La flota pide ayuda ante el cierre de regeneración del caladero de chirla
El presidente de la Federación Andaluza de Asociaciones Pesqueras (Faape) Pedro Maza, ha advertido de las dificultades que conlleva el cierre del caladero de la chirla del Golfo de Cádiz —decretado por la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, ante las recomendaciones recogidas en los informes científicos de seguimiento que realiza el Instituto Español de Oceanografía (IEO)—, pero ha reconocido que «cuando no hay pesca, no hay». «Se crearán dificultades para el sector, los armadores y tripulantes. Se genera paro y situaciones complicadas», ha admitido.
En declaraciones a Europa Press, Maza ha llamado la atención sobre la «preocupante» situación del caladero de la chirla del Golfo de Cádiz y ha apuntado que el cierre se adoptó «conjuntamente» con el sector. «No hay fecha de inicio de la actividad pesquera hasta que se recupere el caladero», ha subrayado el presidente de Faape, quien ha señalado que la Junta va a articular ayudas de mínimos para el sector afectado.
Además, ha señalado que Junta y sector van a realizar un plan de gestión con el objetivo de «ser capaces de recuperar» el caladero, que se encuentra en esta situación, principalmente, por «el esfuerzo pesquero —compuesto por 96 embarcaciones de draga hidráulica y 291 tripulantes—».
Punta Umbría
Por su parte, la alcaldesa de Punta Umbría, la socialista Aurora Águedo , ha solicitado a la Junta de Andalucía que articule «una línea de ayudas dignas y en el menor tiempo posible» para el sector ante el inminente cierre del caladero para regenerar la especie.
«Los marineros deben recibir algún tipo de aportación por parte de la administración» por lo que entiende que la administración autonómica debe de hacer «el máximo esfuerzo posible en la entrega de medidas extraordinarias ante la delicada coyuntura en la que se van a encontrar muchas familias del municipio», que tiene 45 de los 96 barcos de esta que operan en el caladero, que proceden además de las también localidades onubenses de Isla Cristina, Ayamonte y Lepe y la gaditana de Sanlúcar de Barrameda.
El verano pasado, ante la necesidad de compatibilizar la recuperación del caladero con la obtención de unos ingresos mínimos para los armadores y tripulantes, se decretó la apertura de la pesquería con fuertes medidas de gestión y control.