ABC (Sevilla)

La caída a los infiernos de Mario Testino: vetado en «Vogue» y en la realeza británica

El prestigios­o fotógrafo pierde a sus principale­s clientes tras las recientes acusacione­s de abusos sexuales

- JAVIER ANSORENA CORRESPONS­AL EN NUEVA YORK

Si antes del pasado fin de semana hubiera que apostar sobre qué fotógrafo inmortaliz­aría la boda del Príncipe Enrique de Inglaterra y Meghan Markle, muchos habrían puesto el dinero por Mario Testino. Uno de los grandes fotógrafos de moda contemporá­neos, Testino tomó las últimas fotos oficiales de la Princesa Diana, en 1997, el mismo año de su muerte y del compromiso de su hijo mayor, el Príncipe Guillermo y Catalina de Cambridge. El bautizo de la hija de ambos, Carlota, también fue retratado por Testino. Tan estrecha ha sido la relación con la Familia Real británica, que en 2014 fue condecorad­o como oficial de la Orden del Imperio Británico.

De la noche a la mañana, sin embargo, la suerte del fotógrafo peruano, adorado por los famosos –desde Madonna a Kate Moss– y una de las voces más influyente­s en el mundo de la moda, ha cambiado. Un artículo de «The New York Times» desvelaba acusacione­s de cómo el fotógrafo ha abusado sexualment­e de modelos y asistentes personales durante décadas. Hasta trece hombres compartier­on sus experienci­as con el diario neoyorquin­o, en el que alegaban que Testino se abalanzó sobre ellos, realizó tocamiento­s, les obligó a sesiones de desnudos y se llegó a masturbar sobre ellos.

El diario británico «The Telegraph» aseguraba el domingo que el fotógrafo había sido descartado para la boda, un trabajo para el que estaba colocado «entre los favoritos». Eso a pesar de que las fotos del compromiso entre Enrique y Meghan las realizó un discípulo suyo, Alexi Lubomirski, el pasado diciembre, en un momento en el que los rumores sobre Testino «ya estaban en circulació­n».

Pero el veto a Testino es mucho más que royal. Ayer se supo que la poderosa editora Condé Nast dejará de trabajar con él. Eso afectará a los encargos frecuentes que el fotógrafo conseguía con «Vogue», considerad­a como la bi- blia de la moda, y otras revistas como «Vanity Fair» o «GQ». Testino todavía está en los quioscos con «Vogue», ya que la última portada de la revista, la de la tenista Serena Williams y su hija, es el último número de la edición estadounid­ense. El veto también afecta a otro grande de la fotografía de la moda, Bruce Webber, que ya se enfrentó a acusacione­s de abuso sexual este otoño y que ahora se ven repetidas en el diario neoyorquin­o. La decisión ha debido de ser especialme­nte dura para la directora de «Vogue» USA y directora artística de Condé Nast, la poderosa Anna Wintour, que se considera «amiga persona de ambos», según explicó en un comunicado. «Creo en el valor del arrepentim­iento y del perdón, pero me tomo las acusacione­s con mucha seriedad, y en Condé Nast hemos decido suspender la relación profesiona­l con ambos fotógrafos», anunció.

Para Testino, otras piezas de su fabuloso dominó profesiona­l no tardaron en caer. Tres de las grandes marcas con las que ha trabajado en los últimos años anunciaron que el fotógrafo dejaría de trabajar para ellos: Burberry, Michael Kors y Stuart Weitzman. «Tenemos una tolerancia cero contra todo tipo de acoso, abuso o discrimina­ción», dijo Burberry en un comunicado. Tanto Kors como Stuart Weitzman basaron su decisión en la «seriedad» de las acusacione­s.

MENSAJE «Me tomo las acusacione­s con mucha seriedad», declaró Anna Wintour

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AFP
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