Prohibir el aceite de palma, perjudicial para el planeta
La UICN concluye que no acabaría con la destrucción de la biodiversidad y sólo la desplazaría a otros ecosistemas
Devastador con el medio ambiente, perjudicial para la salud y socialmente cuestionable por la apropiación de tierras autóctonas y abusos contra los derechos humanos, el aceite de palma es desde hace tiempo uno de los peores enemigos de la conservación de la naturaleza. La destrucción de bosques para su cultivo alcanza el 0,4% mundial y hasta el 50% de selvas tropicales. Afecta a unas 193 especies amenazadas, siendo orangutanes, tigres y gibones los animales que más han sufrido las consecuencias de este producto, cuya demanda mundial se espera alcance los 70 millones de toneladas anuales para 2020. Sin embargo, el último informe realizado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) hace honor al dicho de que a veces « el remedio puede ser peor que la enfermedad».
Tras un exhaustivo estudio sobre el aceite de palma y sus consecuencias ambientales, los investigadores apuestan por evitar las deforestaciones, pero no su prohibición. Su principal argumento es que acabaría siendo sustituido por otros cultivos aceiteros que «necesitan hasta nueve veces más tierra que el aceite de palma» y que, lejos de solucionar el problema, sólo acabaría desplazándolo a otras zonas. Hoy, sus impactos sobre la biodiversidad se concentran principalmente en Malasia e Indonesia. Pero la sustitución por otros cultivos acabaría afectando a bosques tropicales y sabanas de América del Sur.
Presente en infinidad de productos como patatas fritas, bollería industrial, chocolates... se calcula que cada ciudadano consume, queriendo o sin querer, hasta 60 kilos de esta grasa al año. España no se queda atrás en este comercio mundial y se coloca como el tercer país importador de la Unión Europea, tras Holanda e Italia.
25 millones de hectáreas
El total de tierras dedicadas al cultivo de aceite de palma alcanza ya los 25 millones de hectáreas y el futuro que auguran los expertos no resulta muy alentador: las áreas hacia las que podría extenderse albergan el 54% de todos los mamíferos amenazados del mundo y casi dos tercios, el 64%, de las aves en peligro de extinción.
«El aceite de palma está diezmando la gran diversidad de especies del sureste asiático. Pero si lo reemplazamos por cultivos como colza, soja o girasol sufrirán otros ecosistemas naturales y otras especies», señala el autor principal del informe, Erik Meijaard, quien deja claro que «para poner fin a la destrucción hay que esforzarse por producirlo libre de deforestación y asegurarse de que los esfuerzos para limitar su uso cuenten con información científica sólida para entender sus consecuencias».
OTROS ACEITES, COMO LA SOJA O LA COLZA DEMANDAN MÁS TERRENO
Basura tecnológica