Una Oración del barrio de la Feria para Sevilla
El pasado mes de octubre la Junta Superior del Consejo General de Hermandades y Cofradías designó al Señor de la Oración en el Huerto de Montesión para presidir el próximo Vía Crucis de las Cofradías de Sevilla.
Este acuerdo llenó de gozo el barrio de la Feria ya que esta devoción tendrá el honor, en principio, el primer lunes de cuaresma, próximo 6 de marzo, de aglutinar a miles de cofrades en este piadoso culto que se desarrolla en la Santa Iglesia Catedral. Se convierte el titular de esta hermandad del Jueves Santo en la cuadragé-
sima primera imagen designada para presidir este culto que se viene celebrando desde el año 1976.
En el 2013 esta imagen fue designada, en total fueron catorce, para participar en el denominado Vía Crucis de la Fe que tuvo que suspenderse, con el formato preconcebido, por las inclemencias meteorológicas que acaecieron en la jornada de este magno acontecimiento y que impidieron el traslado de las distintos misterios al primer templo de la archidiócesis.
El hermano mayor de la hermandad Montesión, Manuel Soto, se encontraba muy contento con la designación: “Para nuestra hermandad supone una gran alegría y al mismo tiempo un hecho que hará que estemos más unidos que nunca”. Sobre lo que supone en el seno de su corporación este hito histórico comentaba: “La responsabilidad es muy grande dentro de la hermandad ya que vamos a estar bajo la mirada de toda la ciudad y el Vía Crucis tiene que responder a una ciudad como es la nuestra”. El recuerdo que debería quedar de este magno acontecimiento también es comentado por Soto: “Me gustaría que se recordase como un verdadero y profundo culto de fe y de esperanza para los que lo necesitan, además, siendo presidido por el Señor de la Oración personalmente es muy especial para mí ya que es mi devoción y a quien acudo con mucha frecuencia a pedirle algo”.
Círculo de Roldán
No se conoce la autoría de la venerada imagen del Señor Orando en el Huerto al no estar documentada, aunque distintos estudios publicados consideran que tuvo que ser ejecutada en el último tercio del siglo XVII, cobrando con fuerza, por muchos de ellos, que pudiera haber realizado esta portentosa imagen cristífera algún escultor del círculo del insigne Pedro Roldán (1624-1699) o él mismo.
El propio José Bermejo en su obra “Glorias religiosas de Sevilla” atribuye a Pedro Roldán su autoría, al igual que las figuras de su antiguo misterio. González de León también afirma que Pedro Roldán es el autor de esta imagen del Señor Orando en el Huerto, al igual que Gestoso y Almela Vinet a finales del siglo XIX. Ya en el siglo XX y hasta nuestros días varios autores también sigue esta línea de atribución como es el caso de Heliodoro Sancho y la mayoría de los historiadores actuales
El hermano mayor de la hermandad Manuel Soto: “Para nuestra hermandad supone una gran alegría y al mismo tiempo un hecho que hará que estemos más unidos que nunca”.
como son los casos de Roda Peña o Palomero Páramo.
A esta imagen, según Serrano Ortega, en el año 1832 se le realizó una cabellera de pasta, ya que antes tendría pelo natural, circunstancia más usual que en nuestros días en las imágenes devocionales hispalenses.
Otra atribución
Durante muchas décadas esta imagen tuvo otra atribución, además de la ya comentada del círculo de Pedro Rol- dán, ya que existieron autores que daban su autoría al imaginero Jerónimo Hernández (1540-1586). Su primera atribución en este sentido se debe al historiador Celestino López Martínez, que según se especifica en medios oficiales de la propia hermandad, en el Archivo Notarial de Protocolos existe un contrato con fecha 10 de febrero de 1578 entre este escultor y la hermandad para la realización del misterio completo de la Oración en el Huerto de Montesión, incluyendo a la imagen del Señor. Esta atribución en la actualidad está desechada por la mayoría de los autores, al ver la luz otros documentos que centraban su atribución al ya comentado círculo de Roldán antes comentado.
Restauraciones
Sobre esta portentosa efigie se han realizado distintos procesos de restauración a lo largo de su historia; existen varias de ellas que están documentadas, en concreto cuatro de ellas.
La primera de ellas documentada fue la anteriormente relacionada de 1832 cuando se le cambió la cabellera de pelo natural por otra de pasta. El escultor sevillano Antonio Castillo Lastrucci en el año 1942 actuó sobre esta talla. Este insigne imaginero realiza un cuerpo anatomizado adaptando la cabeza, manos y pies de la imagen. Décadas después, en el año 1976, fue el imaginero Francisco Buiza el que interviene, de nuevo, en la imagen, realizando una nueva encarnadura. Además retalla el cuerpo del Cristo anatomizándolo de nuevo. La última restauración llevada a cabo hasta la fecha fue realizada entre los años 1994 y 1995 por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, en la que se actúa sobre la cabeza, manos y pies y añadiéndole un nuevo candelero de madera.
“Me gustaría que se recordase como un verdadero y profundo culto de fe y de esperanza para los que lo necesitan”.