Primera vuelta para olvidar
El Sevilla está en crisis. Y no por lo de ayer, que también, sino por lo que viene haciendo desde hace más de un mes. Pasó antes por otra, en el mes de octubre, pero supo reaccionar para seguir con vida en todas las competiciones. Y ahora, aunque continúa con opciones en todas ellas, las sensaciones son preocupantes. Porque la caída libre de los de Nervión es innegable y, jugando así, parece complicado no ir viendo cómo se escapan todos los objetivos. Por lo pronto, el primero lo va viendo alejarse. El Sevilla tiene como meta en cada temporada meterse entre los cuatro primeros clasificados y, aunque el Real Madrid es otro que no va nada bien, son ya bastantes los sevillistas que miran más hacia abajo (amarrar la Liga Europa) que hacia arriba (entrar en la Liga de Campeones). En cuanto a la Copa del Rey, parece complicado eliminar a un Atlético de Madrid en racha y tres cuartos de lo mismo pasa cuando se piensa en el mes de febrero y se ve la eliminatoria contra el Manchester United de la Liga de Campeones. Es decir, los pronósticos ahora mismo no pueden ser más pesimistas, aunque es cierto que todavía puede haber una reacción. Y eso es lo que se le exige a José Castro y a Óscar Arias. Ambos han errado. Su proyecto ya es fallido, pero deben poner todo de su parte para intentar revertir la situación. La planificación ha sido un error en cuanto a jugadores y también mirando al banquillo. Son muchos los futbolistas que están demostrando un día sí y otro también no sólo que no están capacitados para jugar en un Sevilla de Liga de Campeones, sino que incluso tendrían problemas para ser titulares en equipos de la zona media y baja de LaLiga. Y sobre los entrenadores, Berizzo ya no está y la elección de Vicenzo Montella cada día se entiende menos. Así que, para evitar que la temporada sea un fracaso rotundo, el presidente y el director deportivo tienen que moverse mucho y bien en el mercado invernal. Realizar fichajes de nivel para hacer crecer a una plantilla que tiene demasiados defectos y muy pocas virtudes. Está en juego el poder seguir con vida en las tres competiciones. Y también el mantenerse en sus respectivos cargos, ya que cada día que pasa cuentan con más detractores.