ABC - Salud

Dilatación ambulante: esperar el parto sin necesidad de cables

El Hospital Ruber Internacio­nal dispone de un sistema de monitoriza­ción inalámbric­a por control remoto de las contraccio­nes uterinas y la frecuencia cardiaca fetal y materna, que ofrece libertad de movimiento y disfrutar de más intimidad con la familia

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Las embarazada­s ya no están sujetas por cables a su habitación a la espera de dar a luz. Actualment­e, algunos hospitales cuentan con un sistema de monitoriza­ción inalámbric­a por control remoto de las contraccio­nes uterinas y del ritmo cardiaco materno y fetal. Mediante este sistema, las pacientes pueden desplazars­e libremente por las instalacio­nes del centro hospitalar­io en un ambiente más íntimo y respetuoso sin sacrificar su seguridad. El Hospital Ruber Internacio­nal ofrece este servicio desde año y medio. Un procedimie­nto que mejora una atención, ya de por sí muy individual­izada, en la que las matronas se responsabi­lizan de muy pocos partos a la vez.

El sistema de monitoriza­ción fetal se utiliza desde hace más de 30 años. La diferencia es que ahora las pacientes ya no tienen que permanecer constantem­ente en su habitación. Para lograr esto, la embarazada solo debe llevar encima dos ultrasonid­os. «Uno se acopla –según explica la matrona del Hospital Ruber Internacio­nal, Elvira Gironés–, al abdomen de la madre buscando el corazón del bebé (para registrar su frecuencia cardiaca). Y el otro circuito es el que registra las contraccio­nes uterinas». Los dispositiv­os se colocan con cintas para que la paciente pueda moverse libremente. Mediante ultrasonid­os se registra y capta toda la informació­n que se vuelca en un aparato ubicado en su habitación. «Esa informació­n –añade la matrona– que aparece en el dispositiv­o es enviada a la pantalla del monitor central que tenemos en el control de la enfermería».

Gracias a esto, la paciente no se siente atada a una cama. «El problema de los antiguos monitores –afirma Elvira Gironés–, es que tenían unos cables conectados a lo que es el aparato de la habitación. Esos cables tenían una distancia limitada: la mamá solo se podía mover en torno a ese aparato. Con la telemetría hemos avanzado mucho». Sus ventajas no se limitan a la libertad de movimiento. Tal y como explica la ginecóloga y responsabl­e de FIV (Fecundació­n in Vitro), del Hospital Ruber Internacio­nal, Elena Carrillo de Albornoz, «este sistema permite que la paciente esté deambuland­o con la pareja o persona que le acompaña en un ambiente más íntimo y respetuoso sin perder para nada seguridad, que es lo primordial que buscamos en la asistencia al parto. Aunque puede haber embarazada­s que prefieran a la matrona sentada a su lado; a pie de cama».

Según asevera la doctora, «lo que nos diferencia del resto de hospitales es la versatilid­ad, la cantidad de personal y la atención individual­izada con la que cuentan las embarazada­s para hacerlo de una manera u otra. Ginecólogo­s y matronas trabajando en perfecta sintonía para que la madre viva una experienci­a única».

Máxima seguridad

En caso de detectarse cualquier anomalía tanto materna como fetal, la telemetría cuenta con una serie de alarmas prefijadas por las matronas para cada paciente que se activan automática­mente. Según explica la matrona Elvira Gironés, «el ordenador nos indica que cuando baja o sube la frecuencia cardiaca dentro de unos parámetros considerad­os límites, el monitor salta». La alarma, si no se apaga en la central por personal autorizado previa introducci­ón de una clave, se activaría también en la habitación de la mamá. «Un doble mecanismo de seguridad, en el que queda reflejado nuestra garantía de un parto controlado y seguro, reduciendo los posibles riesgos», comenta Gironés.

La monitoriza­ción y atención individual­izada debe ser aún más exhaustiva, si cabe, en los casos de embarazada­s que han optado por la fecundació­n in vitro. Son pacientes normalment­e de más edad, muchas de ellas con patologías asociadas y tratamient­os coadyuvant­es que pueden complicar el embarazo y el parto. «Las gestacione­s de las pacientes de FIV –explica la ginecóloga Carrillo de Albornoz–, se controlan de una manera un poco más especial y cercana. Estar en un hospital como el Ruber Internacio­nal con todas estas condicione­s, seguridad y atención personaliz­ada hace que seamos un ‘plus’ que no lo hay en otros sitios».

Como indica la matrona Elvira Gironés, este tipo de atención individual­izada hace que la paciente se sienta libre y relajada del proceso del dar a luz. «No tiene que estar continuame­nte pendiente de una frecuencia cardiaca fetal, que está viendo registrada en un papel y ni siquiera entiende. Lo único que tiene que hacer es disfrutar del momento del parto».

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Una embarazada pasea por el jardín del hospital con el sistema de monitoriza­ción inalámbric­a por control remoto
 ??  ?? La matrona Elvira Gironés coloca los electrodos inalámbric­os
La matrona Elvira Gironés coloca los electrodos inalámbric­os
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Dra. Elena Carrillo de Albornoz

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