La Centuria, como nunca y como siempre
La banda de la Macarena, ya sin Hidalgo en la dirección, evoluciona aumentando el número de componentes, elevando el nivel musical e incluso cambiando de imagen, pero sin perder su sello, que la convierte en patrimonio inmaterial de la hermandad.
Hubo una época, a mediados de los noventa, en la que la Centuria tocaba todos los días en la Semana Santa de Sevilla. Entonces, la banda de la Macarena tenía la marca perfecta. Sin embargo, con las modas, la tendencia a incorporar nuevos instrumen- tos y músicos y los nuevos estilos, se quedó atrás. Comenzó un goteo incesante de pérdida de contratos: San Benito, la Candelaria, las Aguas… y, más recientemente, San Roque. Si antes en Sevilla comían de la tarta unas seis bandas de cornetas y tambores, todas en torno a los 70 músicos, todo cambió. Bandas como las Tres Caídas o las Cigarreras, en la capital, y otras de fuera como la Presentación al Pueblo de Dos Hermanas, subieron de forma espectacular la calidad interpretativa, superando los 150 músicos y reinventando un estilo que sólo preservaba la Centuria, con los partidarios más puristas.
La nueva junta de gobierno de la Macarena comprendió que una formación musical histórica como la Centuria, con su potencial, no podía permitirse esto. “Los músicos lo que quieren es tocar en la Semana Santa de Sevilla”, afirma Enrique Espinosa, mayordomo del Rosario, enlace de la banda con la junta de gobierno y responsable de las relaciones públicas de la formación. Cuando tomó posesión de la nueva junta de gobierno se encontraron con unos músicos “de capa caída, porque habían perdido muchas cofradías y muchos integrantes se habían ido a otras bandas”. Por ello, se plantearon que había que darle un impulso.
Cuenta Espinosa que lo primero que hicieron fue cambiar la organización: “Una banda de este calibre no puede llevarla una sola persona, por muy capacitada que esté. Había que actualizarla, moverla en redes sociales, aplicar técnicas de marketing, protocolo, recuperar relaciones con el Ayuntamiento, el Consejo y otras hermandades, para que vuelvan a confiar en nosotros”. Así, la junta de gobierno comprendió que la cabeza visible debía seguir siendo Pepe Hidalgo, historia viva de la música procesional, al que había que mantener como director otorgándole un puesto honorífico. Sin embargo, Hidalgo el pasado mes de septiembre decidió retirarse como director y dedicarse a la banda juvenil. En la Centuria queda como director musical Paco Moraza, que conoce bien el ramo.
Si antes en Sevilla comían de la tarta unas seis bandas de cornetas y tambores, todas en torno a los 70 músicos, todo cambió.
En busca de un cambio de imagen
Para hacer visible la renovación de la Centuria, había que cambiar los uniformes. Los propios músicos se lo demandaron a la hermandad ya que llevaban 16 años con el mismo. Así, el día de la procesión de la Virgen del Rosario, el 21 de octubre, saldrán por primera vez con una nueva estética.
El siguiente paso era grabar un disco. El álbum incluirá marchas que llevan sonando en la calle algunos años, como es el caso de “Roma”, pero que nunca se han incluido en un CD. Las grabaciones han terminado ya y se pondrá a la venta en diciembre. Se trata de composiciones musicales nuevas pero que beben del estilo clásico de la Centuria, de autores como Pedro Pacheco o David Hurtado, entre otros.
El director musical, Paco Moraza, explica que “el cambio de la banda consiste en mantener la sonoridad de siempre pero mejorando la afinación. Que la banda se adapte a los tiempos actuales pero manteniendo su sello particular e inconfundible”. La Centuria como nunca, pero como siempre. Y esto es manteniendo el estilo de las cornetas y tambores a secas, y con instrumentos ex- clusivos: “En el resto de bandas, el 95% de las cornetas suenan en ‘re’ normal, pero nosotros llevamos las ‘brillantes’, con un tono más agudo, que suenan diferentes”. Sin embargo, en busca de una pureza incluso mayor, la hermandad está realizando pruebas con distintos fabricantes para renovar la instrumentación.
“Más gente y que suene mejor”
El principal cambio será el aumento significativo en el número de músicos y, también, en el nivel musical de estos, tras las nuevas incorporaciones. Hasta ahora, la Centuria conta- ba con 67 componentes. Ahora hay 90 y se espera que se alcance el centenar en los próximos meses. “Hemos querido ponernos al nivel de las demás. El nombre ya lo teníamos, pero ahora había que demostrar el nivel”, explica Moraza.
El director musical, Paco Moraza, explica que “el cambio de la banda consiste en mantener la sonoridad de siempre pero mejorando la afinación. Que la banda se adapte a los tiempos actuales pero manteniendo su sello particular e inconfundible”.
En los últimos meses se han hecho audiciones, en las que han participado multitud de músicos procedentes de otras bandas. “Hemos seleccionado a los que creemos que mejor se adaptan a nuestra idiosincrasia, y todos los que hemos elegido saben leer partituras”. En total, se han incorporado 38 nuevos músicos. “Se ha elevado el número, pero también el nivel, ya que se han incorporado cornetas bastante punteros de otras bandas. Se va a no- tar mucho cuando la oigan”, explica el director musical. La Centuria quiere demostrar que, manteniendo su estilo, es capaz ya de tocar no solamente marchas antiguas, sino también otras de una complejidad altas.
Recuperar cofradías
El reto que se marca la renovada dirección de la banda es que las hermandades vuelvan a confiar en la Centuria y volver a tocar todos los días en la Semana Santa. “Tene- mos mucha esperanza en recuperar cofradías que no deberíamos haber perdido nunca”, asegura Enrique Espinosa. El mayordomo de la hermandad sabe que “hay que ponerse en el mercado y en eso en los últimos años nos hemos despistado”.
Y, en paralelo a las nuevas contrataciones, otro reto que se marca la hermandad es que, en unos años, todos los músicos de la banda puedan vestirse de armao detrás del Señor de la Sentencia. Actualmente, en la Madrugada sólo salen 67 músicos. “Tenemos una banda que el día más importante es el que menos recursos tiene y el que más horas echa en la calle”, indica.
Por eso, para 2019 podrán salir seis más. “Es costoso el uniforme: nagüetas, machete, casco, coraza… todo orfebrería. Eso hay que cincelarlo y pagarlo, poco a poco. Nuestra idea es que en los próximos cuatro años podamos vestir a 90, pero no podemos prometerlo”, afirma el mayordomo.
Por último, otro de los proyectos ilusionantes que se ha puesto en marcha es la escuela musical. La hermandad quiere que los niños que quieran ser músicos no sólo aprendan a tocar una corneta o un tambor, sino que cuenten con una formación musical. Por eso, además de Hidalgo, esta escuela contará con dos profesores de solfeo. La junta de gobierno quiere que la banda infantil sea la cantera de la Centuria Romana Macarena.