TODO EL PP, A LA ESPERA DE UNA REACCIÓN
Para los populares no puede ser un consuelo que el centro-derecha esté en disposición de lograr la mayoría absoluta en unas generales si es a costa de la pérdida de escaños fugados a Ciudadanos
LOS estudios demoscópicos son fotos fijas que miden estados de ánimo a corto plazo y en un momento determinado. Pero sería absurdo negar que marcan tendencias y consolidan opiniones y votos a medio y largo plazo, atribuyendo criterios subjetivos de credibilidad, o de desgaste, a las distintas fuerzas políticas. El fracaso palmario del PP en las elecciones catalanas no es inocuo a estos efectos. El deterioro de toda la marca PP por efecto contagio es monumental y debería ser muy preocupante para Rajoy porque no ha sabido rentabilizar el éxito político de la aplicación del artículo 155 de la Constitución, ni la convocatoria electoral. Para el PP no puede ser un consuelo que el centro-derecha esté en disposición de lograr la mayoría absoluta en unas elecciones generales si es a costa de una pérdida sustancial de escaños fugados a Ciudadanos. Rajoy debe asumir que repetir como un mantra obsesivo los éxitos de la política económica y la recuperación de España ya no es suficiente. Ese mensaje no cala en la ciudadanía moderada y conservadora de este país, que da síntomas evidentes de necesitar mensajes políticos y eficacia legislativa basada en principios y valores, frente a los envites de una izquierda cuya acción política consis- te en un revisionismo sectario y en el revanchismo ideológico. La política gris y tecnocrática basada en pautas de mera eficacia coyuntural no genera ni ilusión ni votos. La eficiencia en las grandes cifras tiene ya menos valor en el sentir de la ciudadanía del que Rajoy pueda creer. Ciudadanos no gobierna ni un solo Ayuntamiento, Diputación o Gobierno autonómico, y eso impide el desgaste de un partido que se permite el fácil lujo de decirle a los demás partidos lo que tienen que hacer y consagrar una gestión basada exclusivamente en su imagen. Pero en Cataluña lo ha hecho con enorme éxito arrebatando al PP banderas políticas que han dejado de ser de su exclusividad, como la unidad de España, la defensa del constitucionalismo desde una perspectiva conservadora, y la labor de oposición contundente. Hoy Ciudadanos está ganando la batalla de la reputación al PP, y se impone una reacción urgente de Rajoy. Ni la moral del PP está alta ni su electorado es inmóvil. Cataluña es una lección que el PP ha de aprender porque esa asignatura sigue suspensa.
En el ámbito de la izquierda, las preocupaciones para el PSOE deben ser idénticas. Lo que gana a costa de un Podemos en absoluta descomposición, lo pierde de la mano de Ciudadanos. El PSOE tiene el gran dilema de contentar a radicales y moderados de la izquierda española, y en ese empeño Pedro Sánchez no es creíble. La mejor noticia del sondeo de GAD 3 para ABC es el hundimiento de Podemos. Era cuestión de tiempo porque es un proyecto vacío, creado sobre la base del odio social, y lastrado por el hiperliderazgo tóxico de Pablo Iglesias.