Florentino Pérez, a Zidane: no hay intocables
∑ El entrenador francés tiene potestad para dar un golpe de mano como el de marzo de 2016, cuando sentó a James y convirtió en fijo a Casemiro
El informe interno del Real Madrid desvela que la causa de la crisis de juego general es el descenso de rendimiento de toda la columna vertebral, un bajón propiciado por las lesiones y las bajas de nueve titulares (sólo Casemiro e Isco se han salvado) y por el cansancio en hombres que desde agosto de 2015 han vivido dos años y medio sin descanso, con la disputa de títulos hasta el final de cada temporada y el comienzo raudo de la siguiente para abordar las Supercopas que premian los éxitos anteriores. La crisis ha afectado a los líderes del esquema de Zidane, desde Ramos y Marcelo hasta Cristiano y Benzema, pasando por el eje de juego formado por Modric, Kroos y Casemiro. El «pasillo de seguridad», como lo llamaba Luis Aragonés, está tocado. Ahora es el pasillo de la inseguridad, por la pérdida de confianza en sí mismos de muchos futbolistas, un problema que el entrenador intenta atajar cada día con charlas grupales y personales.
Es la coincidencia de todos ellos en compartir el momento débil el que ha generado esta crisis. En otras muchas situaciones, el flojo nivel de dos o tres hombres era cubierto por el resto de figuras del plantel. Sucedió con Benzema o con Bale cuando salían de lesiones. Ronaldo lo solucionaba casi todo con un buen pase de Lucas, de Marcelo o del propio «Karim». Ahora mismo sólo Carvajal, Nacho, Keylor, Lucas y Kovacic se encuentran a un buen nivel físico.
El presidente apoya a su entrenador y le anima a provocar otra revolución como la que llevó a cabo en marzo de 2016, nada más perder 0-1 ante el Atlético en el Bernabéu, cuando el francés sentó a James y colocó a Casemiro como centrocampista fijo y a Lucas en el ataque. Ahora, el club le pide otro golpe de mano similar. El mensaje cifrado interno en el centro de inteligencia del Bernabéu es: no hay intocables. Solo hay un intocable, el Real Madrid, que está por encima de todos.
La situación exige olvidarse de nombres y reaccionar con los hombres en mejor forma. Zidane debe aparcar la seguridad de los titulares fijos y analizar qué profesionales no rinden y quién puede sustituirles. Si el responsable deportivo del Real Madrid piensa realizar cambios, es la hora, pues la casa blanca se juega la temporada en dos o cuatro partidos de Copa que puede disputar este mes y en una eliminatoria de Champions que comenzará el día de los enamorados y acabará el 6 de marzo en París, en la ciudad donde Santiago Bernabéu inventó la Copa de Europa en 1955 junto a un periodista visionario de L’Equipe.
Si se piensa en variaciones en el once, el primero que merece jugar es Lucas, el único punta que hoy desborda por velocidad, pues Bale se encuentra en su pretemporada. El segundo suplente que debe jugar es Kovacic. Aporta el poderío físico que tanto se echa de menos. Asensio también debe jugar más, para devolverle la fe de principios de curso. Ceballos necesita minutos para mostrar su talento. Y Mayoral se ha ganado protagonismo.
Los disparos de la crisis se han concentrado en la falta de remate de Benzema y en la puntería torcida de Cristiano. La lesión del francés, acusado de no sumar goles, ha confirmado que fue señalado una vez más como el patito feo de los males del equipo, pues no ha jugado en 2018 y el Real Madrid no ha ganado en Liga en este año y tampoco ha vencido en su estadio.
La ineficacia de Ronaldo en la Liga, cuatro dianas, dato que contrasta con los nueve que lleva en la Champions, ha desnudado la carencia de gol de todo el equipo. Si no acierta el portugués, no acierta nadie. El Balón de Oro no marca porque tampoco recibe balones válidos para conseguirlo. Modric y Kroos hacen un juego inmóvil, horizontal, sin regate y sin crear ocasiones. Han descendido en su rendimiento, especialmente en las segundas partes. Ni dan goles (dos el croata, tres el alemán) ni los anotan: Kroos ha celebrado dos y Modric, uno, pero en Copa de Europa. Casemiro paga y sufre ese menor rendimiento general.
La carencia de profundidad de Marcelo, otrora estilete, descubre una carencia de poderío físico que se suma al flojo nivel mayoritario para diagnosticar que el Real Madrid necesita una mejoría física. Zidane lleva a cabo minipretemporadas con los hombres que no jugarán ante el Leganés el jueves, un «planning» que repetirá la próxima semana. Medita cambios. Busca soluciones para esquivar el inmovilismo.