Una mujer acusa al actor Aziz Ansari de conducta sexual inapropiada
Aziz Ansari, el cómico, guionista y actor ganador del Globo de Oro en la pasada edición de los premios por su papel en « Master of None » , ha sido acusado de conducta sexual inadecuada. El estadounidense habría mantenido una cita con una mujer en 2017 que derivó en un episodio sexual desagradable por el que se habría visto obligado a disculparse con la mujer. La supuesta víctima decidió alzar su voz después de que el intérprete apareciese en los Globos de Oro luciendo una chapa apoyando al movimiento «Time’s Up» en contra del acoso sexual en Hollywood. En el relato de la mujer, firmado bajo el pseudónimo de Grace, describe cómo el actor y ella intercambiaron mensajes durante una semana y se citaron el pasado septiembre para una cena. El actor la invitó a su apartamento de Tribeca en Nueva York, donde la forzó a mantener relaciones sexuales. serias familiares, llegando a afirmar que «sentía pena por la vida de su madre», moría la conocida como «Pantoja de Canarias». Así la conocían en todos los círculos de seguidores donde se movía Rosa Delia Nuez. Natural de Agaete, norte de la isla, los médicos no pudieron salvarla. La cantante sevillana se quedó estremecida tras conocer la noticia, según indicó a ABC una fuente del Gran Canaria Arena. Esta misma fuente aseguró que las entradas para el recital de Isabel Pantoja las facilitó, por cortesía, la sobrina de Isabel, Anabel Pantoja.
Sintió fatiga
La mujer fallecida estaba esperando para retirar su entrada sentada en unas escaleras próximas a la taquilla cuando confesó sentirse cansada a las personas que la acompañaban. Unos minutos después, se desplomó. Los sanitarios que estaban muy cerca iniciaron tareas de reanimación, pero fue imposible salvar su vida.
No era l a primera vez que Isabel Pantoja actuaba en las islas ni tampoco la primera que Delia Nuez iba a verla en directo. Una de las últimas veces que estuvo la tonadillera en Canarias fue cuando su expareja Julián Muñoz tuvo un ataque de histeria con unos cámaras de TV que le hicieron seguimiento y un par de preguntas absurdas sobre su vida privada, que ellos mismos vendían luego a revistas y cadenas de televisión.