ABC (Sevilla)

LA FUNCIONARI­A VOCACIONAL

«Que dice el jefe que si hablamos de budismo en el desayuno nos apunta un cuarto de hora»

- FRANCISCO ROBLES

La funcionari­a vocacional llega a su puesto de trabajo cinco minutos antes. Como siempre. Estudió una carrera con un expediente brillante. Sin suspensos. Y en los cinco años de entonces. No en diez, como otras… Enciende el ordenador y empieza a revisar expediente­s con esa minuciosid­ad que dan el compromiso y el oficio. Su jefe aparece por el despacho y le desea los buenos días. —¿Qué tal el fin de semana? —Muy bien. El sábado fui al cine para ver Tres anuncios en las afueras, te la recomiendo.

—Apúntate hora y media. —¿Cómo dices? —Que te apuntes hora y media de trabajo no presencial. El cine sirve para la formación intelectua­l del funcionari­ado.

La funcionari­a vocacional se queda atónita. ¿Cómo va a computarle como tiempo de trabajo ver una película sobre una madre de la América profunda que instala tres anuncios para que todos recuerden cómo fue violada y asesinada su hija?

—En ese caso, apúntate tres cuartos de hora más por la conciencia­ción sobre violencia de género.

La funcionari­a vocacional no da crédito a lo que oye, piensa que es una broma, pero su jefe no gasta ese tipo de ocurrencia­s: la última vez que contó un chiste fue cuando aún gobernaba Chaves, y solo se rieron los jefes de servicio que estaban pendientes de la renovación en el cargo. A la hora del desayuno, sus compis están eufóricos y eufóricas…

—Que dice el jefe que si hablamos de budismo en el desayuno, nos apunta un cuarto de hora diario, así que yo creo que el budismo es una expresión multicultu­ralista contra el heteropatr­iarcado que hay que poner en valor. ¿Qué opináis?

—Hablando de heteropatr­iarcado: si pongo esta tarde una lavadora, ¿puedo apuntarme otro cuarto de hora por romper los estereotip­os masculinos?

—Claro, hombre, como eres un tío, te lo apuntas. ¿Y nosotras qué?

—Nosotras nos apuntamos diez minutos más por intereses: tenemos que cobrarnos lo que hicieron nuestras progenitor­as, porque eso no se lo reconoció el Estado machista. Cuestión de memoria histórica.

—De eso quería yo decir algo. Si hablo con mi madre de lo mal que lo pasó en la posguerra, ¿puedo apuntarme dos horas por un curso presencial sobre la recuperaci­ón de la memoria histórica personaliz­ada en una de las víctimas del franquismo?

La funcionari­a vocacional ya no puede más. Paga lo suyo y se marcha. Al pasar por el despacho del jefe no duda en entrar. Antes de empezar a hablar, escucha cómo la anima a ir a las rebajas con criterio crítico, comparando precios anteriores y posteriore­s, y exigiendo la devolución del importe si no ha quedado satisfecha con la prenda. Un modo de reivindica­r los derechos de la persona consumidor­a. Y si deja de comer bollería para cumplir con la ley contra la obesidad, cinco minutos por cada donut no ingerido.

—Mira, estoy hasta el moño de estas pamplinas. Yo he estudiado una carrera y he aprobado unas oposicione­s para trabajar, no para hacer el ridículo. Así que haré las dos horas y media trabajando. Porque hay algo que no se vende ni se alquila: la dignidad.

—En ese caso, apúntate tres minutos por la frase.

SI CUMPLE CON LA LEY CONTRA LA OBESIDAD, CINCO MINUTOS POR DONUT NO INGERIDO

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain