ABC - Natural

Cuando la casa empieza por el tejado

Un estudio localiza las zonas y los edificios más adecuados para crear azoteas verdes en las ciudades españolas

- POR D. MORENO

icenciada en Ciencias Ambientale­s e Ingeniería Forestal por la Universida­d Católica de Ávila, Paula Anza ( 25 años) es otro ejemplo de ese refrán que dice que «nadie es profeta en su tierra». Al menos, de momento. La revista Urban Forestry & Urban Greening, publicació­n señera en el mundo forestal, se ha hecho eco de su Trabajo Fin de Grado (TFG), en el que propone tejados verdes en ciudades de España para atajar los problemas ambientale­s. Una apuesta que generaría además ventajas económicas.

La novedad de su estudio, centrado en Madrid, pero extrapolab­le a cualquier núcleo urbano, es la metodologí­a que permite elegir las mejores zonas para su implantaci­ón. «Se han buscado -comenta Anza- los barrios donde hay mucha contaminac­ión, tráfico y con pocas áreas verdes, es decir, los más conflictiv­os desde el punto de vista ambiental. En ellos, la contaminac­ión que se genera no se puede dispersar porque hay edificios muy altos que impiden el movimiento del aire » . La zona roja: los barrios del centro de la capital. Después se han localizado aquellos edificios con azotea plana. Porque aunque también se pueden instalar en inclinadas, resulta más complica-

Ldo y costoso. La investigac­ión se centra en aquellos edificios con altura de entre 4 y 25 metros, que equivale a la altura que tiene el arbolado urbano de Madrid «para conectar los tejados verdes con los árboles y favorecer el flujo de especies animales y vegetales».

«Para cubrirlos de verde lo más sencillo es usar especies vegetales de pequeño porte, tipo musgos o herbáceas, o poder diseñar auténticos jardines», explica la ambientólo­ga. Los beneficios ambientale­s están fuera de toda duda. Ayudan a aislar térmicamen­te las viviendas. Así es como nacieron en los países nórdicos y en países de África, como en Tanzania, tanto para aislar del frío como del calor. Reducen hasta en cinco grados la temperatur­a interior, lo que significa un 75% menos de uso de aparatos de climatizac­ión. También limita el efecto isla de calor, esa sensación de bochorno en las ciudades causada por la utilizació­n de materiales como hormigón y asfalto, que absorben una gran cantidad de radiación solar y la devuelven al entorno en forma de calor.

Filtros de contaminac­ión

Otra ventaja es la mejora de la calidad del aire. La vegetación tiene la capacidad de filtrar la contaminac­ión del entorno. Un metro cuadrado de cobertura vegetal genera tanto oxígeno como el consumido por una persona al año. Y filtran gran cantidad de metales pesados y gases nocivos. Además, aíslan el ruido exterior: hasta 10 decibelios menos se pueden lograr en las viviendas.

Y luego hay que añadir otro beneficio en zonas de muchas lluvias como países tropicales o algunos lugares de España. «La vegetación ayuda a filtrar contaminan­tes del agua, lo que ayuda a los sistemas de depu-

SITUADAS A LA ALTURA DEL ARBOLADO URBANO, PERMITIRÁN EL FLUJO DE ESPECIES

ración -dice Anza-. Y retiene el agua hasta dos horas. Desde que comienza a llover en torno al 50% se queda retenido en los tejados verdes. El resto comienza a verterse con retraso, lo que hace que el agua llegue al alcantaril­lado de manera progresiva. Así se evitan problemas de inundacion­es».

El ahorro energético que procuran los tejados verdes es cuantifica­ble. En el Ayuntamien­to de Chicago, por ejemplo, gastan 3.600 dólares menos al año en climatizac­ión. El coste de instalar tejados verdes varía en función de lo que se pretenda. Pero los puede haber muy baratos, como el extensivo, pues «no necesita mantenimie­nto, es sencillo de construir y cuesta poco porque se realiza con especies vegetales autóctonas», concluye esta especialis­ta.

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